miércoles, 19 de septiembre de 2012

Tiempo Latinoamericano - Cordoba Argentina

Amigos-as comparto algunas textos que apoyamos y leemos en estos dias...

Como institucion (tiempo latinoamericano) estamos acompañando y difundiendo el historico juicio que se realiza en la provincia de la rioja por la causa de los asesinatos en 1976 del frayle capuchino Carlos de Dios Murias y del sacerdote frances Gabriel Longueville.
Estos hermanos junto a religiosas y laicos trabajaban generosamente con su pastor mons. Angelelli.
Haciendo memoria y apoyando el pedido de justicia compartimos con los lectores del colibri el documento "La verdad los hara libres" que el decanato de los llanos escribe, tambien podriamos leerlo como una carta de los cristianos de la rioja a todos los hermanos y hermanas de nuestra america.
Por otra parte en la cotidianidad de los conflictos y choque de intereses de la sociedad argentina, diversos medios de comunicacion reflejaron el "cacerolazo" de protesta, la semana pasada, contra el gobierno de cristina de kirchner. Muchas fueron las repercusiones y reflexiones posteriores, entre todas ellas comparto la que realiza el sacerdote Eduardo de La Serna, coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres. Como dice el t{itulo es una mirada que aporta una vision mas alla de lo coyuntural.
Para octubre les adelanto que nuestra revista Tiempo Latinoamericano cumple 30 años, para entonces compartiremos con los colibries la alegria del festejo porque tambien somos parte de este caminar compartido.

"Por si esto fuera poco" tambien les cuento que estamos organizando, ya en su 4to. año, el Seminario Taller de la Catedra Angelelli, si leen bien la programacion encontraran una conferencista muy conocida! Ah... me olvida el tema del seminario son los 40 años del concilio en nuestra america.
Bueno amigos y amigas, desde Cordoba un abrazo fraternal a todos y todas las que conocemos.
Hugo y Nelda

“La Verdad los hará libres”

Ante el inicio del juicio por los asesinatos de nuestros hermanos Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, los Sacerdotes y Religiosas del Decanato de Los Llanos, movidos por nuestra fe en Jesús, Señor de la historia, y nuestra responsabilidad ciudadana, queremos pronunciarnos públicamente compartiendo con nuestras comunidades y el pueblo riojano algunas reflexiones:

1- Celebramos el inicio del juicio por los asesinatos de nuestros hermanos de pastoreo en Chamical, porque significa que no han sido en vano los esfuerzos, las gestiones, las oraciones, los reclamos de estos largos años que pretendieron dejar en la impunidad tan horrendos crímenes. Lamentablemente el paso del tiempo ha eximido a probables o eventuales implicados.

2- No desconocemos que buena parte de los escollos que fueron postergando el juicio se generaron en el tráfico de influencias y presiones que dominan distintos estamentos de poder en nuestra provincia, amparados en iguales conductas judiciales de complicidad en otras partes del país, que vienen siendo contrarrestadas por decisiones a favor del esclarecimiento definitivo de los crímenes de lesa humanidad.

3- Nos preocupan las idas y venidas que se vienen repitiendo luego de haberse iniciado el juicio, con las permanentes objeciones o trabas de los defensores de los imputados que pretenden dilatar el proceso especulando con que se pueda mantener en la impunidad a los imputados o autores.

4- Esperamos de los jueces una actitud firme en el cumplimiento de sus responsabilidades para que finalmente se llegue a la Justicia largamente reclamada y esperada, que también contribuirá a la paz en nuestras comunidades y los propios familiares de nuestros hermanos sacerdotes asesinados.

5- Alentamos a quienes tienen la obligación de testimoniar en este juicio. Queremos que sientan nuestra compañía para ser testigos de la verdad ante esta decisiva instancia judicial que deberá concluir con la condena en cárcel común de los homicidas. El coraje evangélico de nuestros mártires contagiará el valor necesario para no callar, venciendo temores y amedrentamientos.

6- Exhortamos vivamente a nuestras comunidades eclesiales, a las organizaciones populares y a las diferentes expresiones representativas de nuestro pueblo riojano a pronunciarse y manifestarse para que este juicio trascendental concrete nuestra esperanza de Justicia, sirva para restablecer la credibilidad en las instituciones democráticas y podamos llegar también al juicio y condena de los asesinos de nuestro Obispo Enrique Angelelli y de nuestro hermano laico Wenceslao Pedernera.

De esta manea queremos cumplir con un imperativo de conciencia, de fidelidad a la Iglesia, y a nuestros hermanos mártires. La Memoria, Verdad y Justicia son una exigencia insoslayable de una sana convivencia nacional. Que Dios nos ilumine y fortalezca, nuestra Madre nos cobije y San Nicolás nos proteja.
  Sacerdotes y Religiosas del Decanato de Los Llanos, La Rioja, Argentina. Setiembre de 2012.
Una mirada (desde lejos) de la/s marcha/s

Por Eduardo de la Serna *
Sería absurdo pretender decir una palabra clara y distinta acerca de las marchas de ayer en mi situación: estando lejos, a poco de producidas, sin toda la información que sería de desear, y sin haber participado. Pero igual creo que algo se puede (empezar a) decir.

En primer lugar, desde hacía semanas me llegaban correos electrónicos invitando a la marcha. Correos de desconocidos, y de remitentes falsos, porque no podía responder. En segundo lugar, me parecía razonable pensar que a la/s marcha/s iba a ir bastante gente, lo cual sería evaluado de diferente modo según el espectador o lector. Pero que vaya mucha gente (“miles” al decir de todos los diarios que leí, lo que significa “no-cientos”, tampoco “decenas-de-miles”) no necesariamente es indicio de sensatez. Multitudes se han convocado por los más diversos modos, y no siempre fueron –al menos mirando a la distancia– marchas sensatas. Podríamos recordar el vitoreo a Galtieri por Malvinas, o la “fiesta de todos” luego del triunfo (sic) del Mundial ’78, la marcha del “Felices Pascuas” o las “decenas de miles” de personas que convocó el respirador serial en el Planetario la semana pasada...

Podríamos también mirar algunas voces, pre o post marcha, sean la de Amadeo o Patricia Bullrich, con consignas simples, elementales, obvias... ¡pobres! O el (in)análisis de Mauricio, diciendo que la marcha era pacífica y no era en contra de nadie, lo que los cantos coreados o algunos carteles parecen desmentir; o que espera que “la Presidenta tome nota de lo de ayer”, como si él hubiera “tomado nota” del resultado electoral 2011. Podemos también mirar la columna del ultra-C, por Clarín, Julio Blanck, que habla de “guerra” (puaj). Y podemos también tener presente que así como en “tiempos electorales” hay cosas que son “normales”, pero a las que no hay que prestarles demasiada atención (denuncias, actos, propuestas...), antes del 7 de diciembre, hay cosas que –como Sancho– “veredes”.

Pero no está de más mirar un detalle que me parece interesante. Los medios comentan unánimes la disparidad de temas que fueron abordados por los manifestantes ayer; en el mismo Clarín, en dos columnas diferentes, se mencionan grupos de temas bien diferentes: “consignas contra la corrupción, la inseguridad, la inflación y la re-reelección”, dice una; y “Seguridad, libertad y justicia, los principales reclamos de la gente”, dice la otra en el mismo diario. Y mirando las cosas que la gente decía y/o cantaba (dejando de lado los insultos o los absurdos, que imbéciles hay en todas partes; y con esto aludo también a la palabra “dic/ktadura”) se me ocurre una reflexión: la gente manifestó, dijo lo que quiso y no hubo represión ni violencia. Hace tres días, en Chile manifestaron contra el golpe de 1973 y hubo represión y violencia (como en Córdoba hace unos días, acoto). La Corte –de Justicia hablamos– acaba de decidir que el caso de la “Campaña sucia” contra Filmus pase del fuero federal al fuero porteño, con lo que parecería ser beneficiado Macri; el tema viajes/dólares apareció en varios, y la trillada idea de ir adonde quiero, hacer lo que quiero se repite hasta el hartazgo, sin recordar –o recordando– que hubo un tiempo en que se podía viajar cuantas veces se quería y gastar cuanto se quería para comprar “2”, y gracias a tanta “libertad” individual, el país estalló en miles de fragmentos. Y acá –creo– está el tema: los cantos, consignas y planteos (legítimos de expresar, por cierto) eran –al menos en su mayoría– totalmente individuales: “quiero salir a la calle sin que me roben” era el planteo de la seguridad; no el bienestar social como “seguridad”; “quiero poder viajar” como si los “cientos de miles” (mejor dicho, “millones” de pobres) alguna vez hubieran podido viajar sin que nadie levante su voz a favor de ese derecho... La multitudinaria “marcha del yo” preocupada por “mis” derechos se manifestó coherentemente en que cada “yo” tenía su propia consigna; no había un “nosotros”, un “Pueblo”, salvo que al extraño momento en el que se cantó “si éste no es el Pueblo...” se le dé alguna entidad. Pocas cosas me parecen tan clásicas de la “clase media” argentina que su “amor al yo”, el mismo de sri sri, el mismo del “yo, argentino”, o “no te metás”, coherente con el “por algo será” o “en algo andaría”. Multitudinarios “yoes” que pareciera que nunca pueden mirar un “nosotros”... Pero hace ya 200 años que estamos habituados a convivir (¿?) unos y otros, puerto y pueblos; civilización y barbarie, blancos y negros... De proyectos se trata. Pero mientras unos insinúan siempre el deseo por el voto calificado, otros proponen ampliación de derechos, aunque los calificados (o clarinificados) “no tomen nota”, total... se han copiado siempre.
  * Coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres.
   Diario Página 12, sábado 15 de setiembre de 2012.

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