lunes, 23 de febrero de 2015

“Nacer de nuevo, con la experiencia adquirida”es

DESEABA EL ABUELO:
 “Nacer de nuevo, con la experiencia adquirida”.
 El ser humano no puede desear lo que no conoce. ¿Quién puede desear un helado de frutilla y chocolate si no supiera que existe? El conocimiento se da por medio de los sentidos. Conozco lo que he visto, palpado, de lo que me han hablado… Pero también hay un conocimiento interior, que es propio de lo que es el hombre que le llamamos instinto.

El abuelo tenía un deseo que es común a muchas personas que pasan los cincuenta años de vida o que añoran su juventud.  La mayoría de los deportistas dicen que si volvieran a las categorías juveniles: “se cuidarían más y entrenarían mejor”. Muchos ancianos sentados en cosas materiales dicen que si pudieran volver a ser jóvenes: “harían más cosas de su gusto y pasarían más tiempo con sus seres queridos”.

Entonces cuando deseamos algo, es porque de alguna manera “lo conocemos” y si lo conocemos “es porque existe”. Entonces el deseo de volver a nacer, es un deseo posible. Claro está que el nuevo nacimiento no será igual al primero. Y se puede volver a nacer desde el camino ya recorrido, desde lo ya vivido.

ESPÍRITU CREADOR

La espiritualidad cristiana es realmente humana y trasciende la humanidad. Entonces los profundos deseos humanos, son deseos del Espíritu. Y este es capaz de revelarlos y hacerlos realidad.

Si creemos que el Espíritu es la fuente de la vida, esa misma fuente nos puede regalar una vida nueva. Hasta nuestro amigo Eduardo Galeano dice “se puede nacer de nuevo, pero para eso hay que morirse un poquito, sin morirse del todo”. Agregando “el desprendimiento” como camino hacia un nuevo nacimiento.

DESAMARRARSE

Cristóbal Colón “descubrió un continente nuevo, para su pueblo y reveló un mundo nuevo”. Para que eso fuera posible, necesitó desamarrarse de su puerto conocido y navegar mar adentro. Y dicen que los que lo acompañaron en su mayoría eran “los que no tenían mucho que perder”. Fueron pocos los “que estaban bien que se animaron a una aventura incierta”.

He aquí pasos concretos para los que quieran volver a nacer, “el camino es la libertad”. No se puede ir a un lugar sin dejar otro. O más bien “no se puede saborear plenamente lo nuevo, si nuestro corazón quedó en lo anterior”. Hay barcos que no navegan, se conservan por un buen tiempo atados al muelle hasta que se pudren y se hunden. Hay otros que navegan unidos por una cuerda al lugar de origen y esto los atrae, ante las tormentas o desconciertos volver enseguida al punto de partida. Hay barcos a la deriva, que van para donde los lleve el viento. Y hay otros, que son muy pocos, que se preparan en buen puerto, juntan provisiones y al momento que llega la suave brisa, izan las velas y se dejan llevar mar adentro en búsqueda de lo nuevo. Si bien no conocen lo que vendrá, desean algo más de lo ya conocido, de lo ya vivido, lo desean porque está escrito en lo profundo de su ser, porque hay testigos que le hablaron de ese viaje.

PREPARARSE CON UN NORTE

La preparación es fundamental, “tener suerte es estar preparado para cuando llegue el momento” lo dice el maestro Tabárez. Los que quieren navegar sin haber acondicionado su barco, sin ser movidos por la suave briza, terminan naufragando. Es fundamental acondicionar y aprovisionar nuestra nave, que es el cuerpo, la inteligencia, los afectos, la voluntad, la fe. Siendo para la navegación imprescindible tener “una brújula con un norte”. Quizás una de las cosas más escasas hoy en día “tener un sentido profundo de vida”.

En tiempos del abuelo, la mayoría aspiraba, deseaba, conseguir un trabajo, tener una casa, formar una buena familia, tener hijos, y vivir los últimos años jubilado, con buena salud y rodeado de hijos y nietos. Con el tiempo se ha sumado el deseo del autito propio, de tener estudio o darle estudio a los hijos, disfrutar de una buenas vacaciones, viajar , conocer, tener algunos chichecitos que nos ofrecen…  y no tanto hay lugar, ni tiempo, ni deseo de ser fecundos, desde una vivencia familiar con hijos, lo que a veces se cubre con una mascota animal o vegetal.

SOÑAR -  LIBERARSE

Más allá de los deseos de cada tiempo, de cada cultura que son cambiantes y distintos, está el deseo profundo de nacer de nuevo. La tortura mayor, el deterioro peor, es quitarle a alguien o perder la posibilidad de “soñar, desear una vida mejor”. Despertar sueños, despertar deseos de lo bello, hermoso y bueno es lo más revolucionario de la historia humana. Los verdaderos poetas, artistas líderes son “soñadores que plasman en cosas muy concretas lo que parece imposible para los que están sobreviviendo”. Por lo tanto son las personas más peligrosas y desestabilizadoras de los que están sobre otros, generalmente con un discurso apocalíptico, negativo, temeroso, que no quieren que nada cambie o quieren que el barco vuelva a puertos que ellos llaman de mayor seguridad.

Misteriosamente, nadie posee el monopolio de soñar, navegar, de la suave brisa, de la liberación. Justamente las personas o grupos humanos que se creen los poseedores de la brújula, del norte, se transforman en puerto de palo, que da palo a los demás, transformado en secta que creyéndose superior a los todos.  Quien realmente  transita por el camino de la libertad, se encuentra con personas y grupos bien diversos en la misma búsqueda, teniendo problemas justamente con los que a veces comparten la misma mesa.

CUARESMA ORACIÓN, AYUNO Y SOLIDARIDAD

La Iglesia Católica, tiene la propuesta de un tiempo de cuarenta días, tiempo de cuaresma, como tiempo donde las energías de muchos, los deseos sumados en todo el planeta Tierra se tejen confiados, con fe, en que si bien la suave brisa sola cuando quiere y de donde quiere, en este tiempo El Espíritu de Dios nos propone preparar, aprovisionar, nuestro barco personal y comunitario. Desprendiéndonos de cosas que no son buenas, las que no son necesarias y algunas que son buenas pero no son para nosotros hoy en día.

El ayuno, la limosna y la oración en silencio, son tres herramientas que son recopiladas de la sabiduría de la palabra bíblica, propuesta por el mismo Jesús, hijo de Dios. Comunitariamente hemos ante quien la vida nos ha dado. Invitando a todos los que quieran sumarse al camino cuaresmal, nunca es tarde para buscar a Dios.

La oración personal y la comunitaria se complementan.  Como gesto de solidaridad la colecta de la misa, la compartimos con una obra concreta de acogida y cariño con los más debilitados. El ayuno personal cada cual sabrá de que se tiene que desprender en este tiempo, comunitariamente discernimos que a la mayoría nos haría bien estar muy atentos al qué decimos y a la escucha comenzado con el miércoles de ceniza, recordando que: “somos polvo y al polvo volveremos”, que no somos dueño de la vida y en cualquier momento tendremos que presentarnos. Creyendo que una de las armas más peligrosas y asesinas son: “la lengua, la comunicación”. Cuidar de manera especial: “lo que decimos al que está presente y lo que decimos del que está ausente”. Cuidar de que “nos alimentamos en nuestros diálogos, lecturas, noticieros, radio, internet y  televisión ”.

VOLVER AL VIENTRE

Para nacer de nuevo, debemos volver a un vientre que sea capaz de dar vida nueva. Para nosotros creemos que ese vientre es Dios. Y porque ama a su creación, ahí nos espera, en la profundidad de nuestro ser, en la relación con los demás y en la creación. Necesitamos estar dispuestos al desprendimiento. Necesitamos tener sueños y deseo de ser mejores, de otro mundo posible…. Si el abuelo lo deseaba es porque es posible. ¿Puede haber algo imposible para Dios?, entonces si vuelvo al vientre de Dios, dejando mis puestos seguros, o sacando mis velas de otros vientos, la suave brisa del Espíritu Santo, me preparará para vivir una Pascua, un paso hacia la libertad que será aporte para la liberación de otros.

Hagamos silencio, para escuchar los ruidos y después escuchar la brisa. Silencio en la vida cotidiana, escuchando lo que vivimos y el mundo en que existimos, y silencio a solas en el cuarto o a solas ante la naturaleza. La palabra bíblica de cada día es una buena brújula. Y confrontar el camino con alguien que creamos que está en la misma búsqueda porque  nuestra fe es personal y comunitaria.

Nacho


Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo.
 Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo:

«Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro,
 porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces,
 a no ser que Dios esté con él.»

Jesús le contestó:
 «En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios
 si no nace de nuevo desde arriba.»

Nicodemo le dijo: 
« ¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? 
¿Quién volverá al seno de su madre?»


Jesús le contestó: 
«En verdad te digo:
 El que no renace del agua y del Espíritu
 no puede entrar en el Reino de Dios.
 Lo que nace de la carne es carne, 
y lo que nace del Espíritu es espíritu.
 No te extrañes de que te haya dicho: 
Necesitan nacer de nuevo desde arriba.
 El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, 
pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
 Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.»
 (Juan 3, 1-8)

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