El primer encuentro en el Taller de Teología acompañados por Roberto Flores, nos dio algunas luces sobre “la realidad de nuestra existencia hoy”.
Partimos de que el ser humanos es “un nudo de relaciones”.
Por lo tanto toda actividad humana que no se da en una “relación mutua” queda “atada” nos detiene en el tiempo. Y toda actividad humana que la vivimos “en relación” es decir “en un recibir y darnos” es lo que nos humaniza, es lo que nos hace crecer, es lo que deseamos permanezca o vuelva en el tiempo, es donde nos sentimos fecundos y abitados…
Algo que aprendimos de los indígenas es “la relación” que tienen con su avita, y con la comunidad. La relación profunda que hay con el patio, el río, el monte, la montaña, el sol, la brisa, la lluvia, la noche, los animalitos… La relación que hay con los niños , los abuelos, los enfermos, la visita… Arrancar a un indígena de su avita y de su comunidad es arrancarle el corazón…
Una de ellas observaba en la venida a Uruguay, la grandeza y encierro de las casas, sin patios compartidos con otros, la falta de niños, la separación de los ancianos de la convivencia con los jóvenes… pero por sobre todo veían que la gente hablaba del deseo de vacaciones. Las maestras estaban cansadas de los niños y de enseñar, los trabajadores sociales cansados de los pobres, los sicólogos estresados por la gente, los curas sobrecargados por la parroquia, los matrimonios deseando las vacaciones para irse lejos…
Estos recuerdos salieron del corazón por lo reflexionado en el taller donde se veía la diferencia entre “servicio y existencialismo”. El servicio se vive desde las entrañas, es el amor mismo, donde palpamos una entrega y un enriquecimiento en la relación con las personas y actividades. El asistencialismo se percibe como una exigencia, un deber, generalmente me quita algo, me agota, porque se da en una relación vertical. No crece ni el que da ni el que recibe…
Anoche dimos una mirada a nuestra vida ¿nos estamos relacionando?...
Alguien dijo “el camino seria buscar “relación” en lo que hacemos, estamos, pero hay veces que no es nuestro lugar y tendríamos que cambiar, pero eso significa perder cosas que el mundo nos a puesto como primero: dinero, prestigio, poder… y por eso preferimos seguir atados a estas actividades, lugares o personas porque son las que nos permiten después tener un tiempo de vacaciones a nuestro gusto, en el lugar y con quien deseamos estar”
En Jesús descubrimos el rostro humano de Dios “que quiso estar con nosotros” y en particular “ahí donde muchos están pero desean salir”… Jesús “estuvo y esta con nosotros” abierto siempre a la relación.
Jesús se retiraba a estar a solas a lugares apartados, para encontrarse con el Padre, para volver a una relación con las personas y lugares de amistad… Cuando le preguntaron por el amor, nos hablo del buen samaritano, del prójimo, próximo… Es con el cercano donde se da mi existencia o no.
Como final del taller nos quedamos un buen rato charlando, no había apuro en irse. Incluso una familia nos llevo a cenar unas pizas. Y despues quedamos u rato mas con Roberto... creo que todo fue signo de que "queríamos esta relación, este taller, este encuentro"
Nacho
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