JUEVES 18 DE AGOSTO 2016, alguien me recordaba que el jueves es el día en que se celebra la última cena, y hoy 18 celebramos los 20 años de la misa de ordenación sacerdotal en el Teatro de Verano de Melo.
Victoria y
Gonzalo fueron los que me despidieron en la terminal de tres cruces a las 0.30
y después comenzó el andar. Otro signo “la
vocación el gusto por la intinerancia”. Llegando a Melo descansamos una hora,
mateamos, repartimos los diarios y partimos con mi mama hacia Rio Branco. A los
cuatro quilómetro casi se nos incendia el auto. Una humareda del motor nos
asusto y nos hizo detenernos.
Esperando
el mecánico el cual soluciono el problema de cables, reflexionamos sobre la
vida “es un don”. La amistad con la
hermana muerte, nos hace más comprometido con la vida… El creer en algo más nos
da libertad ante las cosas, las personas, ante los años, ante nosotros mismos…
y da sentido a la entrega.
EN RÍO BRANCO, unas horas de trabajo, almuerzo, apoyo a los preparativos y una siestita… Es bello tener un corazón habitado, en todo el día, especialmente
contemplando la naturaleza en el viaje, se hicieron presente recuerdos y
personas. Me gusta esa imagen de que el corazón es un espacio que se puede dilatar,
teniendo lugar para cada uno, para todos. Mas lugar hay cuanto menos cosas
materiales se posee.
EL HERMANO SOL, de la
tarde permitió la reunión de catequistas en el patio, lo pastoral es parte de
este caminar. Nos fuimos sorprendiendo con la llegada de personas esperadas y
otras que nos sorprendieron. Unos cuantos eligieron “dejar algo” para estar…
Gracias.
LA REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO, la compartimos
escrita: HE INTENTADO AMAR Y ME RECONOZCO MUY AMADO. Estoy aprendiendo con errores,
por lo tanto la paciencia, la misericordia, la FE de Dios y del prójimo hacia mí,
ha sido FUNDAMENTAL, y seguirá siendo
necesario ese Amor. Son 20 años que no me hacen más fuerte y si me hacen
reconocerme MAS PEQUEÑO, parte de un
todo, necesitado de otros, EN MANOS DE DIOS. Gracias. La salvación no pasa por
ser malos o buenos, ni por una u o otra creencia religiosas, somos salvados si
aceptamos su invitación,
si estamos dispuestos a sentarnos con TODOS, los que EL quiere invitar a su mesa. La infinita
misericordia de Dios es para TODOS, es un regalo, pero no se impone. Por lo
tanto ante Dios tenemos que estar dispuesto a dejarnos amar, dejarnos
perdonar. Creer en Dios, es creer en su
Amor, sin merecerlo, para cada uno de nosotros y para TODOS los demás. (Mateo
22, 1-14)
LA HOMILÍA fue compartida, centrada en el sacerdocio ¿Cómo lo deseamos? Primero pensando en los curas y después recordando que TODOS somos sacerdotes por el bautismo.
Fue otro signo la participación, el asentó que se puso en lo humano.
Como lo es la autenticidad, la sencillez, la humildad, la cercanía, el ser
persona de esperanza, mística.…
LA CONSAGRACIÓN, es uno de los momentos inexplicables. Ese momento frente al pan y
el vino, invocando el espíritu, pronunciando las palabras de Jesús, en estos
veinte años SIEMPRE ha sido un momento
profundamente trascendente. A su vez el instante siguiente de silencio me
emociona. Quizás me recuerda desde donde fui elegido para este humilde
servicio. En particular que “es para el perdón
de los pecados”, me toca lo mas intimo y me hace agradecido de poder ser
instrumento de esta “buena noticia”.
LA ACCIÓN DE
GRACIAS, fue agradeciendo cada una de las presencias, haciendo presente a los que
estaban desde otro lugar y presentando a una gran amiga: La SOLEDAD. A lo que se sumo unas palabras venidas de la
parroquia el Buen Pastor de Melo, que me hicieron brotar lágrimas de
agradecimiento. Continuando la celebración con una bendición final que nos regalo
Dios por medio de toda la comunidad. Cantamos “Y llegara un nuevo día, un nuevo
cielo, una nueva tierra, un nuevo mar, en ese día los oprimidos su libertad
proclamaran…” y culminamos con los abrazos de paz.
FIESTA, otro
signo, la FIESTA LLUVIA, que para mí siempre es lo más evangélico. Sin faltar
las charlas, la torta, la gratuidad, el encuentro… Al final del día, el corazón
rebosaba de nombres. Como se dice significativamente “estoy con las pilas bien cargadas”,
para seguir caminando, siendo puente en manos del gran arquitecto, necesitado
del mantenimiento y mejora de parte del pueblo, ESTOY DISPONIBLE. Siendo puente para servir a quien
quiera pasar:
del pecado a la misericordia,
del dolor a la esperanza,
de la
confusión al horizonte,
de la tristeza a la alegría,
del yo al nosotros,
del individualismo a lo comunitario,
de la uniformidad a la diversidad,
del mío
a la solidaridad,
de la esclavitud a la libertad…
Nacho
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