jueves, 4 de septiembre de 2014

TODOS LLEVAMOS UN ARTISTA DENTRO


TODOS LLEVAMOS UN ARTISTA DENTRO
Ese grafiti estaba escrito en una plaza de Porto Alegre. En donde uno podía encontrarse con músicos de los más diversos géneros, pintores, malabaristas, payasos, artesanos… Todos estamos de acuerdo que el arte se lleva dentro y no todos tenemos cualidades naturales para lo mismo.
Pero hay un arte que creo es la esencia del ser humano y por lo tanto todos lo llevamos dentro. Es el arte de las relaciones humanas. Cada cultura cada familia, cada generación, pone acentos diferentes en los tejidos humanos. No siempre lo que se ve a primera vista es el modo original de relación. Porque cada uno ve con los ojos de su programación…
Jesús por vivir en plenitud la humanidad es el gran artista de las relaciones humanas. En el texto bíblico nos presenta el modo de resolver un conflicto entre dos personas:
 “Si tu hermano peca contra ti corrígelo en privado. 
Si te escucha habrás ganado a tu hermano.
 Si no te escucha busca a una o dos personas más
 y que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. 
Si se niega a hacerles caso dilo a la comunidad.
 Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad
 considérelo como un  pagano o publicano. 
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra 
quedará atado en el cielo 
y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. 
 También les aseguro que donde dos o tres de ustedes se unan para pedir algo,
 mi Padre que está en el Cielo se los concederá.
 Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre
 yo estoy presente en medio de ellos” 
(Mateo 18, 15-20)

 El Maestro de relaciones humanas nos propone un camino real para resolver los conflictos en las relaciones humanas. Y nos presenta el valor de unirse para lograr algo. Sin duda que la propuesta de Jesús se puede practicar en toda cultura.
 
Pero hay algunas personas que les será más difícil resolver los problemas de esta forma. Las personas que se sienten superiores o inferiores, no se sienten en plano de igualdad como para entablar un diálogo y decirse las cosas de frente. Las personas individualistas tanto por sentirse superior o inferior les cuestan mucho elaborar algo en el tiempo junto a otros. Cuando me ubico en un plano de mando o sometimiento las diferencias pasan al ámbito de la indiferencia o la habladuría. Me importa un comino lo que diga el otro o no me animo a decírselo de frente y hablo por detrás de él. En la construcción de algo hay personas que consideran a otros incapaces y son desechados o excluidos. Y tienen una autoestima muy baja que se auto excluyen.

Por eso hay una palabra fundamental que marca el buen camino en el arte de las relaciones humanas para Jesús: HERMANO. He aquí lo central del Cristianismo: Tenemos un único Padre que nos hace a todos hermanos. Por lo tanto nadie será mi señor, ni seré señor de nadie. El caminar por esta senda comienza por el conocimiento, aceptación y valorización de lo que realmente somos. Camino que tendremos que recorrer hasta el último minuto de este modo de existencia. Y que en cada relación humana tendremos el desafío de construir esa relación de hermandad. A veces tentados al Señorío sobre el otro o a la sumisión. A veces el desequilibrio será más fuerte desde nosotros mismos  y en otras relaciones será el otro que plantea una relación desigual.
 
 Todo arte se lleva dentro, pero se necesita tiempo, reflexión, silencio para desarrollarlo y compañías que ejerciten ese arte que nos acompañen a encausarlo. Y como decíamos “el arte de las relaciones humanas es lo que nos acerca al ser pleno y lo podemos ejercer todos en todo tiempo y lugar”.
Nacho

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