viernes, 9 de mayo de 2014

Teología del Dentista

Hace días que andaba más dispuesto a escuchar a Dios. He estado más atento en la vida cotidiana en cuanto a los encuentros y acontecimientos. He intentado hablar menos y escuchar con más atención. He afirmado los tiempos de descanso y de oración. La palabra bíblica de cada día ha vuelto a tener su lugar. La estufa a leña encendida a ayudado…

Pero Dios sigue sorprendiendo en su modo de manifestarse. Fui al dentista para acompañar a mi madre que se está haciendo dientes nuevos. Me sorprendió el profesionalismo de este amigo. Hace dos años nos conocemos, ha celebrado el bautismo y la primera comunión el año pasado. Se llama Esteban.

Tanto me llego su manera de trabajar, explicando cada paso que da, que surgió el deseo en mi de hacerme ver un diente que hace tiempo se me callo el arreglo. En estos momentos vengo de allá. Dios me hablo a través de Él.

Lo primero que hizo fue mirar el diente que le indique dándome un primer diagnostico. Después me propuso dar una mirada general a toda la dentadura. Me fue sorprendiendo con lo que iba encontrado y me iba explicando. Llegando a la conclusión que tenía un mal general en las ensias que perjudicaba toda la dentadura de hace más de 15 años. Que si no lo atendía seguramente con el tiempo perdería uno a uno los dientes.

Mientras que hacia su trabajo me despertó muchas preguntas en cuanto a mi humanidad y servicio sacerdotal. Lo primero es si la manera de relacionarme ¿es atrayente o crea barreras? Y lo que más me movió fue verme en falta. Cuanta gente se acerca por algo concreto y a veces le hablo de otra cosa. O lo peor de todo es cuando a eso concreto que me plantean aporto algo sin conocer el todo. Lo lindo de todo esto fue que lo viví como voz de Dios.

Impresionante eran sus relatos acompañados de una cámara que permitía que fuera viendo mis propias caries en la televisión. Sentía como que me invitaba a asumir mi verdad. Siempre hacia una propuesta de solución, aunque mas no fuera: “a esta hay que arrancarla ya está con el nervio muerto”.

Realmente creo que Esteban atizo el más profundo de mis sueños-deseos: poder ser un instrumento de servicio a la humanidad, para que se encuentre consigo mismo y pueda curar lo curable, y extirpar lo que no apunta a la vida. 

Comparto con ustedes los frutos de este tiempo, para que me ayuden a ser lo que realmente quiero ser, que creo es para lo que me han dado los dones.

Sin olvidar que me recomendó cambiar de cepillo de dientes, y el modo de cepillarme. Por años cosas que creía buenas no lo eran. Por momento pensé ¿porqué nadie me lo había dicho antes?.

Pero ahora mas que buscar cambiar la historia que ya no se puede cambiar, que me ha llevado unos cuantos dientes y muelas, además de buen dinero, solo quiero disfrutar de este día. 

No es que mi dentadura cambio, apenas me dio el diagnostico y hizo un pequeño arreglo. Necesito de un buen tiempo de atención y unos años para que las encías se recuperen. Pero es hermoso sentirse en camino de mejor vida.

Si bien Dios es muy libre y sorprendente, también es muy respetuoso por nuestra libertad. Por eso creo que la disposición, la búsqueda de estos días fue fundamental para que Dios me hablara.

Nacho

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