viernes, 6 de enero de 2017

«Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido.»


Entre tantas voces que hoy nos proponen caminos de felicidad, creemos que la palabra bíblica tiene algo para decirnos, algo profundo y magnifico, algo que realmente nos humaniza.  (Salmo 28)
- He aquí el hijo de Dios el que nació en el pesebre, el crucificado, el que venció la muerte,  a quien yo sostengo, mi elegido, al que escogí con gusto. He puesto mi Espíritu sobre él, y hará que la justicia llegue a las naciones.
No clama, no grita, no se impone, no cuenta con medios  poderosos,  no se escuchan proclamaciones en las plazas.
No triza al árbol caído, ni aplasta la poca fe de los hombres; sino que hace florecer la justicia en la verdad.
Todo el que busque la justicia según la verdad, Dios está con él, y  el está con Dios aunque no mencione su nombre. 
Así habla Yavé, que creó los cielos y los expandió, que moldeó la tierra y todo lo que sale de ella, que dio aliento a todos los seres vivos, le dio su espíritu, a los que se mueven en ella.
Yo, Yavé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones.
Para abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, y del calabozo a los que yacen en la oscuridad.
Esto es ser cristiano, esto es ser religioso según el Dios revelado por Jesús: el que se compromete con la justicia por el camino de la verdad, de manera no violenta, buscando la unidad, despertando conciencia, liberando de las distintas opresiones, adiciones, liberando de otros amos y dioses. Nuestra espiritualidad no es del templo, ni de ritos, ni de ofrendas, es una espiritualidad liberadora.  (Isaias 42, 1-7)
- Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas, ni por su cultura, ni por su modo de vida, ni por su religión. Lo que nos une es el compromiso con la justicia.
Ahora bien, Dios ha enviado su Palabra a nosotros, dándonos un mensaje de paz por medio de Jesús, el Mesías, que también es el Señor de todos y por lo tanto a todos tenemos que trasmitir ese mensaje. 
Ustedes ya saben lo que ha sucedido, desde el pesebre, donde Dios se hizo uno de nosotros, encarnado la realidad humana, haciendo suya las alegrías dolores y luchas, desde los más pobre, desde los oprimidos, en búsqueda de la liberación, de la justicia social, de la fraternidad humana. 
Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo. Entonces todo el que hace algún bien, enfrentado al mal, esta con Dios y Dios con él. Esa es nuestra práctica religiosa.  ( Hechos 10, 34, 38)
«Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido.»
El Cristianismos está centrado en el amor, amor que es darse gratuitamente, en bien del pueblo en bien de los empobrecidos, pecadores y oprimidos. Mateo (3,13-17)
PARA EL AÑO NUEVO, 
DESEAMOS BUSCAR LA FELICIDAD
 POR EL CAMINO DE LA JUSTICIA, 
EN VERDAD,
 EN CLAVE LIBERADORA,
 BUSCAR LA FELICIDAD AMANDO. 
                   BENDICIONES, 
Nacho 

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