miércoles, 7 de octubre de 2009

LA PUTU (NOCHE) Y KUARA+ ( El SOL )



Cuando éramos niños nuestros abuelos nos hablaron así: era de noche, ya no se le ponía leña al fuego y veíamos que era la hora de dormir, primero los niños menores, después los hombres y por ultimo las mujeres.

Mi hermano más pequeño no quería ir a dormir. Pateaba unos trapos envueltos en forma de pelota y después jugaba con las brazas del fuego.

Nosotras sus hermanas mayores insistimos en que fuera a dormir, pero el se hacia que no nos escuchaba, recostado a los pies del abuelo.

Estábamos un poco molestas, necesitábamos descansar, pero no lo podíamos hacer antes que nuestro hermano menor.

Después de un rato el abuelo nos miro, con una mirada comprensiva, tomo al niño, lo sentó en su falda, lo abrazo fuerte y mirando al fuego nos contó: antes de nosotros en un nido en el monte, del mismo huevo nacieron dos pichones de pájaros. Su madre solita los alimento con mucho trabajo, porque el padre se fue no se a donde.

Los pajaritos crecieron y llego el tiempo de buscar su propia comida, de volar. Para después compartir con sus propios hijos, para sus hermanos más pequeños.

Uno todo lo hacia como debe ser, volaba de flor en flor buscaba el néctar pidiendo permiso, se alimentaba y traía para compartir. El otro era inquieto y no quería dormir en la noche, se escapaba y aprendió a ver sin la luz del sol. De día estaba cansado y para que no lo supiéramos se iba al monte, buscaba un lugar oscuro que lo apartara de la luz del sol y dormía sobre las ramas de los árboles, se caía su cuerpo y quedaba prendido de la rama cabeza abajo, patas arriba.
Por la noche las flores también descansan, entonces cambio su alimentación, dejando el néctar de las flores por la sangre de nuestros hermanos que duermen, entonces dejo de ser colibrí y se transformo en murciélago.

Todo se hizo silencio porque el abuelo dejo de hablar. El mas pequeño de nuestros hermanos comprendió bien y con cuidado se deslizó de las piernas del abuelo, yendo rápido a la cama.

Hoy nosotras en la ciudad vemos muchos murciélagos y pocos colibríes. Siendo verdad que es una lucha mantenernos como nos aconsejaron los abuelos .Todos quieren ser pájaros, pero duermen de día y no descansan de noche, prefieren la luz eléctrica, la televisión y no el sol, el canto de los pájaros.

Ahora nosotras sacamos estas cosas lindas para ustedes, que dicen que quieren volar, ser libres, para que escuchen la sabiduría de nuestros abuelos, los espíritus del monte, la sabiduría del sol y del colibrí.

Hay que dormir bien en la noche, comer bien, para trabajar bien, en bien de los más pequeños. También sentarnos en círculo al fuego para escuchar a nuestros abuelos, que siempre están. Ahora ellos están en nuestros pensamientos , en nuestro corazón y hay que hacer silencio para escucharlos para aprender a vivir bien, para cambiar si andamos por camino errado , para que todos vivamos bien…

Dicen los abuelos que hay colibríes que un tiempo fueron murciélagos y que todo colibrí debe tener cuidado porque puede caerse, dormido de la rama y quedar patas para arriba, necesitando del sol para volver a volar…

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