Este año, quién sabe por qué me ha pegado mucho esto de que para el hemisferio sur, en este tiempo, el ciclo natural está finalizando por una parte y preparándose a su vez para comenzar de nuev
Este año estoy más despierta y receptiva a la energía que el solsticio de invierno trae consigo... Lilo (nuestra gata) y yo, nos levantamos antes de que salga el sol, abrimos la ventana y allí quedamos, en contemplación del nuevo tiempo... es casi imperceptible, pero algo va sucediendo... hago el ejercicio de recordar, de volver a pasar por el corazón el tiempo vivido, y voy haciendo decantar lo firme, las cosas sólidas que han quedado y me afirmo y re afirmo en ellas.
La mudanza, el gran cambio que me insertó finalmente en Córdoba; la constitución de CEBIL, mi grupo de referencia, mis iguales, con quienes busco en Córdoba la huella a seguir; el trabajo, el estudio, la Tiempo, las visitas que llegan, enero en Uruguay, decantan como lugares conocidos de encuentro, de búsquedas...
También decantan ausencias, personas que ya no están y que las añoro, que quisiera volver a ver, a escuchar, a reírme con ellas. Decantan personas enfermas, que me revelan contra la vida, que por más que intente pensar en positivo y buscarle la vuelta, me da mucha bronca que tengan que pasar por esto.
Quisiera que decantaran noticias, hechos importantes, pero no me cae ninguno... debe ser que aún sigo creyéndome el centro del universo! Un poco de eso hay, no lo niego, pero también es parte de esta opción preferencial por las cosas más pequeñas, por la simple cotidianeidad, por el saludo y la charla diaria. Seguramente el año que se inicia venga con una vuelta “a la jungla”, a salir de la tranquilidad y protección de mi hogar...
Pienso más y comienzan a decantar algunos hechos políticos importantes, trascendentes, que hablan sobre este cambio, este pachakuti que está aconteciendo: la relevancia que cobró el conflicto Qom en Formosa, la marcha del TIPNIS, Mujica y sus locuras evangélicas...
El año se cierra: César presentó su libro “La patria que me parió” dándole final a su experiencia en Malvinas; Cachay estuvo entre nosotros nuevamente; el sábado nos juntamos “los del liceo” por primera vez sin Esteban; en Paraguay se desata un enfrentamiento casi bélico, ahora, en este momento. La tierra se mueve y todo se sacude...
En silencio inicio este viaje a Uruguay, a Mercedes, a mi casa, a encontrarme con mi familia, a disfrutarlos, a sentir el frío en la cara y recorrer su río. Quiero estar en silencio y unirme a la tierra, sentir su fuerza, regenerar las mías, limpiar mi energía, centrarme, para luego salir nuevamente al encuentro del otro, de la otra. Nelda
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