“Nos vemos en el Lago Merín”, era la expresión más
frecuente que escuchábamos y decíamos, al despedirnos al anochecer del sábado 30
de mayo, en casa de María Eugenia y Fabricio.
Quedo como horizonte del próximo encuentro, “El Lagunazo
de Invierno”, para mediados de Julio en Lago Merín. Celebrando aniversarios,
cumpleaños, escuchando a los que regresan desde Bolivia de participar en el
Encuentro de movimientos Sociales, junto a Francisco el papa. Con el
ingrediente de comenzar con un retiro espiritual, para ahondar el corazón, para
escuchar y compartir desde dentro. No todos estaremos en el Lago, ya que otros tendrán
encuentro de coros, reuniones familiares, viaje a Rumanía y encuentro de Franciscanos.
Los locatarios nos recibieron con ese espíritu sencillo y
fraterno. Y otra franciscana entre nosotros Sylvia decía algo así “esto se
parece al encuentro de las esteras, donde se llegaba desde distintas realidades
y lugares, se daba el encuentro festivo, sanador y fortificante, con Jesús como
centro y después cada cual regresaba a su cotidianidad”.
El hoy fue un momento, un signo del Reino de Dios. Al mediodía
se nos regalo salir el sol, para los que llegábamos de sures, nortes, este y
oeste, a ese patio verde que nos esperaba, con el parrillero, con el fuego a
ser encendido. Con un parecido a la vida Guaraní, encuentro en el patio como
familia grande, compartiéndolo todo, desde el mate, el dialogo, el juego con
los niños hasta la comida y bebida.
Resaltando a esos que pasan desapercibidos construyendo
todo esto, coordinando lo previo, preparando algo casero, haciendo mandados, recibiendo,
cocinando, limpiando, entre ellos Diego
haciendo filosofía con leña y tenedor, como servidor, asando los chorizos. Todos
aportando sin necesidad de aplausos y sin reproches.
Así como fue encendido el fuego, alimentado todo el
tiempo, a su vez se encendieron sentimientos en los diálogos, miradas, sueños, abrazos,
risas y dolores compartidos.
Dicen que era como las cuatro de la tarde, después de
haber almorzado, se propuso la sobre mesa. Espacio para que todos seamos
escuchado, comenzando escuchándolo a él, a través de la palabra bíblica, y de
su espíritu en nuestras experiencias. Compartida y escucha sin juicio, ni
consejos. Con asombro y sonrisa. Cuatro niños jugaban completando las veintidós
presencias.
Complementada por una lectura de Francisco, el papa, la oración
del padre nuestro, el saludo de la paz, y cantos armonizaron nuestra liturgia,
Continuando con la colecta para los bizcochos, que fueron merienda junto al te
y el mate.
En la celebración de ese Dios Trinitario, Dios comunidad,
nos sentimos envueltos en el misterio de “sentirnos llamados, invitados para
estos encuentros”. A su vez, exigiendo una respuesta, para estar presente, que
conlleva renuncias, desprendimientos, gastos,
e incomprensiones, esfuerzo.
El SOL
del comienzo
del encuentro fue
un REGALO GRATUITO,
el FUEGO
de la tarde tuvo que SER
ENCENDIDO Y ALIMENTADO.
Todo es DON DE DIOS,
TODO ES CONSTRUCCIÓN COMUNITARIA…
para que fuera un día de Reino.
DESPUÉS: en lo personal, me llego la noche en tres cruces, dos
horas sin poder realizar estos escritos
como lo pensaba, ya que no hay mas maquinas comunitarias de Internet. Tampoco tenía agenda ni celular para avisar que estaba ahí, entonces recordé al profeta
Oseas: “nuestro Dios es un dios amante que le gusta llevarnos al desierto para
estar asolas con cada uno”. Y así lo viví, después de los profundos encuentros,
a dialogar con El…
Sobre la hora llego Nahir con su sobrinito, que
misteriosamente se le tranco la puerta y no pudo venir antes…
Hoy domingo ya en Río Branco, las misas donde me decían “te
hizo bien el viaje”… recibiendo con gran alegría las noticias los saludos y
noticias que traía. Por la tarde celebramos en Poblado Uruguay, donde anduvo la
caravana de Colibríes, justamente después del Lagunazo de Invierno del año
anterior. Es lindo haber sido elegido para aportar a la construcción de
comunidades… estoy agradecido y contento.
Gracias Nacho
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