“Creo que he visto una luz
al otro lado del río”
Jorge Drexler
El camino filosófico
Vengo descendiendo en “flota” desde el chaco boliviano. En “colectivo” hago el norte y este argentino. En “ómnibus” ingreso al “país de los pájaros pintados”.
Cruzar las fronteras es un desafío. El recorrer rutas externas, nos ayuda a ser viajeros de lo interno, si busco acercarme a los otros para construir un nosotros.
Hay cuestiones culturales que nos pueden separar y otras unir. Pero al mirarnos a los ojos, como hombres, como iguales, es un mojón ineludible en ese recorrido interior.
Desde la ventanilla del ómnibus, un árbol le cede el lugar a otro. Pero no ha de ser así entre nos-otros. La mirada, que observo y me observa, tiene que ayudar a comprender comprendiéndonos.
Es conocer de donde salgo y a donde quiero ir. Con estos puntos, puedo trazar un sendero. Pero el camino hay que recorrerlo; aunque, siendo muy afortunados, solo contaremos con la certeza de esos dos puntos y, por lo general, no siempre construimos una recta para unirlos. Porque el punto del poniente si en verdad es filosófico, siempre se estará moviendo, invitándonos a caminar.
Nuestro hijo que, por ahora, gatea, siempre sale tras las cosas que ruedan y, al alcanzarlas, trata de tomarlas. Y, dejando el mate, con mi esposa, volvemos a hacer rodar esa cosa, para que el gateo vaya abriéndose paso al caminar…
Y llegara un momento, en que lo que nos haga caminar, será lo que ruede en nuestro interior.
Fabrizio Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario