viernes, 27 de enero de 2017

FRUTOS INTERIORES, VI Campamento de Encuentro Teológico en Lago Merín

En una aldea a orillas del río San Salvador, de nombre Dolores vivía un indio de nombre Fernando, que se creía  que no encajaba en su tribu y vivía preocupado y con miedo.
Un día llego hasta su choza un amigo envuelto en las Alas de un Colibrí y lo invito a conocer otra aldea, donde ahí iba a conocer a otros indios otras costumbres y compartir vivencias, y lo más importante de todo ir a escuchar a Dios en la voz de ellos.
Pero lamentablemente el indio tenía muchos problemas en su choza y con tristeza dijo que no podía aceptar esa invitación, pero la primera de las grandes sorpresas que Dios le tenía preparada para él, una bandada de colibrí, le hizo llegar al indio la fuerza para liberarlo de las cosas que lo ataban a su aldea, y así poder emprender el vuelo junto a otros pajaritos de “La Patria Grande”.
Y así emprendió uno de los mejores vuelos con mucha expectativa, pero sin saber con lo que se iba a encontrar.
Y llegó a la Choza de “La Laguna Merín” y este fue el comienzo de una experiencia que le ayudaría a vivir tranquilo y más seguro y darse cuenta de que:
 EL ES MUY DISTINTO, 
PERO TAN IGUAL A LOS DEMÁS, 
y a partir de ahí llevar como estandarte unas palabras que escucho en una celebración:
“SOY LO QUE SOY 
Y NO LO QUE VES”.
También escucho la realidad de otras tribus y darse cuenta que hay hermanos que están viviendo muchas desgracias y crisis económicas y de Valores también, que hay pequeños indiecitos que pasan hambre y con una necesidad de amor y solidaridad de parte de todos nosotros los habitantes de Latinoamérica.
Hubo momentos que se río mucho, canto y lloro bastante, pero no de tristeza sino como desahogo de sus penas y miedos.
Y llego la celebración final, donde el indio ya colmado de alegría, afectos y con mucho amor de parte de sus hermanos decide volver a su choza pero dejando en la laguna una mochila muy pesada llena de preocupaciones y miedos para emprender el vuelo de regreso más liviano.

Y el indio hoy en día se levanta todos los días agradecido por estar vivo, por los amigos, por el trabajo y por las cosas que cotidianamente se le estaban pasando por alto buscando “algo” pero se dio cuenta que lo primero que encontró fue a el mismo su interior y de ahí poder cambiar el exterior,
  MUCHAS GRACIAS A DIOS, 
MUCHAS GRACIAS COLIBRÍES!!!!
Fernando Alarcon

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