El Señor nos ha permitido vivir en pocos días dos instancias maravillosas. El IV Campamento Teólogico en la Laguna Merín y la estadía entre nosotros de Nicolaza y sus hijos: Yasi e Iván fueron una vivencia de Fe y Fraternidad, una experiencia de Dios muy fuerte, se nos ocurre, similar a la que vivieron los discípulos con Jesús en la montaña de la Transfiguración (cfr.Mc.9). Allí Pedro estaba tan bien y feliz que quería hacer tres carpas para quedarse. Nosotros, colibríes, estábamos tan cómodos y felices que deseábamos prolongar esas vivencias… esas “fotos”.
Pero así como Jesús les regaló esa gracia a los discípulos para después invitarlos a “bajar” del monte a su realidad, así también a nosotros, nos invita a bajar a nuestros quehaceres con una nueva alegría.En esa realidad del día a día, Jesús nos invita nuevamente a seguirlo por el camino de la cruz si queremos ser constructores y misioneros de su Reino. Él se lo había anunciado a sus amigos – los discípulos –, los había desafiado: “Pueden ustedes beber el caliz que yo tengo que beber?” (Mt.20,22). O sea, pasar por el dolor, la traición, la muerte… para conquistar el Reino del Amor?
Para llevar adelante nuestros sueños, tenemos que correr riesgos, jugarnos, pero sabiendo que contamos con la presencia de Jesús a nuestro lado y la de tantos colibríes que nos animan con su oración y su “presencia” de mil maneras.
Decíamos en la Celebración-Despedida de Nicolaza en lo de Víctor, al ofrecer el cáliz con el vino, -signo de la entrega y sacrificio de Jesús por nosotros – que en él queríamos poner toda nuestra vida con lo que tiene de realización y de esperanza. En ese cáliz ofrecíamos a Jesús nuestros dolores, nuestros cansancios; las desilusiones por los golpes del camino, las frustraciones por no dar y lograr realizaciones personales, el no poder plasmar sueños compartidos.
Jesús nos regala momentos de plenitud, de felicidad… fotos que debemos guardar para darnos “fuerzas” en los momentos de Cruz.
La “bandada” también nos ayuda. Siempre hay algún integrante más sensible en detectar nuestra situación, en comunicarse, en hacerse presente, en acompañar… Jesús nos pone hermanos en el camino de esos que saben “ver con los oídos”. En nuestras comunidades, en los pobres – como nos dice Cacho Alonso – está Él llamándonos a salir en “nuevos vuelos”…
Agradecidos al Dios de la Vida, al Padre Bueno, renovemos nuestro deseo de ser seguidores de Jesús, misioneros de su Reino, constructores de la “Tierra sin Mal”… en nuestro paisito, en “nuestras Bolivias”, en el mundo entero… quizás recomenzando a restablecer relaciones, asumiendo alguna responsabilidad, abriéndonos más al pobre o necesitado, favoreciendo “nidos” de fraternidad…
Con el corazón y la mente llenos de presencia divina y fraterna, nos despedimos deseosos de nuevos reencuentros “colibrianos”, con el compromiso de seguir desplegando alas y continuar soñando que un mundo nuevo es posible.
María, Virgen de Lourdes patrona de los enfermos, mujer fuerte y humilde, nos ayude a ser fieles como lo fue ella a su hijo JESÚS.
Gilberto Bertoletti.
(Tema musical: “Te falta mirar” – Gerardo Dorado, “El Alemán”)
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