viernes, 2 de agosto de 2013

¿Quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?

De la Jornada mundial de la Juventud en Brasil, quedaron muchas vivencias y palabras, entre ellas unas que Francisco el Papa ha reiterado a los curas, obispos pero también a todos los parroquianos:
 «no sean mandones, no sean controladores, no sean aduaneros de la fe...»  
Y puso el acento en la misericordia y el servicio. 
   Esto es un cambio radical para quienes se presentaban y vivían como «maestros, padres, patrones, reyes...»
   Pero también es muy fuerte para los que estaban sometidos a esos señores.  Las relaciones de poder, las doctrinas, la moralización, el uniformismo es des-personalizante pero da ciertas seguridades, congrega a gente con miedo a ser ellas mismas.

 La palabra bíblica de hoy nos relata el pedido que le hacen a Jesús de mandar distribuir una herencia -¿Quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes? Jesús se desapodera de lo que era costumbre hicieran los señores, reyes, maestros, padres... Pero no deja de desenmascarar al Dios de la riqueza que se presenta como capaz de dar la felicidad y larga vida:
- He acumulado muchos bienes, descansaré, comeré, beberé y me daré una buena vida- dice un hombre enriquecido - Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quien será lo que has amontonado? dice el Dios dueño de la vida.
         ( Lucas 12,13-21)
 Hasta los pájaros construyen sus nidos, pero el nido es para descansar, para alimentarse, multiplicarse, para prepararse para un nuevo vuelo.
   Los bienes materiales son para ser administrados en bien de otros y no para poner nuestro corazón en ellos, atándonos...
    Los encargos que recibimos, que nos dan cierto grado de poder, no son para servirnos de ellos, sino para servir a los demás.
Está enganchado en la misma soga tanto el perro con su collar, como el que lo lleva atado. Quien deja libre a los demás está en camino de la plena libertad.
 Nadie puede ser libre dependiendo, pero tampoco creando dependencia.
  No llamen a nadie señor, ni maestro, ni padre dice Jesús, invitándonos a vivir y ayudar a vivir a CONCIENCIA, buscando juntos la verdad, el camino. El cual siempre necesitará de misericordia porque los errores son parte del caminar, parte de las búsquedas, relaciones y construcciones humanas. Bien lo sabe nuestro creador, por eso la misericordia es central en el amor.
  No se puede adorar a Dios y al dinero. No se puede ser libre atado a los deseos y posesiones materiales. Donde está nuestro tesoro está nuestro corazón.
   El desprendimiento de lo innecesario material es un paso común en todas las grandes religiones. Por lo contrario hay propuestas de falsas religiones justamente prometen dinero, salud y amor. La pregunta existencial es:
 ¿Quiero ser Dios que decido sobre otros,
 y que me siento merecedor de estar sobre otros económicamente? 
 
¿Quiero dejar a Dios ser Dios en la conciencia de los demás 
y en mi propio caminar, 
concretándolo en la sencillez de vida, solidariamente y al servicio?
Nacho

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