sábado, 17 de septiembre de 2011

MANDAR OBEDECIENDO

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Hace unos 300 años en una provincia de España, se eligió a una Alcaldesa. En una zona culturalmente «machista», pareció todo un cambio.
La verdad era que los «señores» del pueblo , pensaron que la «mujer» iba a ser fácil de manejar en bien de sus intereses. Ella bien lo sabía...
Sus primeras palabras fueron de reconocer a quienes tenían los «hilos» principales de poder, planteándoles una propuesta:

- Los invito señores (diciendo el nombre de cada una de las cinco familias más ricas del pueblo, agregando al comisario y al cura) a que elaboren juntos un plan de trabajo para mejor vivir en nuestra zona. Ustedes bien saben mi fragilidad y mi necesidad de ustedes. Aplausos...

Terminó convocándolos para la primera reunión al día siguiente. Que tuvoo gran éxito ya que asistieron todos acompañados de sus empleados, subalternos y fieles.Ese día brevemente volvió a agradecer y después dijo: - Dejo en vuestras manos elegir las prioridades de trabajo. Me dedicaré estos días a visitar los lugares más alejados de la zona.
Todos aplaudieron y se pusieron a trabajar. A la semana estaba pronto el encargo de la alcaldesa.
1)Limpieza
2) Arreglo de calles
3) Alumbrado
4) Nuevos vehículos
5) Aumento de salarios.
Si bien los señores eran de diferentes agrupaciones políticas, todos (incluyendo al cura y al comisario) vivían en la calle principal, la única hecha de adoquines, con alumbrado y recolección de basura diario.
También es de imaginar que los principales cargos de la alcaldía, estaban distribuidos entre parientes y amigos de los señores...
La alcaldesa regresó de la gira, agradece el trabajo que le presentan y dice:

-Se merecen unas buenas vacaciones, nosotros pondremos en práctica lo que ustedes quieren. Aplausos...
Cuenta la historia que los señores se fueron de veraneo a otras provincias.
El cura también porque debía cuidar «el alma» de los señores y el comisario la «seguridad» de ellos...
Gran sorpresa al regreso, la calle principal estaba exactamente igual, y los parientes y amigos desesperados: nos les tocó aumento de sueldo. Inmediatamente le ordenan a la alcaldesa que explique lo sucedido.
Ella con serenidad exclamó:

- Lo prioritario era la limpieza, ahora esta pasando el recolector día por medio por cada barrio de la ciudad.
Le hemos entregado una bicicleta a cada uno de los funcionarios que vive en las zonas más alejadas y una moto a los que vienen del campo.
Hemos alumbrado cada cuadra de los barrios y tapado los pozos...

Inmediatamente fue sustituida de su cargo, pero hasta el día de hoy permanece en el corazón del pueblo por su intención de: «que los últimos sean los privilegiados».

(Mateo 19,30 al 20,16)

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