¿Porque asesinaron a Monseñor Romero?
¿Y porque sigue renaciendo entre nosotros?
Hay tres posturas posibles ante las situaciones de injusticia:
acomodarse con los opresores,
la indiferencia,
o el sentir con las víctimas.
Cada postura tiene relación directa frente a las otras
y esto acarrea consecuencias.
Este sábado 23 de Mayo,
se realizó la fiesta en el barrio Cirilo Olivera,
nombrando a la Capilla
«Beato Oscar Romero y Mártires Latinoamericanos»,
acompañados por nuestro Obispo Beto,
en comunión con Francisco el Papa,
en la fiesta de Pentecostés,
cumpliendo el sueño del Sacerdote Miguel García,
que junto a la comunidad construyeron este espacio de encuentro y oración.
El modo de realizar cualquier actividad,
deja de manifiesto que relación tenemos con los poderosos y los oprimidos.
Cuando una realización es «comunitaria»
con los medios económicos y los carismas que se tienen,
«sin arrodillarse ante nadie»,
esto hace sentir protagonistas a los más débiles,
e inquieta a los que dicen que: «sin ellos nada se puede hacer».
Desde la limpieza y blanqueada del lugar,
pasando por la preparación de la liturgia,
la convivencia y los alimentos,
todo fue hecho entre todos,
con cariño y muchos detalles.
Cada uno aportando desde su carisma y posibilidad,
sin patrones, ni caudillos, por lo tanto sin esclavos.
Resaltamos la dedicación y acogida de las y los locatarios,
que fueron enriquecidos por las visitas y aportes de las comunidades
de Mevir, Inmaculada, San José Obrero, Lago Merín, Dragón y Melo.
Sin duda que el modo en que se realizó la fiesta,
coincidió con el modo evangélico de vivir y de predicar de Oscar Romero…
entonces, estará feliz acompañándonos desde el cielo.
Quizás la tan esperada lluvia,
que llegó en abundancia, ese mismo día,
fue expresión de su bendición junto a Dios.
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