viernes, 4 de octubre de 2013

¿Qué quieres Dios en mi en esta situación concreta de hoy?

VER 
               En estos días de encuentro con grupos de niños les preguntábamos ¿que querían ser cuando fueran adultos? Compartieron diversidad de oficios y estudios.
   Cuando preguntábamos ¿el por qué? Era lo que les gustaba para lo que se sentían capaces, y lo que los demás necesitaban.
    El sueño de los niños apuntaba a la
 REALIZACIÓN COMO PERSONA, 
SEGÚN LAS CAPACIDADES DE CADA UNO, 
EN UNA ACTITUD DE SERVICIO A LOS DEMÁS. 
 Quizás son preguntas muy duras cuando somos adultos ¿en qué andamos y el por qué lo hacemos?
    Creo que es difícil que la mayoría conteste QUE ESTÁ SIENDO EL MISMO EN LO QUE HACE .
    Quizás los sueños de niños que también nosotros teníamos fueron poco estimulados, olvidados o cambiados por la necesidad de hacer lo que se puede y lo que nos da una mejor entrada económica...
 ILUMINAR
                                  En el tiempo de Jesús sus discípulos le pidieron «que aumentara su fe». Jesús subraya la importancia de la fe, que es capaz de mover montañas. Y con una parábola de un sirviente, resalta «que la persona de fe busca la voluntad de Dios, se considera su servidor», por lo tanto lo primero de su vida no es el reconocimiento humano y material por lo que hace.
    El sentido de su entrega es El SERVICIO A LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO DE DIOS. Esto lo hace SER y SENTIRSE criatura de Dios. La fe me puede llevar a la realización personal en distintas actividades y situaciones, si me descubro al servicio de Dios.
(Lucas 17,5-10)
ACTUAR 
                         Quizás la fe que mueve montañas es la que nos hace capaces de movernos a un buen lugar ante las montañas de la vida. Una misma montaña puede ser un obstáculo en nuestros caminar o puede ser una posibilidad de ver mas aya si subo sobre ella.
   Si eso lo llevamos a nuestra vida cotidiana de trabajo, estudio, relaciones humanas e incluso a nuestra vivencia afectiva y nuestro estado corporal, vemos que una dificultad puede ser una montaña que nos paraliza y nos entristece o puede ser una montaña que si la miramos con ojos de fe, si la miramos con Dios preguntándonos ¿Qué quieres Dios en mi en esta situación concreta de hoy?,
   Si encontramos la respuesta seguro que encontremos UN GUSTO DIFERENTE A LO QUE ESTAMOS VIVIENDO, seguramente encontremos UN SENTIDO DE SERVICIO en lo que estamos haciendo.
    Todos necesitamos un reconocimiento humano, todos debemos buscar el reconocimiento justo material por nuestros servicios y los servicios de los demás ... pero los aplausos y el dinero no lo son todo. Si solo me alimento de afectos exteriores y me valoro exigiendo mayor sueldo, puedo quedar con un vacío interior que después ciertas adicciones, ciertos vicios se adueñarán de ese espacio que no se llena desde fuera.
Descubrirse y ponerse al servicio de la vida, que en definitiva es el servicio a Dios, a la sociedad es el camino de realización más allá de los éxitos y fracasos. 
 SER es: descubrirse transformarse en una persona FECUNDA de vida, justicia, armonía, amor y fe... La persona que está SIENDO, no se agranda en los aplausos ni se destruye en las críticas, no es el resultado ni el reconocimiento. ES el proceso, tejido con la diversidad. No somos DUEÑOS DE LA FIESTA, somos servidores de la mesa. 

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