-¿De dónde vienes?
- De participar en
Luque – Paraguay, en el Encuentro Continental y del Caribe de Comunidades
Eclesiales de Base, CEBs. En sus 50 años de caminata.
¿Qué son las CEBs?
- Es un modo de ser
Iglesia, comunitario, con la palabra bíblica en el centro, reflexionada desde
la realidad, para aportar a la transformación de la realidad, desde las
parroquias, desde las diócesis, distinto a los movimientos.
- ¿Cómo surgió la
invitación?
- Habían 10 cupos para la delegación uruguaya.
La coordinación nacional intento que estuvieran representadas todas las
diócesis que en Uruguay tienen una coordinación de CEBs. De nuestra Diócesis no
podían participar las coordinadoras y me hicieron la propuesta, la cual
extendimos a Doris perteneciente a Treinta y tres, el otro departamento de
nuestra diócesis. Las CEBs, es una prioridad pastoral y priorizar significa
optar, jugársela, dejando otras actividades.
- ¿Como fue el
viaje?
- El camino es
parte del encuentro. Nos hizo mucho bien viajar por Brasil, por tierra en
ómnibus, con tiempo, recogiendo la realidad política social y eclesial de
nuestras hermanas y hermanos. También siendo importante la llegada al país anfitrión
viajando con el pueblo, palpando su
realidad callejera, sus colores, aromas, rostros, preocupaciones, música. Hicimos
el viaje Yaguarón, Porto Alegre y después a Foz Iguazú Brasil, Cruzando a
Paraguay en Cuidad del Este, yendo a Luqués. Más de 40 horas de camino.
- ¿Que países
participaron?
- Habían delegaciones de: México, Nicaragua, El salvador, Honduras, Panamá,
Bolivia, Haití, EEUU, Ecuador, Colombia, Chile, Brasil, Argentina, Guatemala,
los locatarios Paraguayos/as y nosotros
los uruguayas/os que hacia un buen tiempo que no se participábamos con
una delegación. Unos 200 delegados,
equilibrado en genero mujeres y varones, incluyendo
toda la diversidad sexual, pueblos originarios, afrodescendientes, las
minorías y todos los de abajo. Diverso en edades, culturas, compromisos. Sin
olvidar la presencia de personas venidas del norte Canadá, Alemania, España,
Italia… que se suman a la construcción del Reino, aportando a Otro Mundo
Posible. Importantísimo destacar la manera circular de participación de laicos
/as, religiosas, sacerdotes y obispos, dirigentes, en cuanto a la convivencia,
la reflexión, la liturgia, la fiesta.
- ¿Que fue lo
primero que le sorprendió?
- La fraternidad de la hermandad. Llevamos el
corazón lleno de nombres, con las alegrías, dolores, sueños de las y los
integrantes de nuestras comunidades, me sorprendí hablando el mismo idioma con
personas de países culturalmente tan distintos. Más o menos todos estamos con
el mismo enemigo en común: la cultura capitalista, el consumismo esclavizante, que
fomenta el éxito competitivo sobre el otro, que fragmenta, provocando
enfrentamientos y desigualdad. Explotando los recursos naturales sin sentido de
cuidado de la casa común. Matando a las organizaciones y personas que defienden
la vida, la cultura, el medio ambiente, la democracia, la libertad.
- ¿Es una sola
patria el continente?
- Por siglos nos
han querido dividirnos para reinar, saquearnos, desde afuera, desde arriba. Es
fortalecedor encontrarse con una iglesia tejida con los movimientos sociales,
haciendo memoria, buscando la verdad y la justicia. Una iglesia que tiene
mártires, desaparecidos, laicos, dirigentes, sacerdotes y obispos que dieron su
vida por el Buen Vivir para todos. Iglesia que ha vivido la opción preferencial
por los más pobres y excluidos, enfrentando al mal ubicado como poder
colonizador, entre ellos a las grandes multinacional, las dictaduras cívicas
militares, a los gobiernos corruptos, a la jerarquía principesca.
- ¿Que recoge de la
participación en el encuentro?
- Fortalecimos
la esperanza, la fe, y la fraternidad. Esperanza de que haya muchas
personas, comunidades y organizaciones con el mismo horizonte de un reino
inclusivo y justo. Reafirmación de la fe en que el Espíritu de Dios está
actuando dentro y fuera de nuestra Iglesia en clave de liberación, desde abajo.
Fortalecimos la fraternidad entre los pueblos y culturas, ahora son personas
concretas con las cuales compartimos la mesa, el pan, la oración, el canto, el
baile, la reflexión, los sueños, los abrazos, esto nos agranda el corazón, nos
une como familia como continente.
- ¿Cuáles son los
propósitos después del encuentro?
- El compromiso con
lo local, sumándonos con otras organizaciones e iglesias, en red con lo
continental y mundial. La verdad del compromiso se juega en la vida cotidiana
de cada uno, en lo chiquito, en las relaciones, en las opciones. Es bueno poner
énfasis en trabajar en la conversión personal, en la autocritica a nuestras
organizaciones. Me parece fundamental seguir trabajando en la vida interior,
tanto en lo personal como en lo comunitario, porque si no hay una liberación
desde dentro, también nosotros somos esclavo del consumismo depredador que nos
hace adictos, que divide, y enfrenta. La vida sencilla, fraterna, con tiempo
para el encuentro, lo comunitario, la meditación, la formación, la fiesta y las
luchas es importantísima. Tejidos con los movimientos sociales, con toda
persona de buena voluntad, y por supuesto caminando juntos ecuménicamente, con
otras iglesias y espiritualidades que tengan el mismo horizonte de una tierra
sin Mal, donde todos quepan justamente.
- ¿Como fue el
regreso?
- Vinimos por
Argentina, Formosa, Corrientes, Paso de
los Libres, pasando a Uruguayana Brasil, y entrando a Uruguay por Artigas,
Tacuarembó, Melo, hasta regresar a Rio Branco. Reiteramos el viaje es
posibilidad de aprendizaje, posibilidad de encuentro. Lo disfrutamos mucho, lo
aprovechamos, fuimos fraternalmente recibidos como hermanos. Y pudiendo
escuchar, ver, vivir, celebrar e intercambiar en la realidad social y eclesial
de estos países vecinos. Los tres días
de regreso no es tiempo perdido, la itinerancia es esencia del cristianismo.
Jesús daba mucha importancia al camino, a los encuentros. El movimiento exterior e interior nos
desprograma, libera, nos enriquece, nos une. Ya no soy el mismo por dentro, se
ensancho mi corazón de nombres, de luchas, lagrimas, danza, colores, miradas,
proyectos y sueños. Y realmente es bello sentir que uno habita en el corazón de
otros. Aprovechando los medios de
comunicación, agradeciendo a los que organizan encuentros, y disfrutando la
oración que supera las distancias físicas, nos sentimos parte de un nosotros
fecundo, apostando a la unidad de diversos.
¿Algo más para
agregar?
- Siempre ponemos
el asentó en lo positivo, pero también hubieron cosas a mejorar, hubieron
desacuerdos. Y en estos momentos, del encuentro,
la previa, el viaje, el regreso, que nos movilizan, se presenta la gran
oportunidad de descubrirnos verdaderamente por dentro. Porque en las difíciles nos
manifestamos en verdad. Lo que nos afecta demasiado desde fuera es porque toca
alguna herida interior. Hay que dedicar tiempo a arreglar la casa por dentro.
Es el mejor regalo que les podemos hacer a los demás, el encontrar la fuente interior,
limpiarla, desarrollarla y relacionarnos desde ahí. Eso nos hará distinto para
enfrentar el mal.
Solo queda agradecer
a quienes fueron parte de todo esto y a Dios.
Profundamente feliz y agradecido,
con ternura los saluda Nacho