jueves, 14 de enero de 2016

Primer comunicado del V Campamento

ESPIRITUALIDAD CRISTIANA VIVENCIAL
En estos días de encuentro entre Colibríes, un matrimonio de personas mayores, Carmen y Waldir, recibió en su casa a un matrimonio joven, Rossina y Diego, con su hijo pequeño Juan Pablo. En uno de los momentos de oración a la noche, que consiste en compartir las “fotos del día”, los adultos que recibían decían: “Hace años que vivimos los dos solos, y tenemos la casa, los horarios y las costumbres armadas a nuestra manera. Todo tiene un orden a nuestro gusto. Cuando llegaron los jóvenes con Juan, en principio nos sentimos invadidos. No sabíamos que hacer. Nos entró un desespero. El tiempo fue haciéndolo todo nuevo. El orden pasó a tener vida. En lo rutinario nacía lo inesperado. Y fuimos pasando del control a ir dejando que las cosas acontecieran. 

Hoy vemos las visitas como un regalo de Dios, nos han rejuvenecido, nos han hecho crecer. El corazón se ha agrandado”.
Por la otra parte las visitas decían, que se sintieron como en casa viendo al niño disfrutar de otras relaciones, con sus nuevos “abuelos”. A ellos les exigía escuchar otros pareceres y actitudes ante el niño. 
Y algo que no tiene precio es las charlas con un matrimonio mayor, que es de gran valor para ellos que están en sus primeros años de caminar juntos. El relato de las experiencias de las crisis en las diferentes etapas del matrimonio, la aceptación del otro como desafío constante en la pareja, el peligro del orgullo ante los errores y el aprender a pedir perdón a tiempo, fueron haciendo de la convivencia un tejido humano donde se crece en familia. Así como en las comidas se sintió el amor de Dios que cantaba en la voz de su hijo, ellos creen que ese tiempo de “estadía” fue un tiempo de Dios, que nada lo hace por casualidad. Qué lindo es conjugar la vida misma con el Espíritu de Dios que se manifiesta en su Palabra pero también en la sinceridad y cariño de la palabra humana.
Hoy llegaron los primeros peregrinos a Lago, María Eugenia, Fabricio y los tres hijos, y se armo la primera carpa. Como siempre están los laguneros para recibir, Juan Antonio, José Carlos ( Brasil)… Esta tardecita llegaron a Río Branco del Olimar 33, dos debutantes Bibiana Cegovia, Cristian Freitas y de Mercedes, Artigas y Montevideo Rossina, Diego y Juan Pablo. Desde la Rioja Argentina ya está en viaje Miriam Segovia. Las casas en Montevideo, Rio Branco están abiertas para recibir a los que van llegando, Erik por allá, Judith, Natalia, Carmen Waldir por acá… Y tenemos la sorpresa casi confirmada de la participación de Isana Gi descendiente Maya venida desde Guatemala, con una delegación con integrantes de Paraguay, Brasil y Uruguay.

Mañana viernes, por la mañana mate con los de casa, y después hay dos canales que esperan las primeras entrevistas y una radio. Es bello el apoyo de los medios, los periodistas son parte del campamento, algunos aportaran su trabajo y después participaran.  A la tarde de este viernes toca la cortada de pasto de la capilla con Gustavo Márquez Lagunero de coordinador. La sub 20 reforzada está disponible: Romina, Barbara, Rodrigo. Ala nochecita ya Rufina nos espera en la casa común del lago, donde parecería llegarían argentinas y uruguayos. Y el sábado a toda hora estarán naciendo flores en este jardín. Lo que será parte de nuestra espiritualidad toda la semana, con libertad para llegar el día posible y partir cuando sea necesario.
He aquí la vivencia de nuestro entender el seguimiento de Jesús. De manera comunitaria abierta a la diversidad. Algo que es realmente un desafío, y si no nos dejamos guiar por el espíritu es casi imposible, convivir de igual a igual con las más variadas pobrezas que cada uno trae. La tentación humana es juntarse con los iguales y apartarse de los que tiene pobrezas diferentes. A su vez los que más nos molestan son los que de alguna manera nos enfrentan a nuestras pobrezas y miserias interiores.

Entonces la vida comunitaria nos da la posibilidad de encontrarnos con nuestras heridas a trabajar, a curar o las que tendremos que aprender a convivir por siempre con ellas. Todo esto se puede hacer en un ambiente de psicología, pero también en una experiencia comunitaria con Jesús en el centro. El hace milagros tejiéndonos con los diferentes colores que somos, transformando las piedras desechadas en parte de la construcción de su reino.

Nos espera esta semana la “casa común del Lago Merín”, donde tenemos el desafío de “vivir juntos”. Recemos, le pedimos oraciones a los que participan desde la distancia. Siempre hace más ruido un árbol que cae que un monte que crece, por lo tanto sabiendo que habrá imperfecciones ojala podamos ver el monte…. Con la mística del Espíritu de Jesús, que nos lleva a disfrutar, señalar y apoyar, Su Reino ya presente, no en cosas grandiosas, ni mágicas, sino en pequeños gestos, de la vida cotidiana.


Hoy algunos niños entraban se quedaban en la arena por miedo al agua. Otros se mojaban un poco y el frío del agua los alejaba. Y algunos superaban el miedo, el frío y se metían por completo en el agua… y eran los que mas disfrutaban. Así serán estos días, la invitación es confiar en quien nos convoca y zambullirnos en la vida comunitaria.
Nacho

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