jueves, 28 de mayo de 2015

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (Mateo 28, 16-28)

Entrevista a María (Herramienta pastoral)

- ¿Es usted la Madre de Dios?
- Sí, soy la madre de Jesús, pero…

- ¿Pero qué?
- Es que si bien me sorprendió la elección de Dios a mi humilde persona y además de tenerlo en un pesebre, hay algo que me costó mucho entender…

- ¿Qué fue?
- Vivimos el mayor tiempo de nuestra vida, en Nazaret, provincia de Galilea, reconocida como «que nada bueno podría salir de ahí». Y Jesús desde muy joven, si bien era un vecino más en su forma de vestir, de trabajar y  de relacionarse con los demás, tenía algo particular.

- ¿En qué se diferenciaba Jesús de los demás hombres?
- Participaba de todo lo que hacia la religión Judía, pero además periódicamente se retiraba a solas. Alguna vez que alguien le pregunto ¿Qué hacía?
El contesto « que dialogaba con su padre ».
También, mas de una vez, mientras  realizaba sus trabajos, o en situaciones de injusticia o de fiesta, lo observé  como dialogan-do con alguien en silencio…

-¿Y qué fue interpretando usted?
- Que esa era la diferencia de  mi hijo: « ese diálogo oculto ».Era como su fuente de vida, era su razón de ser…
- ¿Y qué quedo de todo eso?
- La religión cristiana, se ha revestido de muchas cosas culturales, rituales, y normas, es bueno y necesario, volver a lo esencial: Él nos quiso transmitir esa « vivencia de pertenencia mutua », Jesús fue un hombre «comunitario».

- ¿Y qué más hacia la diferencia en Él?
- Su opción por los humildes, siendo que el poder estaba en otras personas. Su preferencia por Galilea, cuando todo estaba centrado en Jerusalén. Y el deseo profundo de que creyéramos en la Resurrección y fuéramos to-dos misioneros para trasmitir esta buena noticia. A Ellos, la Trinidad, los fui comprendiendo con el tiempo

- ¿Y qué le diría usted a los cristianos de hoy?
- Que nuestro Dios es comunitario y por lo tanto seguirlo es hermanarnos en comunidad, al servicio de la sociedad.
Les diría que es normal querer progresar en todos los sentidos, pero que no olvidemos que Dios mismo eligió «crecer para descender y elevar a los que son considerados últimos».

Entonces entre las posibilidades que cada uno tenga, Jesús, su Espíritu, Su Padre, nos envían, nos esperan en las Galileas de hoy, en las periferias existenciales, geográficas y humanas. Sin tener miedo a la muerte, porque la semilla que desciende y se encarna más abajo, es la que dará frutos y resucitara.
Nacho

PREGUNTARNOS
 - ¿Qué tipo de pertenencia tengo a una comunidad concreta Cristiana?

- ¿Cuál es la galilea que me inquieta, que me llama?

- ¿Creo en la resurrección o le tengo miedo a la muerte?

- ¿Soy misioner@ de la buena noticia?


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