En una aldea a orillas del río San Salvador, de nombre
Dolores vivía un indio de nombre Fernando, que se creía que no encajaba en su tribu y vivía
preocupado y con miedo.
Un día llego hasta su choza un amigo envuelto en las Alas de
un Colibrí y lo invito a conocer otra aldea, donde ahí iba a conocer a otros
indios otras costumbres y compartir vivencias, y lo más importante de todo ir a
escuchar a Dios en la voz de ellos.
Pero lamentablemente el indio tenía muchos problemas en su
choza y con tristeza dijo que no podía aceptar esa invitación, pero la primera
de las grandes sorpresas que Dios le tenía preparada para él, una bandada de
colibrí, le hizo llegar al indio la fuerza para liberarlo de las cosas que lo
ataban a su aldea, y así poder emprender el vuelo junto a otros pajaritos de
“La Patria Grande”.
Y así emprendió uno de los mejores vuelos con mucha
expectativa, pero sin saber con lo que se iba a encontrar.
Y llegó a la Choza de “La Laguna Merín” y este fue el
comienzo de una experiencia que le ayudaría a vivir tranquilo y más seguro y
darse cuenta de que:
EL ES MUY DISTINTO,
PERO TAN IGUAL A LOS DEMÁS,
y a partir
de ahí llevar como estandarte unas palabras que escucho en una celebración:
“SOY
LO QUE SOY
Y NO LO QUE VES”.
También escucho la realidad de otras tribus y darse cuenta
que hay hermanos que están viviendo muchas desgracias y crisis económicas y de
Valores también, que hay pequeños indiecitos que pasan hambre y con una
necesidad de amor y solidaridad de parte de todos nosotros los habitantes de Latinoamérica.
Hubo momentos que se río mucho, canto y lloro bastante, pero
no de tristeza sino como desahogo de sus penas y miedos.
Y llego la celebración final, donde el indio ya colmado de
alegría, afectos y con mucho amor de parte de sus hermanos decide volver a su
choza pero dejando en la laguna una mochila muy pesada llena de preocupaciones
y miedos para emprender el vuelo de regreso más liviano.
Y el indio hoy en día se levanta todos los días agradecido
por estar vivo, por los amigos, por el trabajo y por las cosas que
cotidianamente se le estaban pasando por alto buscando “algo” pero se dio
cuenta que lo primero que encontró fue a el mismo su interior y de ahí poder
cambiar el exterior,
MUCHAS GRACIAS A DIOS,
MUCHAS GRACIAS COLIBRÍES!!!!
Fernando Alarcon
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