Entrevista a María
(Herramienta pastoral)
- ¿Es usted la Madre de Dios?
- Sí, soy la madre de Jesús, pero…
- ¿Pero qué?
- Es que si bien me sorprendió la elección de Dios a mi humilde persona y
además de tenerlo en un pesebre, hay algo que me costó mucho entender…
- ¿Qué fue?
- Vivimos el mayor tiempo de nuestra vida, en Nazaret, provincia de
Galilea, reconocida como «que nada bueno podría salir de ahí». Y Jesús
desde muy joven, si bien era un vecino más en su forma de vestir, de trabajar
y de relacionarse con los demás, tenía
algo particular.
- ¿En qué se diferenciaba Jesús de los demás hombres?
- Participaba de todo lo que hacia la religión Judía, pero además
periódicamente se retiraba a solas. Alguna vez que alguien le pregunto ¿Qué
hacía?
El contesto « que dialogaba con su padre ».
También, mas de una vez, mientras
realizaba sus trabajos, o en situaciones de injusticia o de fiesta, lo
observé como dialogan-do con alguien en
silencio…
-¿Y qué fue interpretando usted?
- Que esa era la diferencia de mi
hijo: « ese diálogo oculto ».Era como su fuente de vida, era su razón de
ser…
- ¿Y qué quedo de todo eso?
- La religión cristiana, se ha revestido de muchas cosas culturales, rituales, y normas, es bueno y necesario,
volver a lo esencial: Él nos quiso transmitir esa « vivencia de pertenencia
mutua », Jesús fue un hombre «comunitario».
- ¿Y qué más hacia la diferencia en Él?
- Su opción por los humildes, siendo que el poder estaba en otras
personas. Su preferencia por Galilea, cuando todo estaba centrado en
Jerusalén. Y el deseo profundo de que creyéramos en la Resurrección y
fuéramos to-dos misioneros para trasmitir esta buena noticia. A Ellos,
la Trinidad, los fui comprendiendo con el tiempo
- ¿Y qué le diría usted a los cristianos de hoy?
- Que nuestro Dios es comunitario y por lo tanto seguirlo es hermanarnos
en comunidad, al servicio de la sociedad.
Les diría que es normal querer progresar en todos los sentidos, pero que no
olvidemos que Dios mismo eligió «crecer para descender y elevar a los que
son considerados últimos».
Entonces entre las posibilidades que
cada uno tenga, Jesús, su Espíritu, Su Padre, nos envían, nos esperan en las
Galileas de hoy, en las periferias existenciales, geográficas y humanas. Sin
tener miedo a la muerte, porque la semilla que desciende y se encarna más
abajo, es la que dará frutos y resucitara.
Nacho
PREGUNTARNOS
- ¿Qué tipo de pertenencia tengo a una comunidad concreta
Cristiana?
- ¿Cuál es la galilea que me inquieta, que me llama?
- ¿Creo en la resurrección o le tengo miedo a la muerte?
- ¿Soy misioner@ de la buena noticia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario