miércoles, 14 de agosto de 2013

BENDITA FRAGILIDAD HUMANA ... QUE NOS PERMITE ELEGIR CAMBIAR

Venimos de un buen viaje, y así como nosotros aquí en Río Branco nos quejamos que somos noticia nacional solo cuando ocurre un hecho negativo y decimos que muchas cosas buenas estamos construyendo, lo mismo les pasa a los ciudadanos de los demás departamentos.
En Paysandú a modo de ejemplo, están sufriendo mucho que se los identifique como ciudadanos donde hay la mayor explotación sexual de menores, corrupción política y lavado de dinero. Nos encontramos con un grupo de jóvenes preocupados por la basura de la ciudad y ocupados en el resiclaje. Otro grupo buscando la verdad sobre el índice de contaminación de un río del departamento. Otro grupo dedicando horas extras a la formación para sanar su historia y acompañar a que se sanen otros. Todo esto sumado a la cantidad de cooperativas de trabajo y a las infinitas vivencias de ternura en el ambiente social y familiar confirma que los «sanduceros» son mucho más de lo que la gran prensa machaca e impone.
 
En Montevideo anduvimos por los barrios considerados «rojos» en los espacios policiales de la prensa nacional. Miles de personas a diario salen de madrugada y regresan a la noche a estos barrios en omnibus, autos carritos, motos y bicicletas, salen y regresan a trabajar y eso no es noticia, pero si se machaca cuando ocurre un hecho delictivo en estos barrios.
En Casabó uno de estos barrios nos encontramos con un policía que nos contaba que su niñez había sido muy jodida en este mismo barrio. Con la falta de papá y mamá se crió con muchos vicios de la calle. Se encontró con un centro abierto para adolescentes, conoció el amor, la confianza y decidió ser lo que hoy es. Un buen padre, esposo y policía. Para vivir lo que no pudo vivir en su niñez. Para darle a sus hijos lo que el no tuvo.
Otro encuentro fue con la familia de una de las madres que esta presa porque su hijo fue parte del homicidio del repartidor de gas la semana anterior. Esta madre hoy presa tuvo una niñez como hija predilecta, mimada, con todos los gustos que puede pedir una niña de clase media. Se casó con un hombre trabajador con un comienzo de matrimonio bueno.
 El esposo fue cayendo en el alcoholismo, lo que lo llevó a comenzar a tener problemas de cumplimiento en el trabajo, lo que trajo a la familia problemas económicos y de violencia. La timba apareció como la solución, lo que lo llevó a empeñar la casa que luego la perdieron.
 Los señores del narcotráfico le facilitaron un poco de dinero a cambio de unos favorcitos lo que lo llevó a la cárcel. Su esposa es la misma niña mimada, hoy presa porque su hijo se juntó desde hace un tiempo con los patrones de su padre...

No nos corresponde juzgar, simplemente compartimos una mirada a partir del encuentro con el policía y con esta madre, compartimos LA FRAGILIDAD HUMANA... QUE ES CAPAZ DE TENER CAMBIOS RADICALES.
Una piedra puede ser un diamante por siglos o ser una roca por siempre.
El ser humano está continuamente transformándose por las relaciones humanas que encuentra en su camino y por las elecciones que va tomando en su vida. Por lo tanto siempre hay fragilidad y siempre habrá esperanza. El Colibrí
Editorial Semanario Tribuna Popular/16 de agosto 2013

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