viernes, 26 de abril de 2013

Quien se descubre amado por el amor de Jesús ama como él nos ama.

VER:
         En verdad se puede decir que como sociedad se va creciendo en «derechos y obligaciones» y hay que continuar la búsqueda de la justicia social. Sabiendo que nada es totalmente puro...
Festejemos por primera vez este año el «día del Trabajador Rural» el 30 de abril. Para estos derechos y obligaciones se llega a «convenios colectivos» entre trabajadores y contratantes.
Dentro de este caminar social también nos podemos preguntar sobre el amor.
¿Amar y ser amado es un derecho y una obligación?
También sobre esto se llega a legislar y a buscar acuerdos. Pero consideramos que el Amor es algo que trasciende las posibles justas normas y que es la esencia misma del ser humano. Sobre el amor se dice, se canta muchísimo, nosotros recogemos algo desde las palabras y hechos de Jesús de Nazaret.

ILUMINAR:
                      La palabra bíblica nos presenta la despedida de Jesús y se podría decir que distribuye su herencia. «Hijos míos ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros, así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan unos a los otros". (Juan 13, 31-35)

ACTUAR:
                  Quizás sería bueno encontrarnos personalmente y en comunidad con los escritos bíblicos que nos relatan la vida de Jesús y ver como es su modo de amar. En el texto de hoy está sentado a la mesa con sus discípulos y discípulas que le despiertan mayor afecto, con los que eligió para trabajar por su reino e incluso se sentó con quienes lo iban a negar, abandonar y traicionar. El compartir la mesa era el signo mayor de amistad. El amor de Jesús está más allá de sus afectos, más allá del trabajo y de un proyecto común, su amor no excluye a nadie e incluso incluye a sus enemigos. Pero su amor no es aceptado por todos, hay algunos que se retiran de su mesa o la quieren destruir. En nuestro corazón, en nuestras comunidades, en nuestras eucaristías:
¿hay lugar para todos? o ¿hay excluidos?
El amor de Jesús no se limita a ciertos derechos y obligaciones, a ciertas leyes... el amor trasciende lo legal. No pone condiciones previas Dios para amarnos, nos Ama porque es Amor. Esto es escandalizante y desestabilizador de los que afirman sus relaciones en el poder, en el poseer, en lo sentimental, o solamente en lo legal... El mandamiento y la herencia que nos dejó Jesús y que es signo de su presencia es el amor sin exclusión. A nivel de afectos y de proyecto común cada cual tendrá sus preferencias y relaciones más costosas, pero la comunidad, la sociedad no es un «grupito de amigos», la comunidad y la sociedad deben estar abiertas a todos así como son, dispuestos a sentarse a la misma mesa y a compartir los panes materiales, los saberes, servicios y la fe.
El racismo y el fanatismo de cualquier tipo, los celos, la envidia, el rechazo, el sectarismo, la exclusión no vienen de Dios, son malas programaciones familiares, culturales o son carencias de encuentro con el amor de Dios que es como el sol, sale para todos...
Quien se descubre amado por el amor de Jesús ama como él nos ama.
Nacho

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