jueves, 19 de enero de 2017

VI Campamento de Encuentro Teológico en Lago Merín (QUINTO DÍA- MIÉRCOLES 18)

¿DE QUE QUEREMOS SER CURADOS HOY?
Como novedad de este campamento cada mediodía los representantes de los países hermanos de la Patria Grande nos regalaron una “puesta a punto” de la realidad de su país, desde su propia experiencia de ser pueblo que camina. De esta manera desde Argentina, María, Teresa, Alejandra, Sara y Miriam nos hablaron de la situación de los pueblos originarios Mapuches que atraviesan momentos de persecución y desalojo de sus tierras. Desde Brasil Nilo nos contó acerca de la realidad política y social actual, a través de un recorrido histórico, para iluminar la situación actual. Y desde Bolivia escuchamos la voz de Rosa y Marquesa que nos acercaron la situación de incertidumbre de los hermanos guaraníes. Hemos visto esta nueva dinámica del VER la realidad como una gran fortaleza para el grupo que nos enriquece y nos hace descubrir que a pesar de ser tan distintos en realidades, somos tan iguales en nuestras luchas por igualdad y justicia.
Durante la reflexión de la celebración de la tarde trabajamos en un momento personal e íntimo, reconociendo qué parálisis encontramos en nuestra vida HOY que nos impide extender nuestra mano desde nosotros mismos hacia los demás tomando como iluminación el evangelio del día donde Marcos nos cuenta cómo Jesús cura al hombre con la mano paralizada en día sábado en el templo. 
Después compartimos en binas lo que descubrimos, teniendo en cuenta que cuando nos nutrimos con las vivencias de los demás entramos en su corazón y por lo tanto en “tierra sagrada” y que lo que el otro nos dice parte de lo más profundo de su vida y de su realidad y por eso debe ser muy cuidado y apreciado. 
Luego de esto recibimos la bendición de nuestro hermano que con algún gesto invoca la sanación sobre nuestras parálisis compartidas y terminamos cantando la canción “somos uno” para cerrar reconociendo que todos somos uno, parte del mismo espíritu que nos une…
Como el campamento lo hacemos todos y entre todos y es siempre el espíritu colibrí llegar e irse cada uno cuando pueda y quiera, en la noche, después de la cena, compartimos una instancia diferente en que quienes partirán temprano al otro día nos entrega alguna vivencia surgida durante el encuentro y a su vez reciben algunas palabras de alguien que se queda de algo compartido con esa persona, manteniendo un ambiente de silencio y escucha para que podamos recordar y atesorar esos momentos. 
Leo y Diego

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