Hay que tener claro, que se puede lograr SIGNOS de un mundo diferente, más humano, más justo... pero que el dios de este mundo es el dinero y el poder, entonces los mismos hombres que en un momento están en el grupo de «los chicos», después de un buen trabajo, pueden ser comprados por los «grandes»... dejando claro que «el amor a la camiseta» queda en segundo lugar después de los intereses económicos...
Disfrutemos de todo proceso personal y grupal donde nuestras diferencia bien ubicadas hacia un mismo fin, se transforman en potencial para lograr buenos objetivos, sin necesidad de mucho dinero, ni un poderoso que nos respalde. Teniendo claro que los signos de otro mundo posible, de una convivencia más humana que no está centrada en el tener y consumir… son procesos, son momentos que no serán eternos.
Podemos organizarnos laboralmente de manera solidaria. Podemos realizar una fiesta «lluvia» participativa en todos los sentidos. Podemos formar un buen grupo político… Plaza Colonia pudo ganar un campeonato jugando como equipo... Si, todo es posible, bello y necesario, pero si bien se le puede ganar batallas al capitalismo, este tiene el poder y el dinero como para imponerse nuevamente.
Tomando el ejemplo del fútbol Uruguayo, vemos en su historia muchos signos de trabajo humilde en equipo. En su momento lo hizo Defensor, Danubio, Rocha, Racing… con menor presupuesto, con menor infraestructura... superaron a los grandes y lograron lugares importantes.
¿Qué paso después?
El poder económico mundial y local desintegra a los equipos con ofertas tentadoras para el club y para los jugadores. A veces el «comprado» al año siguiente se pone la camiseta del grande que fue derrotado, o simplemente es «comprado» para desmantelar al equipo que está haciendo un trabajo mejor, mandando al jugador «comprado» a la tercera o dándolo a préstamos a otro equipo.
La única manera de «no ser comprado» es con una profunda ideología o espiritualidad, y hay que estar dispuesto al fracaso...
Entonces algo No puede estar en nuestra escala de valores ni en nuestro modo de enseñar es el Éxito. Tenemos que integrar en nuestra vida la soledad y la perdida, si queremos mantenernos a largo plazo en un camino verdaderamente humano. Aprender a estar solos, porque en determinado momento por dinero o por poder perderemos compañeros. Aprender a mantenernos de pie en las derrotas, porque están aseguradas en el camino de la verdad y la justicia, ya que el dinero y el poder lo compra a casi todo.
También es verdad que del otro lado tampoco nada es seguro ni eterno. Sobran los testimonio de que el dinero y el poder no pueden dar la felicidad eterna y mucho menos la paz interior. Simplemente ofrecen «momentos más o menos prolongados exitosos, con comienzo y final marcado».
Entonces tenemos que elegir celebrar y perder con trabajo, humildad, junto a otros, o tener momentos exitosos, y de los otros, estando sobre los demás. Morir moriremos todos y nadie puede elegir ser eternos en esta vida, pero si podemos elegir porque y por quienes morir…
El Colibrí
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