martes, 22 de abril de 2014

SEMANA SANTA: UN REENCUENTRO CON EL DIOS DEL AMOR

Comenzamos la semana Santa por el sur del país, en Bella Unión, visitando a mis padres, hermanos y sobrinos. Luego de las corridas de la semana anterior, intentando dejar todo más o menos ordenado antes de irnos, llegamos con buen tiempo y muy cansados. Allí nos esperaba mi madre, mi padre y mi hermano y a diario nos visitaban mi otra hermana, su esposo y mis dos hermosos sobrinos. Junto a nuestro hijo, nos hicieron salir de las rutinas de las visitas, de las formalidades para pasar directamente al juego en la alegría del reencuentro. Los niños tienen esa frescura que a nosotros normalmente nos falta... y qué bien nos hace estar con ellos!!!
Recorriendo el pueblo se nota un movimiento mayor a años anteriores. Se dice que hay algo más de trabajo, que hay más “plata”. Esas afirmaciones se traducen en muchas motos por el pueblo, la apertura de varios Free Shop y de cierta tranquilidad de la gente. El famoso barrio de las láminas es hoy un pequeño barrio de viviendas pequeñas de ladrillo, que el gobierno mandó construir luego del reclamos de sus pobladores. Claro, a cincuenta metros de allí hay un Free Shop...y si el barrio se ve mal da mala apariencia. Vaya a saber cuál es el causante del otro...
De todas maneras la gente pobre sigue poblando los rincones del pueblo. Se siguen viendo los gurisitos descalzos, de pies embarrados y de pelos “chuzos”. Frente al ex barrio de las Láminas algunas personas construyen su casita al lado de la ruta, de chapas de madera, nylon y algunos troncos. Mucha gente trabaja muchas horas para recibir sueldos que no alcanzan. Entre ellos mi padre que debe estar desde las 21:00 hrs hasta las 6:00 de la mañana trabajando de sereno cuidando un caserón de un comerciante del pueblo. Seguro que el dinero le sirve y mi padre aun es fuerte a sus 65 años, pero ¿es justo que siendo jubilado tenga que estar fuera de su casa toda la noche, en vez de estar tranquilo en casa, con su esposa y su hijo minusválido que deben cuidar?
En medio de ese panorama vivimos el Domingo de Ramos en la Parroquia del Pueblo. Un cura Mejicano presidió la celebración y se alegró de tener a tanta gente (se llenó el templo) y tantos chicos que pronto recibirán la comunión. Sin duda que mucha gente se acerca para llevar el ramito de olivos a su casa, e incluso en medio de la celebración se marcha. Al menos así, es bueno que la gente se acerque a la Iglesia, el tema es si aprovechamos esta oportunidad para presentarle al Dios de Jesús. La gente busca a Dios de muchas maneras, pero aun nos falta ser más eficaces en los mecanismos.
Días de descanso, de reencuentro con la familia, de pasear un poco. Desde el lado brasilero, pasando el puente sobre el Río Cuareim, hay mucha alegría por el mundial. Paseando con mi hermano mayor -que viajó en auto- nos conquistó el aire de pueblo, disfrutamos de la naturaleza, un sol radiante y un paisaje hermoso. Cuánto nos perdemos por la vida loca que llevamos!! En Montevideo vivimos corriendo desde el trabajo al estudio, del estudio a casa, de casa a la escuela, y así se nos pasa el año y vivimos detrás de un algo que no sabemos qué es. Gracias Señor por tener estos momentos en nuestra diaria corrida, para escuchar tu voz.
Despidiéndonos de la familia nos dirigimos hasta Salto, en donde tomamos otro ómnibus hacia Durazno. Allí nos recogió un hombre con fama de “gurú” que nos llevó hasta el paraje “El Chileno”, Departamento de Durazno, en donde nos unimos a la gente de Talleres Don Bosco para llevar a cabo unos días de misión. Entre alumnos de primer año, otros más avanzados, ex alumnos, profesores, animadores, sacerdotes y padres que acompañaron a sus hijos, vivimos una intensa semana Santa compartiendo nuestro tiempo con los lugareños.
La “MISIÓN RURAL” se viene desarrollando desde hace unos años durante la semana. Santa es una hermosa posibilidad de encontrarse con Dios, en un ambiente característico de nuestro país: el campo. Nos recibieron en la estancia “La Tropilla” que pertenece a la familia de un alumno de Talleres. Algunos nos alojamos en cuartos mientras otros armaron su carpas en el campo frente a la caballeriza. El galpón de las herramientas fue el lugar de reunión, pero también lo fue el fogón armado afuera, al medio de las carpas, la misma caballeriza nos encontró en la Adoración Eucarística. La hermosa estufa de la cocina, nos calentaba el agua para bañarnos y a su vez nos congregaba para el mate, las tortas fritas y la cocina.
Del miércoles al jueves fueron días dedicados a la interioridad, a buscar a ese Dios que ya está en nosotros y nos habla. Momentos de retiro personal, de reflexión en grupos, de una preparación al sacramento de la Reconciliación desde la ayuda de un examen de conciencia, nos fueron llevando a la celebración de la última Cena. Allí nos unimos a la gente de la comunidad que calidamente nos recibió en su capillita. Durante dos tardes y divididos en grupos, se fueron dando las visitas a las casas, bien distanciadas entre sí, por lo que tuvimos que trasladarnos en auto, camión y también a pié. Algunos ya esperaban la llegada de los misioneros, otros quizá por miedo no nos dejaron pasar. Hay un tiempo para cada uno y como mensajeros debemos respetar y aceptar que el camino tiene subidas y bajadas.
El viernes Santo realizamos el Vía Crucis por calle, entre camiones y autos que pasaban por allí. La celebración de Adoración a la Cruz por la Noche dió el cierre a la espera tranquila del día de la Resurrección. El sábado nos fuimos hasta Blanquillo, a unos pocos minutos de la capilla, donde se llevó a cabo la “Criolla” en la cual los animadores de Talleres tenía el encargo de animar, pasar música, y colaborar en todo lo necesario. Allí se ven los jóvenes gauchos de nuestra patria que aun mantienen viva la tradición, junto a los más veteranos y experimentados, que van dejando la posta a las nuevas generaciones. Gurises de todo el país, junto a adultos y niños, compartimos una hermosa tarde de diversión. Como es propio del carisma salesiano, y es lindo imaginarse a Don Bosco, los animadores realizaron juegos y danzas para los niños del lugar, para que tuvieran una hermosa tarde recreativa.
A la noche celebramos la Vigilia Pascual bajo un cielo hermosamente estrellado y un poco de viento frío, pero que fue aguantado muy bien por los que allí estábamos. Luego de la fiesta Pascual, empezó el baile con la gente del lugar: con un cordero hecho a la brazas, compartimos comida y bebida para celebrar la Pascua de Jesús. Un Jesús cercano, amigo y paisano como los mismos del lugar. Un Jesús niño que se hizo presente en dos niños que fueron bautizados esa noche. Allí confluían las ganas de divertirnos y pasar bien con la necesidad de celebrar la razón de nuestra esperanza. Cerrando la semana celebramos la Misa de Pascua en la estancia con todos los misoneros. Debajo del garage del tractor, lugar acondicionado para el momento, recibimos a Jesús Eucaristía vivo y resucitado y contentos de haber vivido tan hermosa semana.
       Concluyendo: Queremos ser familia misionera y cada vez nos convencemos más de que no estamos para estar muy quietos. Nos gusta ir allí donde podamos colaborar en acercar a Cristo a la gente. La recompensa es inmensa: ver el proceso de los nuevos misioneros, ver la alegría de la gente del lugar que nos agradece cada visita, la algarabía de los niños disfrutando de tantos adolescentes y jóvenes que los hacen bailar y jugar y les regalan su cariño, ver el disfrute de los animadores organizadores que preparan la misión y ven el fruto de sus esfuerzos. Y sobre todo ver a nuestro hijo recibiendo tanto cariño de tanta gente que no conocíamos y que en pocos días lo hicieron sentir tan parte del grupo y nos ayudaron a cuidarlo.
       “Busquen el Reino de Dios y los demás vendrá por añadidura”...y qué hermoso es eso extra que el Señor nos sigue regalando aun sin merecerlo. Qué hermoso es haber sido llamados a ser misioneros!!! Queremos renovar nuestro sí al Dios del amor y poder contagiar a otros con esta alegría. Gracias Señor pues con tu Resurrección nos das la posibilidad de poder cambiar nuestra vida en vida abundante y conocer a gente también dispuesta a vivir de la misma manera.
FELIZ PASCUA para todos!!!
Diego, Rossina y Juan Pablo.

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