miércoles, 28 de octubre de 2015

DOS DE NOVIEMBRE


Las personas humanas somos cuerpo y espíritu, voluntad y afectos, somos relación con nosotros mismos, con los demás, con la creación y con lo trascendente.
Las personas humanas, entre otras cosas, necesitamos alimentar, cuidar nuestros cuerpos. Necesitamos contacto físico, especialmente abrazos y caricias. En muchos casos las heridas profundas son la carencia de fraternos encuentros, o relaciones equivocadas y violentas físicamente. Toda herida física puede ser curada, cicatrizada con amor.
PERDIDA O MOTIVACIÓN
La realidad tan conocida del fútbol nos puede ayudar a comprender y elegir como vivir el dos de noviembre, como vivir la relación con nuestros seres queridos fallecidos.
Ocurrió al comienzo de estas eliminatorias de Fútbol. Nuestra selección uruguaya “había perdido” a tres de sus mejores jugadores, Suarez, Cavani,  Álvaro Ríos, e incluso su director técnico el Maestro Tabárez, tampoco podría estar dirigiendo desde la cancha.
Para unos “las perdidas eran una tragedia” que seguramente nos llevaría a la derrota. Entonces se buscaba culpable, envueltos en sentimientos y comentarios negativos.
Para otros “la distancia física” de los compañeros muy queridos “se transformo en una motivación especial para jugar mejor”. Unos cuantos buscaron integrar “el espíritu” de los compañeros ausentes, sumándolo al juego del equipo.
Y ellos, los que no estaban en la cancha, desde otro lugar alentaban con toda el alma. Enviaban sus energías positivas para que el equipo jugara lo mejor posible. A  la vista están los resultados… cuando sumamos  el espíritu de los que no están físicamente.
LA MUERTE
Es la separación física del ser humano de esta realidad. Quedando fuera visiblemente “del juego” en esta vida. Para unos la muerte es “una tragedia, una pérdida total”. Lo lloran toda la vida e incluso cargan con sentido de culpa o culpabilizan a otro por la pérdida: “si hubiéramos hecho…”
LA RESURRECCIÓN
La creencia en una vida después de la muerte, es un don de fe. Algunos lo reciben  y otros no. Unos lo cultivan y otros dejan que el materialismo impida el crecimiento de la fe.
Es muy distinto en esta vida, 
pensar que se va caminando hacia la muerte definitiva, 
sintiendo que cada muerte de un ser querido es una pérdida total;
es muy distinto 
a la creencia de que hay  la posibilidad de vida 
después del desprendimiento de esta vida. 
Quien cree en la resurrección, 
tiene una motivación 
más para disfrutar de los buenos momentos 
y siente el apoyo en las difíciles, 
de los que están en otro lugar
 deseándonos lo mejor. 
Nacho

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