Entre nosotros y en todos lados hay personas que se identifican con una religión, hay otras personas que dicen creer en Dios pero no en las religiones y hay otras que dicen no tener ninguna relación con religión alguna ni con nada trascendente.
El término espiritualidad
En un sentido amplio significa la relación que una persona tiene con algo que algunos llaman interioridad o trascendencia, que después se manifiesta en determinadas prácticas. También cada espiritualidad determina un modo de relación con las cosas y con los demás. La intención central de las diferentes espiritualidades es la salvación y/o la liberación, por medio de ciertas prácticas. Por eso hay personas que pueden considerarse dentro de cierta espiritualidad sin ser parte de ninguna.
Habitualmente las espiritualidades tienen que ver con una relación con un ser (que podíamos llamar Dios- Espíritu) un ser diferente a los hombres, algo que trasciende las relaciones humanas. Las espiritualidades dicen algo sobre las situaciones límites: la muerte, la enfermedad, el mal, el amor, la verdad… También puede hacer referencia más generalmente a la búsqueda del sentido de la vida. Cada espiritualidad aporta elementos a las grandes preguntas existenciales ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Para qué estamos? ¿Qué es el hombre?
LA ESPIRITUALIDAD SIEMPRE ES UNA POSTURA POLÍTICA
Si bien la tendencia es a separar lo espiritual de lo material (separarlo de lo social) toda espiritualidad por opción o negación se acerca o se separa de determinados modos de actuar humanos y de ciertos modos de organización social. Cada espiritualidad está más cerca de un modo organizativo religioso y de un modo organizativo político. Reiteramos que siempre hay la tendencia de separar diciendo que lo espiritual nada tiene que ver con lo social o con lo político pero toda práctica espiritual sintoniza o se opone a un modo de convivencia y a un modo de gobierno.
Justamente algunas espiritualidades tienen una postura política social de : “no te intereses por los demás ni por las cosas materiales”, dedicándose solamente a ciertas prácticas personales o grupales que son separatistas. “Todo lo demás es malo y es la causa de todos los males sociales”. “Si todos fueran e hicieran las prácticas religiosas que nosotros hacemos el mundo sería perfecto”. Esta es una postura totalmente sectaria que al final es una postura social y política, ya que deja en manos de otros las decisiones y acciones sociales y políticas.
ENCARNACIÓN
Por el contrario hay otras posturas espirituales que son encarnadas “como levadura en la masa”, que nos proponen vivir en medio del mundo en relación y compromiso con él y más allá de él. Estas espiritualidades se concretan en la relación con nuestro propio cuerpo, con los demás y con todo tipo de organización política y social. Dan una respuesta a ¿Quién soy? ¿Quién es el otro? ¿Por quá la pobreza y la riqueza? E incluso plantean una relación con la naturaleza y las cosas materiales.
SEPARATISMO
De la primera postura espiritual separatista de la convivencia social un caso visible es el tema de las castas “el que nació pobre debe ser un buen pobre para reencarnarse en la próxima vida en otra clase superior” esto lleva a un conformismo social que permite que las clases superiores dominen y exploten a las inferiores. Pero Mahatma Gandhi que era de esta religión logró dentro de la misma religión la búsqueda de ciertos derechos sociales que le costaron la vida. Dentro de religiones encarnadas en la realidad hay grupos “puritanos” que también se aíslan de lo social y de lo político presentándose como muy religiosos y que todo depende de Dios, de nuestras oraciones y de nuestra moral.
Sobre la segunda postura de religiones encarnadas, el caso más nombrado es el monasterio budista de Dalai Lama que se ha comprometido con la liberación de su país Tibet de la invasión China. Otros al igual que Monseñor Romero en El Salvador fueron asesinados por su compromiso con la verdad y la justicia a favor del pueblo en contra de la dictadura militar.
CONCLUSIÓN:
Para nada lo espiritual es separado de lo material y lo social (aunque algunos los sigan imponiendo para favorecer a ciertos opresores), por lo tanto si la espiritualidad influye en el modo de relacionarme conmigo mismo, con los demás y con las demás cosas, la espiritualidad construye una comunidad planetaria de hermandad, o la divide y enfrenta. Si bien las grandes guerras han sido por problemas políticos y de bienes materiales, también las guerras han sido apoyadas o denunciadas por diferentes corrientes espirituales. Hoy más que nunca los hombres de la guerra fomentan los fanatismos religiosos e incluso hacen atentados contra unos y otros para querer enfrentar a los grupos religiosos. También siguen siendo muy fuertes distintas posturas religiosas de indiferencia hacia la realidad para lograr un descompromiso social y político. Pero también hay muchos líderes religiosos comprometidos con el buen vivir de todos buscando los cambios sociales más justos por medios pacíficos.
Quizás lo que ninguna religión debería hacer es identificarse totalmente con una opción política partidaria ya que es imposible que una creencia sobrenatural se concrete exactamente en una organización social. Por eso mismo también existen diferentes religiones con un mismo tronco espiritual e incluso dentro de cada religión grupos que ponen acentos diferentes. Hay personas de diferentes religiones que se sienten más unidos con otros de otras religiones y con personas de buena voluntad, procurando un mundo mejor, que con los de su propia religión que son indiferentes a las transformaciones sociales.
Entonces algo central de lo espiritual es ¿ qué es el otro para mí? Si todo otro es una creación de un mismo Dios se transforma en mi hermano. Si lo que nos hace hermanos es la práctica religiosa el de una opción diferente se puede transformar en mi enemigo.
Lo mismo pasa con lo bienes naturales y la creación. Si ponemos al hombre como señor de todo, se puede trasformar en explotador de todo. Si hay un señor de la historia los bienes materiales, los seres vivos, son parte de la casa del señor por lo tanto merecen su debido cuidado y lugar en bien de todos.
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