sábado, 6 de abril de 2013

TIEMPO PASCUAL, TIEMPO DE LIBERACIÓN


NO TENGAN MIEDO, LA PAZ ESTE CON USTEDES,
ASI COMO EL PADRE ME ENVIO PARA LIBERAR
ASI LOS ENVIO A USTEDES A LIBERAR DE LOS MIEDOS


En tiempos de Jesús el miedo era uno de los modos de gobernar y explotar a los más pobres. El imperio romano con su gran ejército imponía miedo sobre el pueblo de Jesús. De tal manera había sido impuesto que los mismos judíos en caso de dificultades recurrían al ejército romano. La gran verdad que percibió Jesús desde su nacimiento y que fue conociendo en su vida de nazareno como trabajador ambulante era: que el gran robo eran los impuestos que se imponían al pueblo, el bajo precio de paga a los trabajadores de campo y manuales, siendo todo en favor del rey y su corte, con lo cual mantenía su imperio y el gran ejército. Saqueaban al pueblo diciendo que era para protegerlo.
Los sacerdotes del Templo eran consientes de esta verdad, ellos mismos tenían que entregar la mayor parte de sus ganancias al emperador romano. Pero el templo y la predicación sobre un Dios todopoderoso capaz de castigar era también otro modo de gobernar (espiritualmente) y de explotar al pueblo. Las ofrendas para recibir el perdón de Dios, para recibir curaciones e incluso para que les fuera bien en las cosechas y en el amor era un gran fraude religioso.

Semana santa es la manifestación de un hombre sin miedo llamado Jesús de Nazaret que se anima a entrar montado en un burrito, sin ningún ejército, el cual en principio despierta cierta expectativa como nuevo rey, por algunos signos que había hecho y por la gran multitud que lo seguía. Un hombre que celebró la pascua de manera festiva y orante a la vuelta de una mesa sin excluir ni siquiera a quien lo iba a entregar y a los que lo iban a abandonar. Un hombre que fue apresado por el ejército en común acuerdo con los sacerdotes del templo simplemente por su libertad ante los poderes del césar y los poderes del templo. Un hombre que fue torturado y asesinado como un bandido, abandonado por la inmensa mayoría de sus compañeros. Un hombre que según algunas mujeres y algunos testigos de la época venció la muerte resucitando, estando más vivo que nunca después de la muerte.


Creer en la vida, palabras y resurrección de ese hombre es liberador. Hoy como ayer y siempre este estilo de vida es lo más inquietante a los poderes opresores y a las espiritualidades que siembran miedo para hacer su negocio.

Los primeros discípulos si bien formaban la comunidad cristiana tenían miedo y necesitaron un encuentro personal de resurrección para perder el miedo a la muerte y a los que se imponían el miedo para tener sumiso al pueblo. El encuentro se dio con el que había sido crucificado ( Juan 20, 19 31) Los liberó de los sentidos de culpa e invitó a liberar a las personas de su sentido de pecado. Ellos así lo hicieron perdieron el miedo y enfrentaron con su vida de libertad, palabras y hechos a los verdaderos enemigos de Dios y del pueblo.

La Pascua nos invita perder el miedo a “los grandes colonizadores políticos, militares y religiosos que nos colonizan por medio del consumismo, por medio de adicciones y placeres pasajeros, por medio de la inseguridad y por medio de ritos y creencias vacías de compromiso con la realidad” Pascua será el día que demos este paso del miedo sumiso a la libertad comprometedora. Ese paso nos hará felices haciendo un poco más felices a los demás…
Nacho

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