martes, 4 de septiembre de 2012

¿ QUIEN SOY ?

                                                                      Quien tenga sed, que venga a mí.
                                                                                  Quien crea en mí, que beba.
De su entraña manarán ríos de agua viva. (Jn. 7,38)


Es linda la llegada al pueblo que me vio nacer, hay una fuente de agua que nos recibe y despide… día y noche, la observemos o seamos indiferentes, nos guste o no… la fuente sigue DÁNDOSE. El baile de su agua, crea un ambiente muy agradable a su alrededor especialmente los días calurosos de verano. Recordándola presiento que eso es el Amor…
El Amor es darse sin esperar, darse a quien quiera recibirlo. El amor nunca se impone, ni pide nada a cambio. El amor es entrega desinteresada para todos, en particular para los más sedientos… para beber es necesario tener sed,  la sed es el deseo, el deseo es signo de vida.
Por tiempos estuvo la fuente fuera de funcionamiento y era simplemente un montón de cemento y cuando recogía agua de la lluvia a los pocos días olía mal por estar el agua estancada…
¿Que es el hombre sin amor, sin amar? Un montón de huesos y carne andante, que deambula por la vida sin sentido y quizás  dejando olores poco agradables a su paso. El agua es necesaria para vivir,  también la experiencia de amar y ser amado, porque colma toda expectativa humana.
La fuente necesitó un tiempo de construcción, y después un tiempo de reconstrucción y un tiempo de ser llenada,  un tiempo de ser cuidada antes de ser lo que estaba llamada a ser: fuente de agua.
El ser humano tiene un tiempo particular de aprendizaje, de maduración, y hay veces que tiene necesidad  de volver a reconstruirse… un tiempo de recibir de otros, de búsqueda de ríos y manantiales de agua dulce,  un tiempo de ser amado, un tiempo de búsqueda del amor… Hasta madurar y ser fuente que pueda darse, día y noche,  no importa si es reconocido o tratado con indiferencia,  si es querido o no… se da, sin imponerse, creando un ambiente agradable, fraterno, atento de manera especial a los sedientos que se acercan a beber.
Cada tanto la fuente necesita un cambio de agua, necesitando agua de ríos o manantiales y del servicio de seres humanos que ayuden en ese trabajo de hacer que la fuente sea lo que tiene que ser… Las fuentes reciben  también el agua de las lluvias, y estas están de alguna manera conectadas entre si, además de crear un ambiente agradable, dan de beber al sediento, a los pájaros y al mismo sol…
Lo mismo le pasa al que madura en el amor, nunca es un ser terminado, cada tanto necesita nuevas experiencias de vaciarse, nuevas experiencias de amar y de ser amado, de volver al río, al manantial, siempre acompañado de otros… El ser humano cuando madura se trasforma en fuente del amor, amando a todos, al pájaro, y al mismo sol, alimentándose de su propia fuente, de otras fuentes y del agua venida del cielo…   “esto es amor, quien lo probó lo sabe” (Lope de Vega)  
 Sin duda que el deseo de toda fuente es seguir hasta el final siendo lo que es, deseando que surjan tantas fuentes posibles en el mundo entero…Igual es el ser humano que vive en el Amor,  desea que todo ser humano logre amar y se sienta amado. De manera preferencial  los lugares y las situaciones mas carentes o secas de amor… para darse sin esperar nada a cambio... sabiendo que del manantial primero venimos, en el vivimos y hacia el vamos  DÁNDONOS.  Nacho
 …el que beba del agua que yo daré, no tendrá sed jamás;
 sino que el agua que yo le daré será en él una fuente para la vida eterna…”  (Jn 4, 13)

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