Tanto a nivel nacional, como departamental y local, “ya hay nombres que se postulan” y “estrategias políticas andando, para ganar votos”.
Entre las personas las hay: “las del partido, con o sin apellidos reconocidos”; hay otras personas que “se presentaran por primera vez a nuevos cargos, ya sea después de haber estado en otro lugar, o apareciendo desde las bases”; y hay otras personas que son invitadas a “cambiar de color” para las próximas elecciones…
Las estrategias políticas son las de siempre: Están los que: “dividen para reinar”, a todos le pasan la mano por el hombro y buscan que ellos se enfrenten, todos sumando para quien dirige la orquesta; Están los que “hacen el trabajo hormiga”, intentando ser buen vecino, participar de pequeños grupos y realizaciones; Están los que su fuerte es “el poder o el dinero”, estos últimos pocas veces muestran son rostro en la cancha, pero trabajan “colaborando” con su pingo, para después ser retribuido según sus intereses.
¿Y Juan Pueblo? Según mi parecer está “vacunado con la peste del consumismo individualista”. Esto lo lleva que tanto en lo laboral como político “se prostituya al mejor postor”. Son pocos los que “tiene la vaquita o la chacrita propia” que le da mayor libertad ante los “que compran”.
Hay muchos prendidos de la “teta” de la vaquita de siempre “el estado”, en sus distintas dimensiones, que tiene como patrones a agrupaciones de distintos colores, y dentro de cada una hay gran lucha interna.
Pero el gran cambio es “los grandes monopolios empresariales”, los cuales en distintas formas “dan de comer a mucha gente”. Hoy en día casi todos se arrodillan ante ellos. Decir alguna verdad es perder votos.
El cooperativismo, ha sido el más atacado por el “maligno”. El “construir algo juntos” hoy en día es el gran desafío, es la profecía de algo distinto y mejor que lo actual.
Seguimos creyendo en la familia, las comisiones, en lo comunitario. Sabiendo que creer y apostar a eso hoy en día “no es lo más exitoso”, pero todo monstruo de “pie de barro o de oro” a su tiempo se cae, y caen con él los que lo adoraron.
Lo bueno, lo mejor, lo justo, que siempre será con el “aporte de distintos con un fin común”, si se cree en este modo de vivir, en esta postura política, puede ser que no haya logros inmediatos, pero habrá tranquilidad de conciencia y pequeñas realizaciones que permanecerán en el tiempo… y a su tiempo serán muy fecundas.
Creemos en el hombre comunitario.
El Colibrí
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