jueves, 16 de febrero de 2017

EL AMOR DE DIOS SUPERA LOS LIMITES HUMANOS

En estos días nos visito  Enrique, sacerdote misionero español. Nos contaba de un casa-miento en una parroquia vecina. El día de la boda el novio, la comunidad y el sacerdote esperaban a la novia. La cual generalmente se retrasa «un poquito». Lo anecdótico de este día fue que la novia quiso «cobrarle algunas» cuentas del tiempo de noviazgo a su novio y lo dejo plantado. No se hizo presente. 
Pasaron los días la pareja se rencontró, dialogaron y volvieron a fijar la fecha del casamiento. Ahora la sorpresa fue diferente, en el momento que la novia entraba al templo, el novio se escabullo por la puerta de atrás. La novia llego al altar y se puso a llorar. El comentario del público presente fue «el novio se desquito».
El tiempo sana heridas dicen los ancianos. Al año siguiente los novios se presentaron nueva-mente en la parroquia y fijaron día y hora para celebrar el sacramento del matrimonio.
Todos los asistentes pensaron que ese día, sería normal la celebración.  Llega el novio y se anuncia que la novia va descendiendo del auto. Todos los invitados respiraban serenamente. Se escucha la marcha nupcial y llega ella hasta el altar. Siendo recibida por su pareja. Solo un detalle faltaba, ahora el ausente era el sacerdote…
REFLEXIÓN 
¿Qué piensa usted? ¿Qué es lo justo?...
Si como cristianos amamos solo a los que nos aman ¿Qué diferencia hay con los no creyentes? Si damos al otro según lo que consideramos merece ¿Cuánto amamos?
Humanamente quizás hay acritudes que son correctas y quizás hasta justas, pero quien entra en la dinámica del amor de Dios, experimenta un amor sin límite. Que por ser amor va mucho más allá de los merecimientos.
El cristiano es aquel  que se siente amado sin merecerlo, porque sabe que Dios conoce sus fragilidades y así mismo Dios lo sigue Amando. Quien realmente se siente Amado por Dios, Ama sin esperar…
Nacho
(Mateo 5, 38-48) 
Ustedes han oído que se dijo: - «Ojo por ojo y diente por diente.» Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécete también la otra.
- Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.
- Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.
Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.
Ustedes han oído que se dijo: - «Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.»
Pero yo les digo: - Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen.
Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así.
Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.

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