viernes, 25 de octubre de 2013

DIOS CREE SIEMPRE EN NOSOTROS Y NOS INVITA A CREER EN NOSOTROS MISMO Y EN LOS DEMAS

VER: 
    Un periodista preguntó a Francisco, el papa ¿cómo se definía? - la respuesta fue - como un hombre pecador. El periodista pidió desarrollar la respuesta, a lo cual el entrevistado accedió con sinceridad y libertad diciendo:
    - entre otros pecados quizás uno de los más grandes es haber aceptado apenas con 38 años ser provincial de los Jesuitas en tiempos muy duros para la sociedad Argentina y por lo tanto también para la congregación. Tiempos de la dictadura militar. Al ser muy joven no tenía ni la experiencia necesaria, entonces asumí el encargo de manera muy autoritaria y persona-lista. Tomé decisiones sin consultar, decidiendo de manera individual sobre la vida de mis hermanos sacerdotes y sus opciones..
        Pero nuestro Dios siempre nos da una nueva oportunidad cuando reconocemos nuestros errores y misteriosamente hay veces que esta oportunidad se nos da justamente en lo que nos equivocamos. Con el tiempo me eligieron arzobispo de Buenos Aires y ahí intenté aprender de mis errores consultando y discerniendo junto a mis hermanos obispos.

ILUMINAR:
     Jesús dijo una parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás: En el templo dos hombres se presentaban ante Dios. El Fariseo decía «Te doy gracias porque no soy como los demás hombres que son ladrones, injustos, adúlteros...o como ese publica-no... Ayuno dos veces por semana y doy el diezmo. El publicano se ubicó en el último lugar rezando «Dios mío ten piedad de mí que soy un pecador».
   Jesús concluyó: les aseguro que este último estará en gracia de Dios porque el «que se agrande será humillado y el que se humilla será enaltecido».
(Lucas 18, 9-14)

ACTUAR: 
    Cada mañana tenemos la gracia de que el patio parroquial se transforma «en un pesebre viviente» con la presencia del trabajo solidario de los trabajadores del MIDES. Hay otra parroquia como la de Cerro Chato que alberga la FACEDA, en un trabajo de recuperación de los que quieren dejar alguna adicción. Pero también en todas las comunidades hay integrantes con gran dificultad para las relaciones humanas. Ante unos y otros por momentos tomamos cada uno de nosotros posturas como la del fariseo del evangelio «comparándonos con el otro, mirándolo por sobre el hombro juzgando y de manera desprecia-tiva». Otras veces nos miramos por dentro, reconocemos nuestros errores como el publicano y somos comprensivos con las carencias de los demás.
   Francisco el papa nos aporta algo más: si hemos fallado en las relaciones humanas, en la formación de una familia, en la administración de bienes, en un servicio de autoridad, en la relación con los más débiles... si reconocemos nuestra falta, si enmendamos lo posible, quizás la vida nos dé una nueva oportunidad en eso mismo que fallamos. Dios cree en nosotros. Lo comprobamos en muchos que emprenden un nuevo matrimonio después de haberse equivocado, otros quieren ser distintos ante los niños más allá de cómo han sido tratados o como trataron equivocadamente a algún pequeño y otros cada día desean convivir con otros intentando controlar sus límites de relación y buscando comprender las carencias de los demás...
Nacho

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