aquella noche, la previa al regreso,
había decidido fijar en alguna parte
todas sus ideas acerca de cómo sería.
Por eso,
enfrentado a lo que había podido conseguir de pinturas y telas y papeles,
se dispuso a hacerlo,
con la única convicción de no intentar siquiera el reproducir
las cosas como en una fotografía..
No sólo porque hacerlo le resultaría imposible,
sino porque sabía que eso no se acercaría en lo más mínimo
a lo que pasaba por él..
Quería por una única vez salirse de todos los límites
y vomitar en ese pálido blanco que esperaba sus manos,
todos los verdes que lo invadían cada vez que el retorno se acercaba..
En lo más hondo, sabía que una vez liberados, esos colores
podrían contarle al menos un poco, en voz muy baja,
cómo serían los abrazos que, aunque conocidos de memoria,
le traerían sorpresas de lágrimas nuevas..
Ahora, mientras espera el vuelo, se hunde en los montes
y los patios que dio a luz en su último desvelo..
En ellos cuelga hamacas y descansa, lejos del tiempo
y de sí, de su mundo de velocidades y cemento..
Ella lo espera corriendo entre los árboles y se detiene y se acerca,
para decirle en secreto que allí estará siempre,
en el transcurso y el destino de todos sus viajes..
Laura y Flor - FOTOGRAFIANDO PALABRAS
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