martes, 16 de septiembre de 2014

Encuentro en Rodó - Cloe y Gilberto


“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él." (Juan 3,13-17).... Una vez más, muchas cosas para reflexionar y recordar de ese “caos” comunitario...Dios es amor y a partir de ahí...buscando su Reino, todo lo demás se fue dando por añadidura...

Ha parado de llover... tenemos el regalo de un cielo totalmente celeste y soleado...mucha luz con un viento moderado que agita los árboles florecidos, recordando que se acerca la primavera...ya de regreso en nuestro hogar, trabajo, entorno...a nuestra realidad...fortalecidos en la fe y en la alegría de vivir...atrás pero muy presentes quedaron los momentos lindos y disfrutables del encuentro en la parroquia de Rodó, donde una vez más la búsqueda, el compartir la diversidad, nos ha unido y nos convoca a seguir andando con renovada esperanza por los caminos de la vida...

El promedio meteorológico de lluvias ocurridas en Soriano durante el fin de semana pasado dio un resultado de 142 milímetros para el pueblo de Rodó, ocupando el primer lugar con mayor índice de lluvias en todo el Dpto..... y nosotros, allí...en ese lugar...animándonos a la búsqueda, intentando la construcción de otro mundo posible...a través del encuentro, los abrazos, los diálogos, las miradas, la escucha, el silencio y guiados por la palabra bíblica.... aprendiendo a intentar ser testimonio del regalo del amor de Dios en nuestras vidas...

"¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? (Números 21,4b-9)...la pregunta que le hicieron a Moisés...A veces preferimos la vida cómoda, estancada, mediocre por momentos, que consideramos “segura” y sin sobresaltos, o encerrarnos en nuestras cruces con resignación y depresivamente, por temor a dar un paso transformador, inesperado, que ayude a los cambios que nuestra vida necesita. Miedo de volver a empezar, a los riesgos...miedo de reconocer nuestra frágil personalidad y que ella se desnude ante la mirada atenta de otros... en esta “cultura” que prioriza lo estético, el éxito, el individualismo y la competencia, nos avergüenza mostrarnos auténticos por temor al rechazo, o por no animarnos a asumirnos distintos a esa forma de ser que nos quiere inculcar el mundo de hoy...entonces, conscientes o inconscientemente, preferimos seguir esclavizados...

“Muchos son los llamados y pocos son los elegidos”.... No resulta fácil trasmitir con palabras esto de
ser “Colibrí” ante muchas preguntas que surgen cuando invitamos, y limitado queda el vocabulario de respuesta sobre de que se trata esta manera de ser...de intentar vivir la fe y el Evangelio de Jesús con mayor libertad. Me quedo con lo que me dijo un amigo: la confianza...Confiar y creer en quien invita y dejarse llevar por la suave brisa del Espíritu...convencidos que, al volver a esta “Galilea”, allí nos encontraremos con la experiencia de la persona de Jesús. Una vez más es fundamental elegir...adonde queremos ir, y con quienes queremos hacerlo...todo no se puede, y por eso hay que discernir y establecer prioridades (aunque posteriormente Dios transforme inexplicablemente ciertas cosas)..., con esperanza y apertura...


“Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. (Filipenses 2,6-11)”

Al invitar, ahora me surge aquella frase del Evangelio: “Vengan y vean...”(Jn 1,39) Compartir desde la
horizontalidad: la lectura diaria y reflexiva del Evangelio, la organización espontánea de los temas a tratar, la comida, los mandados, la economía, el descanso, encontraremos que hasta la misa se experimenta de forma más cercana a Dios y a los hermanos en la fe....descubriendo que las estructuras rígidas y piramidales nos alejan quitándonos coherencia en nuestros actos, fraternidad, vida e igualdad ,porque generan poder a unos pocos y discriminación a muchos. Por el contrario, allí todos nos sentimos iguales, nadie es obligado a nada, sino invitado a descubrir que siendo trigo y cizaña a la vez, el Dios de la vida nos quiere a todos por igual y es infinitamente misericordioso, compasivo... y su única preferencia es su opción por los más sencillos, los rechazados socialmente...a quienes nos invita a servir.

Estos encuentros nos ayudan a despertar la conciencia, nos desafían a un cambio de mentalidad, una
transformación interior, aprendiendo a no separar la fe de la vida, de la cotidianidad de nuestros actos...
La dinámica de la foto del día resulta muy eficaz en la recepción visual y de la memoria sobre los diferentes acontecimientos que ocurrieron...la mayoría resultaron ser un video, un álbum, pues difícil fue concretizar en una única imagen...y resulta muy liberador hacerlo aunque más de una lágrima derramemos y se nos quiebre la voz o se nos haga un nudo en la garganta....o el corazón palpite fuertemente cuando comenzamos a escuchar simplemente a nuestros hermanos...tal vez es porque Dios quiere hacernos sentir la experiencia de los discípulos de Emaús (Lc.24, 32)...eso de arder nuestro corazón casi sin darnos cuenta que Jesús está en medio nuestro y camina junto a nosotros...

La película que vimos sobre los jesuitas, la herencia musical de un artista cuyo nombre no recordamos, y la incorporación de la música mediante el violín en las comunidades guaraníes como forma de evangelizar: aprender a tocarlo y también a construirlo...fue una de las fotos, coincidiendo el uso del mismo en la canción final del casamiento en Dolores....

Bolivia...un referente común...aunque no todos hemos tenido la oportunidad de viajar a conocer ese fascinante país, su cultura nos ha atrapado a quienes sí, hemos podido hacerlo...su gente, su historia, su manera de ser...y especialmente su religiosidad...la búsqueda de la tierra sin mal...es como nuestra Gran Galilea, donde volvemos a encontrarnos con el Jesús Resucitado, que nos envía a ser constructores del Reino de nuestro Padre Dios
(Mt.28,16-20, y Mt.5)

GILBERTO Y CLOE

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