jueves, 22 de octubre de 2015

ENCUENTRO CON JESÚS

En este tiempo cada uno de nosotros se encuentra sintiéndose “solo”, o “viviendo en comunidad siguiendo a Jesús”. 
Desde nuestro lugar de hoy escuchamos y reflexionamos sobre el pasaje bíblico:

 Llegaron a Jericó. 
Al salir Jesús de allí con sus discípulos
 y con bastante más gente, 
un limosnero ciego se encontraba a la orilla del camino.
 Se llamaba Bartimeo (hijo de Timeo).
Al enterarse de que era Jesús de Nazaret el que pasaba, 
empezó a gritar:
 « ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»
Varias personas trataban de hacerlo callar.
 Pero él gritaba con más fuerza:
 « ¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
Jesús se detuvo y dijo: 
«Llámenlo.»
 Llamaron, pues, al ciego diciéndole:
 «Vamos, levántate, que te está llamando.»
Y él, arrojando su manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le preguntó:
 « ¿Qué quieres que haga por ti?» 
El ciego respondió: 
«Maestro, que vea.»
Entonces Jesús le dijo: 
«Puedes irte; tu fe te ha salvado.» 
Y al instante pudo ver y siguió a Jesús por el camino.
 (Marcos 10, 46-52)
* ¿En mi soledad busco acercarme a Jesús,
 estando dispuesto a desprenderme del manto que me esclaviza,
 o me enceguece?

* Nuestra comunidad cristiana ¿impide o escucha a los que quieren acercarse a Jesús?

* Jesús nos pregunta a cada uno: 
¿Qué quieres que haga por ti? 
¿Que le respondo?

El seguimiento de Jesús se vive en comunidad. En la cual compartimos nuestra vida y la realidad que nos rodea, buscando “ver” lo que él nos propone. 

El cristianismo no es un grupo cerrado que vive para sí mismo, por lo tanto siempre tenemos que estar atentos a los encuentros, a los clamores, a los silencios, de los que encontremos en el camino, para acercarlos al encuentro con Jesús.

La iglesia no es una ONG, si bien hay muchos cristianos trabajando en distintas organizaciones como levadura en la masa, la comunidad cristiana tiene que ser un lugar de encuentro con Jesús, y que da la posibilidad de encontrarse con él a todos los que lo buscan. 

Jesús es quien nos da una nueva mirada amorosa sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre la realidad. Pero somos nosotros los que tenemos que buscarlo y animarnos a desprendernos del manto que nos ata y enceguece.
¿Donde busco a Jesús? 
¿ De que manto tengo que desprenderme? 
Nacho

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