domingo, 27 de mayo de 2012

Dios se hizo Vecino


“A mí no me importa que los 
pobres me usen. 
Ellos han sido usados y manipulados 
toda su vida por los que tienen poder; 
está bien que alguna vez las cosas sean al revés. 
Es mentira aquello de que hay que enseñarles a pescar 
y no darles el pescado,
porque nosotros les hemos robado la caña, el anzuelo, la
barca, la red y hasta los pescados”.
(Padre Cacho)




Con esas palabras que hoy muchos se apurarían de tildar de "asistencialistas" contestaba Cacho a los que le querían advertir que los pobres lo estaban usando para conseguir cosas y más cosas. Cosas que por otro lado otros les habían quitado. Se me vino a la mente la parábola de los trabajadores de la viña, seguramente aquellos que protestaban eran los que pagaban impuestos y también los que menos necesitaban. Presiento que la justicia de Cacho en mucho se asemeja a la Justicia de Dios.



Como me cuenta Edgardo, la "escuela" de Cacho es una Iglesia con la gente del barrio, embarrada en sus anhelos y sus sueños. Ahí está el aprendizaje: "Eso, ir aprendiendo lo que Cacho aprendió del Vecino de Nazareth, creo que con el tiempo esos testimonios los van a encontrar por ahí entre la gente, que andando y andando te empiezan a conocer y a tenerte confianza y empiezan a contarte lo más lindo que les ha pasado en la vida del vecindario, conocer la esperanza o las cosas que les dijo Cacho de El, ta bueno."


Y ta bueno si, muy bueno, acercarse y hacerse vecino tiene que ser lo primero, para algunas es el más puro "socialismo" que surge de estar ahi y compartir, otros lo llamarán con otro nombre, quizás para evitar el miedo a lo que no se conoce nomas.


Es tener más tiempo para charlar profundo y también para perder el tiempo como dice Galeano, en los asados con leña verde, que no da nada de brasa pero en la espera enciende el fuego del encuentro:


Nos faltará aprender a distinguir la leña de la paja, con el tiempo. Y reconocer al eucalipto que enciende rápido pero dura poco, fiel a su época. Así vamos caminando con Dios que se hace vecino.



DIOS SE HIZO “VECINO”
En la inseguridad del camino
en la penumbra del amanecer
en la fecundidad del dolor
en la resistencia de la vida
en el rostro del pobre
en el grito del continente profeta
en la sangre de los mártires

Tu mano solidaria
ha bajado
hasta el barro, el hambre,
el rancho, los niños.
No la sueltes.
Las personas y los callejones
los basurales y los ranchos
se han ido transformando
porque Dios bajó a los barrios
y se hizo “vecino”.

Mientras haya manos capaces
de entregarse para siempre
la liberación es posible.
Sentirás que Su mano
se prolonga en la mía,
pequeña y sucia
para contagiar la Esperanza
de una vida liberada.
(Padre Cacho)

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