viernes, 7 de marzo de 2014

Habrá momentos en nuestra vida “de elección”...pongamos nuestra persona en manos de nuestro Padre,

       La mayoría de la humanidad tiene una vida cotidiana silenciosa. Nace, crece, estudia, trabaja, se enamora, sufre, tiene ciertos logros y pérdidas, se relaciona en familia y sociedad… muere. Dentro de cada grupo humano hay personas “que son más visibles”, ya sea por  destacarse en algún arte, deporte, política o servicio. Para todos, hay tiempos donde todo sale con mayor facilidad, otros de más o menos complicaciones, habiendo tiempos especiales que son de “tomar decisiones fundamentales”. En esos tiempos buscamos las energías positivas, deseamos tener cerca buenos amigos y también aparecen las tentaciones…
    Jesús que nos muestra a Dios, el mayor tiempo de su vida lo vivió “como un paisano más”. Junto a Juan Pueblo asumió, se comprometió con la vida cotidiana de manera silenciosa. A edad madura para su cultura fue elegido para ser “una persona más visible socialmente”. Jesús acepta el desafió y se toma un tiempo de preparación específico para asumir el servicio público.


   Aparecen las tentaciones, que son en relación a los más empobrecidos, a lo milagroso y  en relación al poder. Jesús fue tentado en “usar a los pobres” para transformase en rey. Tentado a realizar cosas espectaculares para ser reconocido como un milagrero con la fuerza de Dios. Tentado ha llegar al poder, utilizando cualquier medio, con la fuerzas ocultas del mal. Jesús venció las tentaciones dominando su propia carne, sostenido en la palabra bíblica. No llegó al éxito esperado por muchos, pero al ser libre del prestigio, del poder y del tener,  nos dejó un camino de libertad, de obediencia al padre y de triunfo sobre la muerte más haya de esta vida… (Mateo 4, 1-11)

    La mayoría de nuestro tiempo es un tiempo vivido en silencio. La palabra bíblica revelada por Jesús nos da la buena noticia que “lo cotidiano, es tiempo de Dios.”. Si creemos y valoramos la presencia de Dios entre nosotros en lo común de cada día, encontraremos un sentido trascendente grandioso y maravilloso en las realidades, en los encuentros simples de hoy aquí y ahora. Seremos felices haciendo lo que tenemos que hacer, siendo lo que realmente somos.

   Habrá momentos en nuestra vida “de elección” y ahí seremos tentados al igual que Jesús en relación a los más empobrecidos, a lo milagroso y al poder. Todo lo que tengamos que elegir, nos relaciona de manera de “uso”, de “exclusión”, de “indiferencia” o “cercanía”, solidaridad” con los más empobrecidos y a los tratados como pecadores. Todo lo que tengamos que elegir nos pondrá en  caminos humanos, a su tiempo, con otros seres humanos, o realizaciones mágicas, centradas en complacer a nuestro Yo. Todo lo que tengamos que discernir se nos presentarán diferentes “medios” para realizarlo, los medios de las tinieblas que dan poder y los medios de la verdad y la justicia…


    Las decisiones ya tomadas, lo que ya hemos realizado no lo podemos cambiar, pero si nos podemos preparar en este tiempo de cuaresma, poniendo nuestra persona en manos de nuestro Padre, prepararnos para “servirlo”, venciendo las tentaciones mediáticas y triunfalistas, servidlo con nuestras carencias y debilidades, cargando nuestra cruz, y aceptando el resultado que se de “el camino es la recompensa”.
Nacho
    

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