ENCUENTRO
Todo
encuentro a que nos invitan, que nos enteramos, o convocamos, genera
movimiento.
En el
interior de cada persona, construido por su historia, con logros y carencia,
con relaciones personales y con instituciones, con lugares, recuerdos y sueños…
cada propuesta algo nos mueve.
Y surgen las
primeras respuestas: voy, me gustaría ir, no me interesa, no puedo, are un
esfuerzo, veré, lo veremos, negociare, si Dios quiere, los acompaño desde la
distancia, no me da la plata, el trabajo me lo impide, no es para mí, justo lo
que necesitaba, esto me lo mando Dios, si va … voy.
La propuesta
nos desnuda, nos hace encontrarnos con nuestra historia y presente.
Generalmente no hay tiempo para este encuentro con nosotros mismo y la
respuesta se da, sin descubrir desde donde respondimos. El mundo nos pide:
hacer, andar, consumir… sin saber desde donde estamos eligiendo, que al final
se transforma en un no elegir.
Quizás una
de las preguntas más incomodas es ¿Decido con libertad? Que no es para nada una
actitud egoísta, ya que la libertad se va construyendo a partir de decisiones y
de aconteceres. Creo que la libertad tiene que ver con asumir la
responsabilidad por mis SI y mis NO anteriores, en una realidad que va
aconteciendo.
Me gusta eso
de “procesos”, que es como la suma de decisiones y si bien siempre hay
posibilidad de cambio, incluso hacia lo que parezca opuesto, esos cambios se
van construyendo en el tiempo. Quizás para el que mira de afuera, pueda ver
quietud o cambios bruscos, pero la realidad es que siempre hay algo que se nos
mueve y que a veces los saltos en la vida tienen un proceso histórico interior
largo.
Estamos en
otro encuentro. EL LAGUNAZO DE INVIERNO, que sin duda está generado movimientos
internos y externos. De mi parte me sigo sorprendiendo con las actitudes de
disponibilidad, de servicio, de presencia, de compartir el pan, o apoyo a la
distancia. No busco explicaciones. Los SI y los NO, generalmente brotan de
lugares totalmente desconocidos para quien mira de afuera. Si bien todo es muy
simple, los seres humanos tenemos muchas voces dentro… que se suman a las mil
de afuera.
Algunos nos
encontraremos por acá, otros a la distancia y siempre creo que “no es un
encuentro más”, si bien lo es, siempre cada encuentro “mueve fichas” como le
gusta decir a nuestro amigo Roberto. Algunas que andamos buscando mover y otras
que nos mueven, y no queríamos que nos movieran. Y a su vez nuestra presencia
cercana o a la distancia es causa de movimiento, a veces nos damos cuenta y en
otras no …
El movimiento, creo
que algo común en todo tipo de encuentro, quizás un elemento central de los nuestros
es “la palabra bíblica de Jesús”. Si
bien puede ser vista como una “letra” mas, para unos cuantos “es algo viviente”
y por serlo también es causante de movimiento, su encuentro.
Después de
este encuentro ya no seremos los mismos, Él siempre querrá darnos un abrazo y
acompañarnos en nuestro caminar. Si hay que volver a empezar, él, setenta veces
siete está dispuesto a levantarnos… pero siempre está presente nuestra
libertad, nuestra fe en él, que son dos cosas que se cultivan, que se deben
desear y dedicar tiempo a regarlas y carpirlas.
La
naturaleza aportara lo suyo, mejor dicho ya hay muchas voces y silencios que
están aportando, por medio del sol, la lluvia, el viento, el entorno del lago... de cada viaje. Trenzando las cuerdas que nos amarran, o emplumando nuestras alas… haciendo silencio ante el misterio del Espíritu, que es suave briza, viene
cuando quiere , de donde quiere y por medio de quien quiere…aquí estamos siendo testigo y compartiendo para que se sientan participes...
Nacho
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