TODOS LLEVAMOS UN ARTISTA DENTRO
Ese grafiti estaba escrito en una plaza de Porto
Alegre. En donde uno podía encontrarse con músicos de los más diversos géneros,
pintores, malabaristas, payasos, artesanos… Todos estamos de acuerdo que el arte
se lleva dentro y no todos tenemos cualidades naturales para lo mismo.
Pero hay un arte que creo es la esencia del ser humano y por lo tanto todos
lo llevamos dentro. Es el arte de las relaciones humanas. Cada cultura cada
familia, cada generación, pone acentos diferentes en los tejidos humanos. No
siempre lo que se ve a primera vista es el modo original de relación. Porque
cada uno ve con los ojos de su programación…
Jesús por vivir en plenitud la humanidad es el gran artista de las
relaciones humanas. En el texto bíblico nos presenta el modo de resolver un
conflicto entre dos personas:
“Si tu hermano peca contra ti corrígelo en
privado.
Si te escucha habrás ganado a tu hermano.
Si no te escucha busca a una
o dos personas más
y que el asunto se decida por la declaración de dos o tres
testigos.
Si se niega a hacerles caso dilo a la comunidad.
Y si tampoco quiere
escuchar a la comunidad
considérelo como un pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten
en la tierra
quedará atado en el cielo
y todo lo que
desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que donde dos o tres de ustedes se unan para pedir algo,
mi
Padre que está en el Cielo se los concederá.
Porque donde
hay dos o tres reunidos en mi nombre
yo estoy presente en medio de ellos”
(Mateo
18, 15-20)
El Maestro de relaciones humanas nos propone un camino real para resolver
los conflictos en las relaciones humanas. Y nos presenta el valor de unirse para
lograr algo. Sin duda que la propuesta de Jesús se puede practicar en toda
cultura.
Pero hay algunas personas que les será más difícil resolver los problemas
de esta forma. Las personas que se sienten superiores o inferiores, no se
sienten en plano de igualdad como para entablar un diálogo y decirse las cosas de frente. Las personas
individualistas tanto por sentirse superior o inferior les cuestan mucho
elaborar algo en el tiempo junto a otros. Cuando me ubico en un plano de mando o
sometimiento las diferencias pasan al ámbito de la indiferencia o la habladuría.
Me importa un comino lo que diga el otro o no me animo a decírselo de frente y
hablo por detrás de él. En la construcción de algo hay
personas que consideran a otros incapaces y son desechados o excluidos. Y tienen
una autoestima muy baja que se auto excluyen.
Por eso hay una palabra fundamental que marca el buen camino en el arte de
las relaciones humanas para Jesús: HERMANO. He aquí lo central del Cristianismo:
Tenemos un único Padre que nos hace a todos hermanos. Por lo tanto nadie será mi
señor, ni seré señor de nadie. El caminar por esta senda comienza por el
conocimiento, aceptación y valorización de lo que realmente somos. Camino que
tendremos que recorrer hasta el último minuto de este modo de existencia. Y que
en cada relación humana tendremos el desafío de construir
esa relación de hermandad. A veces tentados al Señorío
sobre el otro o a la sumisión. A veces el desequilibrio será más fuerte desde nosotros mismos y en
otras relaciones será el otro que plantea una relación desigual.
Todo arte se lleva dentro, pero se necesita tiempo, reflexión, silencio
para desarrollarlo y compañías que ejerciten ese arte que
nos acompañen a encausarlo. Y como decíamos “el arte de las relaciones humanas
es lo que nos acerca al ser pleno y lo podemos ejercer todos en todo tiempo y
lugar”.
Nacho
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