Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:
- «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.»
Él les dijo:
- « ¿Qué quieren de mí?»
Respondieron:
- «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.»
Jesús les dijo:
- «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?»
Ellos contestaron:
- «Sí, podemos.»
Jesús les dijo:
- «Pues bien, la copa que yo bebo, la beberán también ustedes, y serán bautizados con el mismo bautismo que yo estoy recibiendo; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí el concederlo; eso ha sido preparado para otros.»
Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan.
Jesús los llamó y les dijo:
- «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad.
Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos.
Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.»
Los deseos de Superación Personal junto al Amor, son los potenciales más fuertes en la existencia humana. Los libros para mejora la autoestima, los viajes de placer, las píldoras de felicidad, los desafíos deportivos para lograr fama, las propuestas educativas y laborales exitosas, los consejos y tratamientos para la belleza, las dietas y ejercicio para estar en forma… todo apunta a responder a la esencia humana “LA SUPERACIÓN”. Sin faltar el ingrediente mundano del egocentrismo “sin el otro y sobre el otro”.
Jesús no frustra el deseo humano de sus discípulos de “superación”, lo une al Amor donde los más infelices son los más privilegiados, lo descentra del ego, lo hace comunitario. Promueve la superación personal, proponiéndonos “un lugar y una actitud”: el lugar de los últimos en una actitud de servicio. La realización humana, la construcción de un Reino de hermandad, no puede ser realizada desde una estructura jerárquica. La historia verifica claramente que ningún cambio intentado desde “el poder” fue un cambio justo y duradero. En cambio las personas y organizaciones que “descendieron” para construir “desde el pie” con los de “abajo” son participes de las profundas transformaciones educativas, sociales, gremiales, políticas, religiosas. No hay otra “con los últimos como protagonistas” o no es cristianismo, no es realmente humano. (Marcos 10, 35-45)
¿ESTAMOS EN COMUNIÓN
CONSTRUYENDO DESDE Y CON LOS ÚLTIMOS?
Nacho
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