En tiempos donde el apuro nos tiene estresados, muchas veces perdiendo de saludar al vecino, de disfrutar del paisaje, de encontrarnos con la historia y percibir que estamos haciendo historia. Un grupo de Quijotes en sus Rocinantes «autos antiguos» y los Sanchos «en autos de apoyos» incluso con algún «Cervantes» que relató paso a paso no con pluma sino por radio, la caravana multicolor recorrió 500 Km a un promedio horario de 40 Km por hora. Con tiempo para tomar mate mirándose a los ojos, comentando lo de ayer y lo presente.
Con tiempo para contemplar la cosecha del arroz, saludando a los trabajadores de la chacra en la maquinaria. Con tiempo para apreciar el avestruz, que anda cuidando su nido... A esta velocidad tiene tiempo la perdiz para volar sin ser atropellada y el apereá para cruzar sin ser pisada.
.. porque al final el ser humano no ha sido creado para vivir apartado ni encerrado entre corrales, el humano está hecho para el encuentro para formar rebaño grande.
Si bien esto es una marcha pacífica, también enfrentamos a los molinos de vientos, esos gigantes que nos quieren dividir y enfrentar, que nos quieren colonizar con el «use y deseche», nosotros sin mucho ruido le decimos a los molinos de vientos y a sus dos o tres dueños que otro mundo es posible: más sencillo, sin tirar lo viejo, ni a los viejos, sin necesidad de volar por aire ni volar a más de 100 por tierra para disfrutar del encuentro que al final son como días de verdaderas vacaciones.
Nacho
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