sábado, 1 de septiembre de 2012

34ª. Jornada Nacional de la Juventud - Maldonado




Unos 4000 jóvenes católicos de todo el país se congregarán el próximo fin de semana en Maldonado para celebrar la 34ª. Jornada Nacional de la Juventud, organizada por la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU).

Los jóvenes se reunirán durante dos días a festejar, reflexionar y orar, motivados por el lema “Encontrate con Cristo, tu vida cambiará”.
El multitudinario encuentro tendrá lugar en el Campus de Maldonado y los jóvenes pernoctarán en carpas armadas en el Jagüel.
En Uruguay las Jornadas Nacionales de la Juventud se celebran el primer domingo de setiembre aunque, en general, desde las respectivas diócesis. Cada 3 o 4 años las jornadas se celebran en concentración única, habiéndose desarrollado la última en el año 2008, en Tacuarembó.
La Jornada Nacional de la Juventud está organizada por la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, en la cual se encuentran representadas las 10 diócesis del país, laPastoral Juvenil Rural, el Movimiento Juvenil Salesiano y la Pastoral de los Migrantes. Su Presidente es el Obispo de San José, Mons. Arturo Fajardo.
Este organismo nacional, en las jornadas de concentración única, recibe la especial ayuda de la Diócesis anfitriona, que este año es Maldonado, cuyo Obispo es Mons. Rodolfo Wirz.

 PROGRAMA

Sábado 1 de Setiembre: El programa de la 34ª. Jornada Nacional de la Juventud contempla para el primer día una instancia de encuentro en grupos para reflexionar sobre el tema “Ante la búsqueda de identidad y felicidad de los jóvenes…”. Luego de la cena, tendrá lugar una vigilia de Oración, con adoración eucarística y espacio para el sacramento de la Reconciliación (confesión) que administrarán a los jóvenes sacerdotes de todo el país.
Posteriormente, cada uno de los jóvenes intercambiará con otro par una cruz confeccionada por ellos mismos. Seguidamente tendrá lugar un fogón.

El domingo 2 de setiembre:  los jóvenes se levantarán en el Jagúel muy temprano y tras un momento de oración y reflexión en la playa, se dirigirán nuevamente al Campus de Maldonado, para compartir la multitudinaria Misa presidida por Mons. Wirz y concelebrada por los Obispos de las otras Diócesis del país.
… De nuestro sur – Río Branco van tres mujeres y un varón, acompañados por Maria Nobles. Son como un signo de nuestra presencia y serán al regreso levadura entre los jóvenes de nuestra zona. Fue lindo que toda la parroquia se sintió parte del envió, con el signo del consejo parroquial de aportar las colectas de la misa del fin de semana para apoyar el viaje. Hoy sábado comienzo de septiembre viajaron pasadita las tres de la madrugada hacia treinta y tres donde se encontrarían a las 8 con todos los jóvenes de la diócesis en una celebración de envió en San José Obrero…


Es lindo reflexionar este fin de semana, sobre nuestra juventud
¿Por donde anduvimos?
¿Quienes nos acompañaron?
¿Quienes hicieron posibles nuestras andanzas?...
quizás es un fin de semana propicio para unirnos en oración a los que están en Maldonado, y contemplar nuestra historia dando gracias por los que nos sirvieron…
Que lindo saber que hoy en día hay voluntarios y voluntarios que siguen creando espacio para que otros tengan sus experiencia de encuentros juveniles de encuentro con Jesús…
Nacho

¡Hay motivos para celebrar! 30 AÑOS JUNTO A LOS JÓVENES
El 6 y 7 de septiembre, en Tacuarembó, la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Uruguaya convoca la 30a. Jornada Nacional de la Juventud, una propuesta original, creativa, motivadora que, desde sus inicios, abrió a los jóvenes un espacio de encuentro, participación, protagonismo y expresión de fe juvenil que marcó a múltiples generaciones, en las cambiantes realidades políticas, sociales, económicas y eclesiales que vivió Uruguay desde 1979. Por eso, realmente, ¡hay motivos para celebrar!
UNA DECISIÓN AUDAZ
El Uruguay y la Iglesia vivían momentos muy especiales. Hacía seis años que la Dictadura se había instalado en el país. Se había reprimido todos los intentos de oposición, se había acallado todas las disidencias, se había depurado los opositores de todos los organismos públicos, se había dividido en categorías a los ciudadanos. Y hoy sabemos, que se había asesinado y hecho desaparecer a decenas de compatriotas.

Desde 1976, la Dictadura impulsaba el proyecto ideológico, económico y social de la Doctrina de la Seguridad Nacional que, en sus inicios, tuvo algunos éxitos económicos. Y preparaba la adaptación del esquema jurídico del país a la nueva ideología a través de la reforma constitucional que se plebiscitaría en 1980. No se avizoraban salidas. El régimen estaba, aparentemente, muy firme. No era posible hacer oposición. No se permitían ámbitos de disidencia. Para muchos, no había esperanzas...

La Iglesia Uruguaya había vivido los 100 años de la creación de la Diócesis de Montevideo, oportunidad para una excelente Carta Pastoral de Mons. Carlos Parteli y para algunos actos públicos, las únicas concentraciones callejeras que se pudieron hacer en muchos años. Se había preparado con dedicación y expectativa, la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que se iba a celebrar en Puebla, México, del 27 de enero al 20 de febrero de 1979, que terminó proclamando, entre otras decisiones muy importantes, la “opción preferencial por los jóvenes”. Y dentro de la Conferencia Episcopal, había comenzado a funcionar el 21 de octubre de 1978, el Equipo Nacional de Pastoral Juvenil, un ámbito de encuentro, coordinación y participación de jóvenes delegados de las diócesis, asesorado por los pbros. Jorge Techera y Narciso Renom, y presidido por Mons. Carlos A. Nicolini, Administrador Apostólico Sede Plena de Salto.

Animado por la respuesta que tuvo y el entusiasmo que generó la celebración juvenil realizada con motivo de los 100 años de la creación de la Diócesis de Montevideo, el Equipo Nacional de Pastoral Juvenil se propuso realizar una Jornada Nacional de la Juventud con participación de jóvenes de todas las diócesis del país. Para expresar la fuerza y la unidad de los jóvenes cristianos, la Jornada tendría un tema, un tiempo y un material de preparación previa, un lema, una canción y un afiche comunes que la identificaría. Siguiendo las orientaciones de la Conferencia de Puebla y tratando de evitar las posibles suspicacias de las autoridades, se eligió el tema de la vocación, con una fuerte insistencia en su dimensión de servicio y compromiso con los demás: “La vocación es una actitud de servicio, incorporada a la propia existencia como estado de vida, como respuesta permanente, encarnada en las propias condiciones y circunstancias”, señalaba el material preparatorio.

La Jornada se realizó el 9 de septiembre de 1979, en Montevideo, y concluyó con la Eucaristía presidida por el Arzobispo Mons. Carlos Parteli que, en su homilía, alentó abiertamente el camino que iniciaban los jóvenes: “Hoy comprobamos con alegría que son los jóvenes, otra vez, los que sacuden las inercias, contagian a todos con su sana alegría y provocan una vida de esperanza en tantos corazones abatidos por el temor y el desaliento”. Y agregó: “Todo esto demuestra la importancia que los Obispos les asignan a Uds, queridos jóvenes, en este momento en que la Iglesia mira hacia adelante, ansiosa de llevar y encarnar el Evangelio en la entraña viva del mundo nuevo que se está gestando, en estas vísperas del tercer milenio. Cada uno personalmente y todos juntos como comunidad cristiana, trataremos de descubrir lo que el Señor espera de Uds. y la tarea que les asigna a los jóvenes en la construcción del nuevo Uruguay que todos soñamos”.

Por la situación política que se vivía, por ser la primera Jornada Nacional, y por no haber alcanzado todavía la dimensión que llegó a tener con el tiempo, se reunieron unos 1.000 jóvenes, entre integrantes de grupos juveniles de Montevideo y delegaciones de jóvenes de las diócesis de Florida, Melo, Mercedes, Minas, Salto y San José. Obviamente, las circunstancias del país impidieron promocionarla en los medios de comunicación. Todo se hizo “boca a boca”, grupo a grupo, parroquia a parroquia, y casi en voz baja... El mismo Equipo Nacional de Pastoral Juvenil había decidido que “únicamente aparecerá publicado en la prensa, el horario de la Misa”.

LA SEMILLA PLANTADA...
Pero la semilla estaba plantada... La Jornada entusiasmó a los jóvenes y respondió a sus inquietudes, generó numerosas actividades en los grupos juveniles de todo el país, abrió un espacio de Iglesia para hacer oír su voz y promover su participación, infundió una fuerte dosis de esperanza, reafirmó el valor de los grupos juveniles como espacios semanales de encuentro con los demás para mirar juntos la realidad, descubrir la vocación a la que Jesús llama y abrirse al compromiso para transformar la realidad social. Para los tiempos que se vivían, y para las posibilidades que existían, el fruto fue muy generoso.

En aquel momento, muy pocos pensaron que estaban iniciando un camino que en este mes celebra treinta años... El entusiasmo generado puso en marcha, casi de inmediato, la preparación de la 2a. Jornada Nacional de la Juventud, y tras ella, la tercera, y la cuarta, y la quinta... Y así, hasta la actual 30a. Jornada Nacional de la Juventud.

Las circunstancias políticas, sociales, económicas, culturales y eclesiales del Uruguay fueron cambiando. Y las formas de realización de las Jornadas Nacionales se fueron adaptando a esas nuevas realidades. Pero desde hace ya mucho tiempo, el primer domingo de septiembre es el “día señalado” para el encuentro juvenil que cada año vuelve a remover inquietudes, renovar esperanzas, y sacar a la calle la fuerza del Evangelio de Jesús en la vida y la voz de los jóvenes, que los sigue motivando a encontrar en Él el sentido de sus vidas y a construir, siguiendo sus enseñanzas, un proyecto de vida para hacer posible la Civilización del Amor.

LO PERMANENTE Y LO CAMBIANTE
Tras las dos primeras realizadas en Montevideo, la Jornada Nacional de la Juventud se trasladó al Interior, llegando a Paysandú en 1981, a Mercedes en 1982, a Minas en 1983 y a Canelones en 1984, generando masivas concentraciones juveniles, como la que se dio en Minas -la mayor de la historia- con una participación de más de 9.000 jóvenes...

...Cada tanto, hechos o fechas significativas generaron nuevamente convocatorias nacionales. Así, en 1988, en Durazno, para celebrar los 10 años de la Pastoral Juvenil Nacional; en 1991, en Paso de los Toros, para preparar el aporte del país y formalizar el envío de la delegación uruguaya al I Congreso Latinoamericano de Jóvenes, a realizarse en Cochabamba, Bolivia, del 28 de diciembre de 1991 al 5 de enero de 1992, en el marco de las celebraciones de los 500 años de la llegada del Evangelio al Continente; en 1994 en Treinta y Tres, y en 1996, en Carmelo. Más recientemente, la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil adoptó el criterio de realizar una Jornada Nacional con concentración final única, en el marco de cada período de Orientaciones Pastorales Nacionales propuesto por la Conferencia Episcopal. De ahí, las Jornadas Nacionales realizadas en San José, en 2001; en Melo, en 2005; y ahora, en Tacuarembó, en 2008, coincidiendo con la celebración de los 30 años.
... Sin duda, las Jornadas Nacionales de la Juventud van a continuar... Quienes hemos tenido la gracia de ser parte activa del proceso de preparación y realización de muchas de ellas, seguimos creyendo hoy en su potencial evangelizador, porque abre espacio a los jóvenes en comunidades eclesiales conformadas mayoritariamente por adultos, porque permite expresar “las nuevas formas celebrativas de la fe propias de la cultura de los jóvenes” y porque son una manera concreta de seguir renovando “de manera eficaz y realista la opción preferencial por los jóvenes y dar un nuevo impulso a la Pastoral Juvenil en las comunidades eclesiales”.

P. Horacio G. Penengo SDB

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