lunes, 31 de mayo de 2010

La radicalidad del evangelio - Revista Umbrales




Primero agradecer a Dios y a ustedes
por este espacio de comunicación
Liberadora. Por mucho
tiempo y especialmente en momentos
históricos “oscurecidos” por situaciones
políticas y eclesiales,
ustedes han sido como estrella en
la noche compartiendo Vida según
el Espíritu, con la opción por los más
empobrecidos...Hace bien sentirse
con otros en el mismo rumbo.
Segundo, compartir con ustedes algunas
luces jóvenes y adultas en
estos tiempos en que se escucha:
“los jóvenes están para otra cosa” y
y los “adultos ya se acomodaron”.
Dos jóvenes mujeres religiosas
FMVE, Mercedes y Solanye, escuchando
el llamado de Dios y enviadas
por sus comunidades, estuvieron
en Haití. En nombre de todas/
os nosotras/os. Dos jóvenes,
Male y Erik, largaron sus seguridades
y se lanzaron al sur como Misioneros
itinerantes...
También este año, dos adultos de
sesenta años, ya próximos a jubilarse,
sacerdotes diocesanos de
Mercedes y Melo, Edgardo y Jorge
Osorio, han puesto en práctica
la “Misión Continental” de Aparecida
y se han ido a Bolivia y Brasil, a
los pueblos hermanos indígenas
Guaraní y Amazónico.
Los jóvenes siguen siendo capaces
de poner todo en el asador por
lo que creen y aman y muchos
adultos con su huesos doloridos
escapan a las estructuras de mantenimiento
de poder, en bien de los
más empobrecidos del Reino. Ambos
nos dicen que “no pasó de
moda la radicalidad del evangelio”
y que es posible vivirla desde
nuestra querida y pecadora Iglesia...
Al final, mucho depende de cada uno
de nosotros.

 Un abrazo.
p. Nacho Aguirre, Rio Branco.

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