sábado, 10 de septiembre de 2011

gracias a Dios «que alguien levanta su voz contra la injusticia que le están causando o que le causan a otro»

Un soldado de Río Branco nos decía:

 «Por unos pocos nos miran mal a todos»
(Se refería al hecho doloroso e injusto que ocurrió en Haití).

Bendita Justicia que identificó con nombre y apellido a los que cometieron tal acto de violencia. Serían 5 entre los 35.000 efectivos que han prestado este servicio.
La Verdad aunque duela, no es lo peor ni siquiera para el infractor. La verdad pone luz donde no la hay, dando la posibilidad de correjir los errores.
El mal siempre actúa oculto o justificando su poder contra víctimas más frágiles. También en otros ámbitos familiares y sociales.
Esto no ha sido todo, porque se informa que este tipo de violencia era llamado «broma» y se lo filmaba para gozo de unos cuantos más...

No debemos poner el grito en el cielo por esta realidad. Reitero creo que la VERDAD es un aporte social fundamental para crecer como humanidad.
La verdad es: que también en nuestras relaciones cotidianas de trabajo y amistad se realizan violaciones a los más débiles y otros gozan tomándolo como una «broma» o porque sale fortalecido su grupo de pertenencia.

¿Cuántas veces alguna autoridad pública, religiosa, un patrón o encargado, o con cierto reconocimiento social violenta con sus palabras, con hechos a otro ser humano que ocupa un lugar menos reconocido en nuestras estructuras sociales?
¿ Cuántas veces la violación se da desde esa cultura «machista»?
¿Cuántos privilegios tienen las personas adineradas, las con estudio, o apellido sobre los empobrecidos ya sea económicamente, físicamente o moralmente?

Como pasa en todos lados: unos pocos realizan el hecho, algunos más «gozan» por lo ocurrido y unos cuantos mas cierran los ojos quizás porque no es uno de los suyos...

Pero también pasa en todos lados gracias a Dios «que alguien levanta su voz contra la injusticia que le están causando o que le causan a otro». Generalmente son «débiles» que se agrupan para apoyarse mutuamente en comunión con algun tipo de autoridad que hace lo que debe hacer : estar al servicio de los demás, priviligiando a los más infelices que no siempre son los de nuestro grupo, ni los considerados buenos. El Colibrí (Edictorial Tribuna Popular)


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