sábado, 19 de abril de 2014

¿Qué puede salir de Galilea de Nazaret ?…


En aquellos tiempos como en todo tiempo los lugares y las personas tendían a ser clasificados entre “buenos y malos”. De Nazaret, de Galilea nada bueno podía salir…
En nuestra familia esta semana hemos vivido: un cambio de actividades, recibiendo visitas y visitando, limpiando  la casa, juntando leña para el invierno y las celebraciones litúrgicas.
Finalizando la semana  me pregunto sobre la semana con mayor tiempo libre, en el cambio de actividades:
 ¿Cuáles fueron las actividades que  priorice?
El Nazaret de nuestra vida cotidiana también me despierta dos preguntas más:
 ¿Qué limpié? ¿Qué junté?
 Además de la limpieza de la casa, esta semana posibilitaba un cuidado mejor del cuerpo, una limpieza de la mente y  del corazón.
Nosotros aprovechamos a juntar leña para que el fuego se encienda en invierno. Esta semana ofrecía diversas oportunidades: para nuestros gustos, ya sean familiares, deportivas, folklóricas, campestres, laborales, turísticas, artísticas… litúrgicas. Cada cual sabrá “que leña juntó esta semana”. Algunos hicieron un poco de dinero, otros viajaron y descansaron, otros tuvieron reunidos en familia, otros participaron de espectáculos artísticos o deportivos… o mejor dicho quizás la mayoría tuvo momentos variados de encuentro, entrega y cosecha.
La liturgia cristiana de estos días nos quiere alimentar con esa presencia de Dios en medio del pueblo, ese Dios que comparte la mesa, ese Dios que asume y carga la cruz.
 Ese Dios que se acerca y se identifica con los empobrecidos, pecadores, con los sufrientes y excluidos.
Ese Dios que nos regala la buena noticia del perdón y la resurrección…
 Mucha gente en esta semana alimentó esa fe que es más que ciertas celebraciones litúrgicas, es un cambio de mente, de corazón, ante lo inesperado, ante lo negativo, ante las pérdidas, las injusticias, la enfermedad y la misma muerte.
Para tiempos  de calor no es necesario el fuego encendido, pero en tiempos buenos es que hay la posibilidad de juntar la leña para los tiempos fríos de temporales, que siempre llegan.
El jueves santo nos encontramos en una de nuestras Galileas, en el Lago Merín, donde ni siquiera grandes eventos habían para esta semana. Sin embargo “que linda celebración tuvimos”.
 Recordando el lavatorio de los pies que nos dejo Jesús, pasamos un repasador de mano en mano entre los cincuenta presentes de: Melo, Treinta y tres, Rocha, Tacuarembó, Yaguarón, Montevideo, Canelones, Colonia, Soriano, Río Branco y Laguneros. Cuando se recibía el repasador recordamos y agradecimos por los que nos han servido en nuestras vidas.
 No faltaron las lágrimas y palabras entrecortadas, los silencios y sonrisas recordando a Madres, Padres, familiares y amigos… ahí vimos que Dios estuvo y está con nosotros. Lo que han hecho con nosotros es lo que nos piden que hagamos con los demás…
Incluso festejamos el cumple 33 de Santiago, con torta canto, abrazos y la bandera de Colombia recordando a su novia.
La visita de Raquel, de su esposo y de su hijo, venidos desde Nueva Helvecia,  atizó el “tejido” que se ha ido dando de los Colibríes, de los campamentos teológicos en ese mismos Lago.
El viernes santo tuvimos la gracia de ser invitados a la celebración de la parroquia más chica de la diócesis: Charqueada. Ahí una anécdota evangélica fue: que después de celebrar la reconciliación en el templo, Estela una Mujer, se le ocurre que vayamos a la feria junto al río, donde estaban esperando las regatas, donde por la noche se realiza un festival y demás… Fuimos y el auto se transformó  en confesionario móvil… esta mujer nos acercó al pueblo, acercó la misericordia de Dios al pueblo…
Sin duda que en todo tiempo los Nazaret de las Galileas son noticia cuando ocurre algún gran evento o algo trágico, sin embargo podemos experimentar y anunciar que en esos lugares poco calificados, en esas personas sin mucha puntuación, por ser pobres, ser viejos, porque les fue mal en la primera apuesta familiar, en esas personas con carencias más palpables afectivamente o psicológicamente, en esas personas que no pueden salir de ahí…
Ahí está la posibilidad de encuentro con el Resucitado, ahí está la fuente de la esperanza y la vida… Esta tarde los laguneros nos adelantan la Pascua celebrando la misa a las cuatro de la tarde.

Con la esperanza de los corredores de la Vuelta Ciclista del Uruguay:
 “Todavía queda una etapa y hasta el final nada está definido”,
 la celebración de la Pascua,
 por lo tanto todavía hay tiempo para ir a Galilea, 
para limpiar nuestra casa,
 alimentarnos para el invierno venidero…
 y aún si no es así los ciclistas dicen al finalizar la Vuelta mañana domingo
 “si no fue en esta será en la del año próximo”…
 siempre hay esperanza…

Nacho

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