martes, 10 de enero de 2017

TEOLOGÍA, FILOSOFÍA, DEL VI CAMPAMENTO EN LAGO MERÍN


La hospitalidad 
es el lujo de los que nos sabemos necesitados y unidos a otros,
 la hospitalidad es el lujo de los pobres,
 recibir al otro brindando todo lo que uno tiene y es,
 sin que eso resulte una ofensa.

La hospitalidad
es uno de las piezas del rompe cabezas 
del verdadero rostro humano, 
cuando nos sabemos unidos vemos ese rostro nítido
y lo reconocemos ya que podemos compararlo con el de Alguien, 
un hermano mayor,
que nos mostró el suyo en una zona remota de Galilea,
hace tiempo.
Él andaba de viaje como nosotros, 
muchas veces estaban un poco apretujados entre la multitud, 
como nosotros en la laguna, 
a veces tenían que hacer estirar la olla, 
como nosotros.

Nuestro deseo de corazón y certeza, 
es que si logramos imitarlo y ser fieles en lo poco,
también podemos ser fieles en lo mucho, 
Donde está lo que importa, 
el resto llega por añadidura 
y lo que importa siempre lo creamos juntos. 
Buen viaje, buena llegada, ahí nos vemos.

    Abrazo   Roberto

Stella Gabbrielli nos aporta para el campamento algo recogido desde el norte. Y que mejor manera de homenajear a este pensador: Relacionándonos, encontrándonos en el VI campamento”. Nuestro modo de hacer Teología, es un modo de VIDA

PROPUESTA DEL MUNDO ACTUAL ESTILO DE VIDA: EL AMOR LIQUIDO

Ha fallecido el filósofo y sociólogo polaco que explicó la sociedad “líquida” y la importancia de las relaciones personales. 
Erik Gandini, director ítalo-sueco, parte de Suecia en un viaje cinematográfico que lo lleva a Etiopía. Su película (La teoría del amor de Suecia) nació a partir de una reflexión sobre el manifiesto propuesto por el Parlamento sueco en 1972, “La familia del futuro”.

El concepto básico es que toda auténtica relación humana debe basarse en la independencia: la independencia de la mujer respecto a su marido, de los adolescentes con respecto a sus padres, de los ancianos con respecto sus hijos. Pero la independencia, sin embargo, limita el contacto y la interacción personal: por ello hoy, después de 50 años, la mitad de la población vive sola, y cada vez más mujeres se convierten en madres solteras a través de la inseminación artificial

¿Por qué una vida segura y protegida puede tornarse tan poco satisfactoria? Una posible respuesta es la del famoso sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, quien demuestra que una vida sin problemas no es necesariamente una vida feliz:

“Debemos hacer frente a los retos; se llega a la felicidad cuando se puede controlar a los desafíos planteados por el destino. De hecho, el aumento de la comodidad puede hacernos sentir perdidos. Una cosa que no tenemos y que no nos puede ser proporcionada por el Estado ni por los políticos, es pasar tiempo con los demás, estar con otras personas: nuestro estar en un grupo. De esto usted se tiene que ocupar. 
Las personas acostumbradas a la independencia están perdiendo la familiaridad de vivir con otras personas, debido a que ya se ven privados de la capacidad de socializar. Socializar es agotador porque implica negociar y volver a negociar, discutir, acordar, volver a crear. La independencia priva de la capacidad de hacer todo esto. 
Nuestra vida está ahora dividida: “online” y “offline”, conectado y desconectado. La primera no tiene riesgos: es muy fácil hacer amigos en Internet; en realidad, así nunca percibe uno la propia soledad. Y si alguien no te gusta, simplemente dejas de interactuar con él. En el mundo “offline” es difícil evitar la confrontación. Cuanto más independientes somos, nos volvemos menos capaces de detener nuestra independencia y sustituirla por una interdependencia agradable”.

Un estilo de vida líquido (una categoría muy querida por el distinguido sociólogo) es atractivo para muchas personas, ya que ofrece un intercambio sin restricciones; más exactamente, sin compromisos.

El amor, en cambio, requiere compromiso y esfuerzo. Las redes sociales hacen que sea más fácil encontrar la forma de salir de los compañeros, haciendo crecer cada vez más una tendencia que ha llegado a ser dominante en Occidente.
Nuestra sociedad podría estar a pocas décadas a la destrucción de todos los vínculos interpersonales, una tendencia que ha visto progresivamente el final de los partidos políticos, de los sindicatos, y de las relaciones entre las familias y las instituciones como la escuela, y que en algunos casos ha convertido a los individuos en átomos que no pueden construir lazos de ningún tipo, condenándolos a la soledad y a la única satisfacción del consumo.

De hecho, el consumismo se ha convertido en figura señera de Occidente, en una ideología única e intocable con un solo enemigo: el amor.

Hoy, 9 de enero, hemos tenido que despedirnos de un gran pensador, uno de los pocos capaces de advertirnos en contra de estos abusos. Se le echará de menos.

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