Comenzamos la semana Santa por el
sur del país, en Bella Unión, visitando a mis padres, hermanos y
sobrinos. Luego de las corridas de la semana anterior, intentando
dejar todo más o menos ordenado antes de irnos, llegamos con buen
tiempo y muy cansados. Allí nos esperaba mi madre, mi padre y mi
hermano y a diario nos visitaban mi otra hermana, su esposo y mis dos
hermosos sobrinos. Junto a nuestro hijo, nos hicieron salir de las
rutinas de las visitas, de las formalidades para pasar directamente
al juego en la alegría del reencuentro. Los niños tienen esa
frescura que a nosotros normalmente nos falta... y qué bien nos hace
estar con ellos!!!
Recorriendo el pueblo se nota un
movimiento mayor a años anteriores. Se dice que hay algo más de
trabajo, que hay más “plata”. Esas afirmaciones se traducen en
muchas motos por el pueblo, la apertura de varios Free Shop y de
cierta tranquilidad de la gente. El famoso barrio de las láminas es
hoy un pequeño barrio de viviendas pequeñas de ladrillo, que el
gobierno mandó construir luego del reclamos de sus pobladores.
Claro, a cincuenta metros de allí hay un Free Shop...y si el barrio
se ve mal da mala apariencia. Vaya a saber cuál es el causante del
otro...
De todas maneras la gente pobre
sigue poblando los rincones del pueblo. Se siguen viendo los
gurisitos descalzos, de pies embarrados y de pelos “chuzos”.
Frente al ex barrio de las Láminas algunas personas construyen su
casita al lado de la ruta, de chapas de madera, nylon y algunos
troncos. Mucha gente trabaja muchas horas para recibir sueldos que no
alcanzan. Entre ellos mi padre que debe estar desde las 21:00 hrs
hasta las 6:00 de la mañana trabajando de sereno cuidando un
caserón de un comerciante del pueblo. Seguro que el dinero le sirve
y mi padre aun es fuerte a sus 65 años, pero ¿es justo que siendo
jubilado tenga que estar fuera de su casa toda la noche, en vez de
estar tranquilo en casa, con su esposa y su hijo minusválido que
deben cuidar?
En medio de ese panorama vivimos
el Domingo de Ramos en la Parroquia del Pueblo. Un cura Mejicano
presidió la celebración y se alegró de tener a tanta gente (se
llenó el templo) y tantos chicos que pronto recibirán la comunión.
Sin duda que mucha gente se acerca para llevar el ramito de olivos a
su casa, e incluso en medio de la celebración se marcha. Al menos
así, es bueno que la gente se acerque a la Iglesia, el tema es si
aprovechamos esta oportunidad para presentarle al Dios de Jesús. La
gente busca a Dios de muchas maneras, pero aun nos falta ser más
eficaces en los mecanismos.
Días de descanso, de reencuentro
con la familia, de pasear un poco. Desde el lado brasilero, pasando
el puente sobre el Río Cuareim, hay mucha alegría por el mundial.
Paseando con mi hermano mayor -que viajó en auto- nos conquistó el
aire de pueblo, disfrutamos de la naturaleza, un sol radiante y un
paisaje hermoso. Cuánto nos perdemos por la vida loca que llevamos!!
En Montevideo vivimos corriendo desde el trabajo al estudio, del
estudio a casa, de casa a la escuela, y así se nos pasa el año y
vivimos detrás de un algo que no sabemos qué es. Gracias Señor por
tener estos momentos en nuestra diaria corrida, para escuchar tu voz.
Despidiéndonos de la familia nos
dirigimos hasta Salto, en donde tomamos otro ómnibus hacia Durazno.
Allí nos recogió un hombre con fama de “gurú” que nos llevó
hasta el paraje “El Chileno”, Departamento de Durazno, en donde
nos unimos a la gente de Talleres Don Bosco para llevar a cabo unos
días de misión. Entre alumnos de primer año, otros más avanzados,
ex alumnos, profesores, animadores, sacerdotes y padres que
acompañaron a sus hijos, vivimos una intensa semana Santa
compartiendo nuestro tiempo con los lugareños.
La “MISIÓN RURAL” se viene
desarrollando desde hace unos años durante la semana. Santa es una
hermosa posibilidad de encontrarse con Dios, en un ambiente
característico de nuestro país: el campo. Nos recibieron en la
estancia “La Tropilla” que pertenece a la familia de un alumno de
Talleres. Algunos nos alojamos en cuartos mientras otros armaron su
carpas en el campo frente a la caballeriza. El galpón de las
herramientas fue el lugar de reunión, pero también lo fue el fogón
armado afuera, al medio de las carpas, la misma caballeriza nos
encontró en la Adoración Eucarística. La hermosa estufa de la
cocina, nos calentaba el agua para bañarnos y a su vez nos congregaba
para el mate, las tortas fritas y la cocina.
Del miércoles al jueves fueron
días dedicados a la interioridad, a buscar a ese Dios que ya está
en nosotros y nos habla. Momentos de retiro personal, de reflexión
en grupos, de una preparación al sacramento de la Reconciliación
desde la ayuda de un examen de conciencia, nos fueron llevando a la
celebración de la última Cena. Allí nos unimos a la gente de la
comunidad que calidamente nos recibió en su capillita. Durante dos
tardes y divididos en grupos, se fueron dando las visitas a las
casas, bien distanciadas entre sí, por lo que tuvimos que
trasladarnos en auto, camión y también a pié. Algunos ya esperaban
la llegada de los misioneros, otros quizá por miedo no nos dejaron
pasar. Hay un tiempo para cada uno y como mensajeros debemos respetar
y aceptar que el camino tiene subidas y bajadas.
El viernes Santo realizamos el
Vía Crucis por calle, entre camiones y autos que pasaban por allí.
La celebración de Adoración a la Cruz por la Noche dió el cierre a
la espera tranquila del día de la Resurrección. El sábado nos
fuimos hasta Blanquillo, a unos pocos minutos de la capilla, donde se
llevó a cabo la “Criolla” en la cual los animadores de Talleres
tenía el encargo de animar, pasar música, y colaborar en todo lo
necesario. Allí se ven los jóvenes gauchos de nuestra patria que
aun mantienen viva la tradición, junto a los más veteranos y
experimentados, que van dejando la posta a las nuevas generaciones.
Gurises de todo el país, junto a adultos y niños, compartimos una
hermosa tarde de diversión. Como es propio del carisma salesiano, y
es lindo imaginarse a Don Bosco, los animadores realizaron juegos y
danzas para los niños del lugar, para que tuvieran una hermosa tarde
recreativa.
A la noche celebramos la Vigilia
Pascual bajo un cielo hermosamente estrellado y un poco de viento
frío, pero que fue aguantado muy bien por los que allí estábamos.
Luego de la fiesta Pascual, empezó el baile con la gente del lugar:
con un cordero hecho a la brazas, compartimos comida y bebida para
celebrar la Pascua de Jesús. Un Jesús cercano, amigo y paisano como
los mismos del lugar. Un Jesús niño que se hizo presente en dos
niños que fueron bautizados esa noche. Allí confluían las ganas de
divertirnos y pasar bien con la necesidad de celebrar la razón de
nuestra esperanza. Cerrando la semana celebramos la
Misa de Pascua en la estancia con todos los misoneros. Debajo del
garage del tractor, lugar acondicionado para el momento, recibimos a
Jesús Eucaristía vivo y resucitado y contentos de haber vivido tan
hermosa semana.
Concluyendo: Queremos ser familia
misionera y cada vez nos convencemos más de que no estamos para
estar muy quietos. Nos gusta ir allí donde podamos colaborar en
acercar a Cristo a la gente. La recompensa es inmensa: ver el proceso
de los nuevos misioneros, ver la alegría de la gente del lugar que
nos agradece cada visita, la algarabía de los niños disfrutando de
tantos adolescentes y jóvenes que los hacen bailar y jugar y les
regalan su cariño, ver el disfrute de los animadores organizadores
que preparan la misión y ven el fruto de sus esfuerzos. Y sobre todo
ver a nuestro hijo recibiendo tanto cariño de tanta gente que no
conocíamos y que en pocos días lo hicieron sentir tan parte del
grupo y nos ayudaron a cuidarlo.
“Busquen el Reino de Dios y
los demás vendrá por añadidura”...y qué hermoso es eso
extra que el Señor nos sigue regalando aun sin merecerlo. Qué
hermoso es haber sido llamados a ser misioneros!!! Queremos renovar
nuestro sí al Dios del amor y poder contagiar a otros con esta
alegría. Gracias Señor pues con tu Resurrección nos das la
posibilidad de poder cambiar nuestra vida en vida abundante y conocer
a gente también dispuesta a vivir de la misma manera.
FELIZ PASCUA para todos!!!
Diego, Rossina y Juan Pablo.
Muy bonito y profundo Felices Pascuas besos Marta
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