viernes, 5 de julio de 2013

Tiempo de cosecha interior y en el encuentro... cuidandonos de los lobos...

VER:

    Estamos de vacaciones en la enseñanza, gripe y refrío abundan... los corderitos comienzan a nacer, se preparan tierras para la siembra, las heladas blanquean en la mañana... Cada época del año tiene sus pros y sus contras para la convivencia humana.
Nos podíamos preguntar:
 ¿Qué es lo bueno que se puede vivir en invierno?
¿Cúales son los males que más nos amenazan en este tiempo?
 ILUMINAR:
    La palabra bíblica nos narra la «elección» de un grupo de personas enviados a «cosechar», con el cuidado que deben de tener de los «lobos». Rogando para acrecentar el número de trabajadores ya que la siembra es abundante. No poniendo la seguridad en el dinero, en las cosas materiales, ni detenerse en el grupo familiar o de amigos. Llevando la paz a quien quiera recibirla. Compartir la mesa y sanar los enfermos, serán signos del reino presente y venidero. No imponerse a donde no los reciban... Ellos volvieron gozando de los demonios que habían dominado ( Lucas 10,1-12.17 20)

ACTUAR:
    El hombre de fe, sabe descubrir los frutos en cada época, en cada lugar. Los cosecha y comparte. A veces aún no son frutos sino simplemente pequeños brotes de vida nueva, los cuales hay que cuidar para que crezcan.
¿Cuáles son esos frutos y brotes
en nuestro interior y realidad?
Toda vida tiene sus amenazas, sus lobos y demonios que la quieren eliminar.
¿ En qué nos sentimos amenazados
desde nuestro interior y desde el exterior?

Sin duda que el invierno es tiempo de estar «más adentro». Haciéndose propicia la vida familiar, e incluso el buen tiempo para estar con uno mismo. Con el riesgo de encerrarnos entre los nuestros o encerrarnos en nosotros mismos siendo indiferentes a los demás.

La palabra bíblica pone dos signos muy claros «la comida y la salud». Quizás estos dos elementos nos pueden ayudar para el discernimiento de nuestras actividades en este tiempo. Lo que elijo hacer ¿me alimenta corporalmente y espiritualmente para crecer bien?
Sabemos que la mayoría de nosotros, de nuestros hijos, parientes y vecinos no están amenazados por la hambruna. El mal que nos rodea no es la falta de comida, es justamente lo contrario la abundancia de malas comidas para el cuerpo y el espíritu.

Buen tiempo entonces para encontrarnos con nosotros mismos e ir al encuentro con otros, compartir la mesa buscando juntos sanarnos.
¿ Cuáles son los malos alimentos
intelectuales, afectivos, alimenticios que me enferman?
Ponerle nombre a los males es el primer paso para ganarle la batalla. En alguno de los casos es necesario el acompañamiento, la ayuda para ser sanado o sanar a alguien. Nunca imponiendo, solo se puede ayudar a quien requiere ayuda...
Nacho

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