Nos encontramos en El Callao, zona portuaria de Lima (Perú). Desde hace unas semanas estamos compartiendo con la Comunidad Adsis. A esta comunidad de cinco españoles (Mari Jose, Izazukun, María, Juan y Josu) se suman los Asociados, los Adsis Joven, voluntarios y amigos que entran y salen de la casa, que pasan en distintos momentos, que comparten tareas, celebraciones, reuniones. Es una casa de puertas abiertas, aunque la arquitectura de la casa no da esa sensación, con su gran tamaño y diversos espacios. Pero las casas son lo que quienes viven hacen de ella, y esta casa es lugar de encuentro.
Y así, casa de encuentro, Tinkuwasi, se llama el centro desde el cual se ofrece una biblioteca para niños y adolescentes, espacio de juegos, refuerzo escolar, reuniones con madres, grupo de adolescentes. En Tinkuwasi es donde pasamos nuestras tardes, entre niños, libros, cuadernos y juegos. Un tiempo para la recreación, para la lectura, para aprender, para el afecto.
Los sábados nos movemos de barrio y vamos hacia Boterín. Allí compartimos un espacio de “tiempo libre” para niños que aprovechan esas tardes para pintar y jugar. También hemos incursionado en un taller de Origami, el famoso arte de papel de origen japonés, que se nos ha convertido en un pasatiempo en este viaje (con los crucigramas, claro).
Hace ya siete meses que partimos del paisito y cada vez cuesta más adaptarse a los nuevos lugares y cuesta más despedirse de esos lugares y de su gente. El buscar insertarnos en cada realidad, el arraigarnos, conlleva esos riesgos que asumimos con la certeza de que sólo así tiene sentido esta experiencia, sólo así habrá verdadero encuentro. Creemos y esperamos que en esos encuentros Jesús se hace presente, es en ellos donde nos va hablando, llamando. Las certezas que vamos vislumbrando en este viaje vienen de cada uno de esos encuentros. Hacerlas realidad es tarea para la vuelta, cuando estemos nuevamente junto a quienes siempre nos han acompañado para que se animen a acompañarnos una vez más.
En este tiempo hacemos nuestras las palabras de Benedetti, que días atrás nos lo recordaban en la celebración por la opción de Asociados Adsis de Teo y de Jano:
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alla
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Male y Erik
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