sábado, 9 de octubre de 2010

Mujica cuestionó el hiperconsumismo

Grito de alerta.
"Nuestro deseo de tener más y más no tiene límites"
El presidente de la República, José Mujica, criticó la "falta de límites" de la sociedad actual para llevar adelante un consumismo "creciente y desaforado", lo que provoca en los grupos familiares una tendencia a comprar y comprar más "tras la ilusión de ser más feliz"
CUANTO MAS TENEMOS,
MAS NOS HACE FALTA...
En la audición "Habla el Presidente", que se trasmite por la emisora M24, el mandatario dijo que no está a favor de la idea de "vivir en un caño o abajo de un árbol", pero lo cierto es que el hombre actual "gasta mucho tiempo" de su vida tratando de conseguir los medios económicos que le permitan comprar y comprar.
"Nos parece que más allá de las noticias que inevitablemente a veces tenemos que tocar, hay que hacer el intento de escudriñar en las características más hondas de nuestra época, de nuestro tiempo, intentar tener una idea de cuáles son los signos, las angustias y los desafíos de nuestra época", señaló.
"Claro está que semejante intento supera todo lo que se pueda decir en un corto espacio, pero permítasenos por lo menos volcar algo de nuestras caseras conclusiones, que en alguna medida se van a reflejar en nuestro quehacer, porque es uno de los modos de ver la propia realidad", argumentó el mandatario.
"Nuestra época -y hablo a nivel del mundo- está basada en una lucha constante atrás del intento de que la economía crezca, y esto es así, porque el gran motor es la creciente demanda, el fomentar y multiplicar un creciente consumo.
Ese creciente consumo tironea por todas partes hacia el crecimiento de la economía, pero la economía no puede crecer si no crece a su vez ese consumo", señaló en lo que consideró una simplificación en "muy grandes trazos" para tratar de rescatar lo esencial.
El mandatario afirmó que "ese consumo, transformado en un empuje subliminal de la conducta que tienen las grandes masas por todas partes, a veces supera las propias posibilidades reales que tiene la economía".
"Es indudable que, por todas partes, la vida de nuestra época se asienta sobre la multiplicación constante de un consumo que, en muchos casos, habría que clasificar como hiperconsumo, por encima de las necesidades reales del hombre. Parecería que, en los hechos, nuestra conducta tiende a confundir o a entender que el escalón posible de felicidad humana es poder consumir más y más y más", argumentó.

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(... hijo estudia bien, para tener un trabajos como papa, que hoy descansa junto al mar...)

¿Cómo se explica este aparente dislate?"

Mujica dijo que "se produce en los hechos una reacción paradojal: podríamos a veces afirmar que estamos mucho más pobres, porque vamos logrando ser más ricos. ¿Cómo se explica este aparente dislate? Por un lado, muy sencillo, cuanto más tenemos más crece la preocupación por lo que nos falta".

Para el Presidente, "nuestra capacidad de tener tiene límites, pero nuestro deseo de tener no tiene límites.
Y este es uno de los desafíos más sencillos, y más hondo, y más evidente, y más agresivo. Está envolviendo al mundo entero casi y termina generando cosas y reacciones, indirectamente, que parecen increíbles".
"A título de ejemplo, hace algunos pocos años la socialdemocracia europea, más, la creciente productividad por capitalización de esas sociedades europeas, permitieron allí, en muchos lugares, que se redujera la jornada de trabajo a 6 horas. Y esto fue levantado como un bandera de progreso, porque es evidente, es la posibilidad de tener más tiempo libre para vivir, más tiempo precisamente para dedicarnos a las cosas que nos pueden gustar", destacó.
"Así que, esta jornada cortada de trabajo, daba la impresión de ser una mejora de la vida y de la felicidad humana. Y daba la impresión de ser un progreso fantástico a favor de la vida, precisamente, de las grandes masas trabajadoras".
"Pero tal vez no se pudo medir que ya teníamos esta impronta de nuestra época del plusconsumo, del hiperconsumo, como nervio conductor de nuestras conductas.
¿Y qué fue lo que tendió a pasar en la conducta de esas grandes masas? Sencillamente, en gran medida a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres que vivieron esa experiencia, les significó salir a conseguir otro trabajo y terminaron, mayoritariamente, enajenando más tiempo de su vida para el trabajo", precisó.
"Si antes trabajaban 8 horas, pasaron a trabajar 12. ¿Por qué? Porque lo que no podían detener era ese empuje interior, que conforma una especie de cultura que lo envuelve todo, de hiperconsumo más y más".
 

"NO ES LA APOLOGIA DE VIVIR EN UN CAÑO"

El Presidente afirmó que "es a la luz de estas cuestiones que hay que entender algunas cosas muy viejas del hombre, que llevadas y consideradas al pie de la letra, pueden resultar ridículas, si se les toma con grosero espíritu cortito, al pie de la letra. Aquella afirmación bíblica de que el hombre feliz no tenía camisa, tomado en línea directa puede parecer un disparate, pero en su trazo más profundo es este grito de alerta, en el concepto de límites y a favor de la defensa de la libertad humana".
Mujica dijo que "muy bien que puede señalarse que esta tendencia es motor de progreso y de multiplicación y de esfuerzo. Y tiene mucho de verdad esta afirmación, pero tiene mucho de verdad que es también una fuente de infelicidad. ¿Cuál es el objetivo? El hiperconsumo o la vida".
"¿Cuál es la verdadera pobreza o cuál es la pobreza mas grave? Y puede medirse la pobreza fuera del campo de la libertad. ¿Y qué es la libertad? Personalmente, considero que la libertad es, desde el punto de vista del individuo, desde el punto de vista de nuestra corta vida, la libertad bien definida es aquellas horas de tiempo de mi vida que las dedico a hacer aquellas cosas que me gustan, que me motivan y que muchas veces nada tienen que ver con lo económico", subrayó. "Esas horas, en general, que tengo que trabajar para ganarme la vida, las más de las veces ­no siempre- poco tienen que ver con las cosas que me hacen feliz. A veces sí, pero casi como excepción", subrayó.
El jefe de Estado afirmó que "si mi consumo es creciente y desaforado, y tengo que comprar y comprar y comprar, tras la ilusión de ser más feliz, yo y mi grupo familiar, es muy probable que tenga que gastar mucho tiempo de mi vida para conseguir los medios que me permitan comprar y comprar. ¡Ay, tragedia la del hombre! En realidad, no estoy comprando con plata, estoy comprando con el tiempo de mi vida que tuve que gastar para tener esa plata".
De todos modos, Mujica sostuvo que no debe desprenderse de sus afirmaciones que está haciendo "la apología de vivir en un caño o abajo de un árbol. No es eso. No pueden interpretarse estas cosas con espíritu grosero. Es sencillamente plantear la idea de límite que tienen todas las cosas, que parece que nuestro tiempo y nuestra época tienden a borrar: no hay límites. Y en realidad, hay límites, y a veces hay que adoptar límites conscientes, que amparen los márgenes posibles de libertad para nuestra vida".
"Porque cómo puede haber vida relativamente feliz, si no existe libertad. No estoy hablando para que estés de acuerdo, querido oyente, simplemente estoy hablando para que pienses, atrás de tu propia cosecha", concluyó.

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