Convocados por los dueños de casa, en donde María (Romina) está
a la espera, y José (Pablo) armaba la cunita sentimos el llamado a encontrarnos.
Y otra vez se dieron algunos signos característicos de la
bandada de Colibríes:
1 Nadie se sintió obligado a participar y por el temporal o
por otras actividades la mayoría que deseaban ir, acompañaron desde sus nidos.
2 Entre los que estuvimos 7 contando a Francisco que ya se
mueve en el vientre, nos encontramos y celebramos en profundidad. Valorando
cada presencia y haciendo presente espiritualmente a los que físicamente no
estaban y a los que nos acompañan desde el cielo.
3 Que lindo !!! una vez más una
presencia nueva, las amigas de las amigas se hacen amigos entre sí. Preguntándole
¿Por qué había venido? Respondió: - es que veo a mi amiga Lourdes, que al regresar
del campamento es otra persona, volvió a ser ella misma.
4 Mirar por la ventana del
edificio y ver el caserío del barrio, imaginar que también en otros lugares,
entre otros grupos, se están viviendo encuentros que humanizan. Que no son
noticia, y son los que realmente aportan al reino.
5 Cada cual después siguió su camino, de
encuentros, con el propósito de ser sal, de amar
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