Siempre que comparto que tuve la gracia de estar unos años en Bolivia compartiendo con las comunidades Indígenas, la pregunta siguiente que escucho es ¿ Ahí si que se ve pobreza?
De mi corazón brotan rostros y encuentros que me dejan sin palabras para responder...
Lo que si mis ojos tuvieron la gracia de ver y mis oídos la gracia de escuchar, es la profunda relación con los Espíritus que tienen las diferentes culturas indígenas.
El monte, el rio, el viento, la lluvia... cada uno tiene su espíritu, su dueño, al cual hay que pedirle permiso y con el cual se puede dialogar e intercambiar.
En toda actividad,de caza, pesca, recolección, siembra, cosecha hay esa conciencia que estemos donde estemos ahí habita un Espíritu con el cual podemos relacionarnos de manera amigable o enfrentarlo.
Sin duda que los animales y cada vida humana es portadora de Espíritu, por lo tanto la relación es en primer lugar espirtual.
Otra mirada diferente es la de indígenas Guaraníes, Aimaras, y Collas que han venido a visitar a nuestro Pais. Su pregunta es ¿cuántas cosas materiales tiene la gente de acá?...
Se asombran de la cantidad de palabras que decimos, de nuestra hábita muy ruidosa, de la velociadad e individualismo para hacer las cosas, el encierro en paredes el mayor tiempo del día e incluso con un clima agradable y lo que más les sorprende es la ausencia de niños...
El inicio de nuestra iglesia católica se dio hace más de dos mil años en otra cultura más centralizada en la presencia del espíritu en el poder del rey, el templo de Jerusalén y la clase sacerdotal. (Juan 20,19-23)
Los primeros cristianos después de la muerte de su lider espiritual se encerraron en sí mismo y en sus casas por MIEDO a los que se presentaban como dueños del espíritu de Dios, Romanos y Judíos.
Nuestra mirada tiene diferentes opciones: buscar la vida, el espírtu en nuestro andar y en las relaciones, o quedarnos simplemente en búsqueda de lo material...
La buena noticia de la lectura bíblica de este fin de semana es que los primeros Cristianos se encontraban con las puertas cerradas por temor y Jesús se les hizo presente mostrando sus estigmas, heridas de la cruz, deseandoles la paz. Esto produjo una tranformación del miedo a la alegría.
Al percibir el regalo del Espíritu Santo en ellos sintieron paz , se sintieron perdonados y con esa vida nueva saliendo por todo el mundo a descubrir y anunciar las diferentes presencias espirituales. Comprometiéndose con la VIDA de todo ser humano y también con un sentido ecológico de hermandad con toda la creación.
Es un cambio existencial profundo si veo la vida en todo lo viviente, valorando la vida en el cuerpo de todo ser humano, me libera del materialismo consumidor que tanto nos exige y que de tantos nos aleja.
Nacho
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